Durante la celebración por el Día de Muertos se ha hecho popular la costumbre de hacer oraciones para acompañar las ofrendas de los fieles de difuntos. Este tipo de actos suelen realizarse el 1 y 2 de noviembre, en el que la tradición sostiene que los muertos vienen desde el más allá para encontrarse por unos momentos con sus seres queridos.
Esta festividad tiene orígenes prehispánicos, pues en las comunidades originarias solían ponerle alatares con diferentes elementos a quienes fallecían. Con la llegada de los conquistadores españoles esta práctica se fusionó con las creencias católicas; de esta manera fue como se le agregaron elementos como la cruz o el sahumerio.
Con el paso de los años algunas familias le han añadido rosarios a esta festividad, lo que les ha servido para sentir una mayor conexión con quien ha dejado este plano, por ese motivo es que se reúnen los familiares, amigos, conocidos o vecinos de la zona para participar. Estos son algunos ejemplos de lo que se orar:
Oraciones para difuntos
Los rosarios que se hacen para despedir a un ser querido son parte de los rituales que los creyentes realizan para despedir a alguien; a través de estas palabras buscan que su alma pueda ser guiada y llegue al descanso eterno.
Durante el Día de Muertos se hacen varios rituales para celebrar y al mismo tiempo recordar a quien ya no está, por eso a quien considera pertinente llevar a cabo este acto en su hogar. Catholic Relief Services sostiene que se puede entonar la siguiente oración:
“Dios de misericordia y amor,
ponemos en tus manos amorosas
a nuestros hermanos y hermanas
que has llamado de esta vida a tu presencia.
En esta vida les demostraste tu gran amor,
y ahora que ya están libres de toda preocupación
concédeles pasar con seguridad las puertas de la muerte
y gozar de la luz y la paz eterna.
Habiendo terminado su vida terrena recíbelos en el paraíso,
en donde ya no habrá tristeza ni dolor,
sino únicamente felicidad y alegría con Jesús, tu Hijo,
y con el Espíritu Santo, para siempre. Amén”.
También se puede orar algo de acuerdo con el tipo de muerte. Esto se encuentra relacionado con los días en los que les corresponde a cada alma visitar el mundo de los vivos. Aquí hay algunos ejemplos:
Niños: "Señor, tú que conoces nuestra profunda tristeza por la muerte del infante, concede a quienes acatamos con dolor tu voluntad de llevártelo, el consuelo de creer que vive eternamente contigo en la Gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".
Jóvenes: "Concede, Señor, la felicidad de la gloria eterna a tu siervo, a quien has llamado de este mundo cuando el vigor de la juventud embellecía su vida corporal; muestra para con él tu misericordia y acógelo entre tus santos en el canto eterno de tu alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".
Accidentados: "Escucha, Señor, las súplicas de tu pueblo unidas a las lágrimas de dolor que sentimos por la muerte inesperada de nuestro hermano y haz que alcance tu misericordia y goce para siempre de la luz de aquella patria en que no hay más sufrimiento ni muerte. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".
¿En qué día llegan los espíritus a las ofrendas?
- El 27 de octubre: Las almas de las mascotas.
- El 28 de octubre: Las almas de las personas que tuvieron una muerte trágica.
- El 29 de octubre: Las ánimas de quienes fallecieron ahogados.
- El 30 de octubre: Llegan las ánimas de quienes han sido olvidados o no tienen familias.
- El 31 de octubre: Los seres que nunca nacieron o que están en el limbo.
- El 30 y 31 de octubre: Los niños que no fueron bautizados.
- El 1 de noviembre: Llegan los difuntos que tuvieron una vida ejemplar, así como la de los niños que sí fueron bautizados.
- El 2 de noviembre: Llegan todas las almas.
Novenario para los fieles difuntos
De acuerdo con la Iglesia Católica de la Santa Cruz, el 2 de noviembre se puede recitar un Novenario para los Fieles Difuntos, de esta manera se busca que las almas puedan ser beneficiados por las intenciones de los creyentes.
Esto se lleva a cabo “para que nuestras oraciones y sufragios de buenas obras les aprovechen y lleguen pronto a unirse con Dios en el cielo”, indicó la institución religiosa. Esta es la oración que se puede decir:
“Señor, Padre Santo y Bueno, Dios todopoderosos y eterno, humildemente te suplicamos por tus siervos, a quienes llamaste de este mundo a tu presencia; dígnate llevarlos al lugar del descanso, de la luz, y de la paz.
Concédeles franquear victoriosamente las puertas de la muerte, para que habiten con tus santos en el cielo, en la luz que prometiste a Abrahán y sus descendientes.
Que se vean liberados de toda pena y que, cuando lleguen el momento de la resurrección y del premio, sean colocados entre los santos y elegidos, para que junto a ti gocen de la vida inmortal en el reino eterno. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén”.