Cada 9 de febrero en México se conmemora un suceso histórico: La Marcha de la Lealtad, que se realizó un 9 de febrero de 1913 y tuvo como protagonistas al presidente constitucional Francisco I. Madero, además de los alumnos de la Escuela Militar de Aspirantes.
El suceso, también conocido como el “Cuartelazo”, inició cuando los alumnos se trasladaron en tranvía con rumbo a la Plaza de la Constitución y lograron tomar Palacio Nacional sin ningún tipo de resistencia. La historia cuenta que no mucho pudieron hacer, pues casi de manera inmediata, el general Lauro Villar pudo recuperar el inmueble y mover a los prisioneros a la Escuela Militar.
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Mientras esta revuelta sucedía, en otro escenario se encontraba Madero. Montando a caballo y escoltado por Cadetes del Colegio Militar desfilaba sobre Paseo de la Reforma con rumbo al centro histórico.
Tlateloco, importante escenario de la historia de México
El general Manuel Mondragón, junto con los generales Cecilio Ocón y Gregorio Ruiz, se dirigió a la prisión de Tlatelolco para liberar al que consideraron el Jefe de la Rebelión, posterior a esto se movió a la penitenciaria de Lecumberri, donde liberó al general Félix Díaz y emprendió su camino hacia Palacio Nacional.
El general Reyes, confiado de la amistad que tenía con el general Villar, entabló una conversación frente a Palacio Nacional. Reyes tenía la intención de atraer a Villar a su partido, sin embrago, no rindió frutos, y cuando el general Villar se estaba incorporando a Palacio, fue acribillado por las tropas del general Reyes.
Al momento que el presidente Madero se enteró de los hechos, ordenó al subdirector del Colegio Militar, el teniente coronel, Víctor Hernández Covarrubias, preparar a los alumnos con uniforme de gala y una dotación completa de cartuchos, esto con el fin de escoltarlo y brindarle seguridad.
“…ustedes herederos de las puras y nobles tradiciones de lealtad a las instituciones legalmente constituidas, van a escoltarme, en columna de honor, hasta el Palacio Nacional, para demostrar al pueblo capitalino, que hemos triunfado derrotando a los infidentes y desleales…”, externó el entonces presidente a los cadetes.
La comitiva salió marchando por Paseo de la Reforma, pasando por las calles aledañas a Jardín Guardiola y ya cerca de la calle San Francisco (ahora Madero), el teniente coronel separó a algunos alumnos para pasar por la calle 5 de Mayo, otros más por San Francisco y Plateros, mientras que el contingente que acompañaba al presidente recorría la calle 16 de Septiembre.
Las acciones que los cadetes demostraron ese histórico 9 de febrero de 1913 quedaron en la memoria, demostrando la lealtad con la que cuenta el presidente de la República, caracterizando el valor, honor y rectitud de estas instituciones.