Quizá el nombre de Jesús Guajardo no te suena relevante, pero fue un coahuilense que tuvo una participación clave en la Revolución Mexicana y es que, pese a su experiencia en el campo de batalla, se arrepiente de lo algunos catalogaron como su mayor logro militar.
Jesús María Guajardo Martínez era originario de Candela, Coahuila, formaba parte del Ejército Constitucionalista y fue el 10 de abril de 1919 cuando, por órdenes de su superior Pablo González Garza, dio muerte al caudillo revolucionario Emiliano Zapata.
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Esto quedó plasmado por el historiador Rafael González Guajardo, pero pese a que el cadáver del revolucionario fue exhibido públicamente los rumores no se hicieron esperar, pues algunos afirmaban que el asesinado había sido un doble que Zapata usaba cuando presentía peligro.
Estas versiones surgen debido a que afirmaban que en la mejilla derecha Emiliano Zapata tenía un lunar característico, mismo que el cadáver no, otros más afirman que el cuerpo tenía todos los dedos, mientras que Zapata había perdido el dedo meñique por la charrería.
Cierto o no que Emiliano Zapata murió, de lo que hay pruebas es que fueron atacados por el coahuilense mejor conocido como “El demonio de los ojos verdes”.
¿QUIÉN ERA “EL DEMONIO DE LOS OJOS VERDES”?
Jesús María Guajardo Martínez, también conocido como “El demonio de los ojos verdes”, nació en Candela, Coahuila, el 29 de agosto de 1893, hijo de Juan José Guajardo Tijerina y de María Martínez Barreda.
Su vida académica comenzó en la Escuela Oficial número 2 ubicada frente a la plaza de San Francisco, para tiempo después trasladarse a Monterrey para estudiar en el Colegio Civil, donde decidió enfocarse a la carrera militar durante la segunda década del siglo XX.
Llegó a formar parte de las filas de Pablo González Garza, quien luchó contra el Ejército Liberalista del Sur, el cual combatía al lado de Emiliano Zapata, tal fue su compromiso, capacidades y méritos militares que logró el grado de coronel.
Pero su labor no fue fácil, pues en 1915 tuvo que fusilar a 180 personas en Tlaltizapán por el delito de no saldar un impuesto y simpatizar con los zapatistas.
Pero Pablo González, superior de “El demonio de los ojos verdes”, actuaba solo, pues estaba bajo las órdenes de Venustiano Carranza que para aquel momento ya era presidente de México.
Para terminar con la vida del “Caudillo del Sur”, Guajardo Martínez tenía la instrucción de hacerse pasar como un nuevo integrante de las filas zapatistas, aunque esto no fue fácil, pues el propio Zapata le pidió una prueba de honestidad, por lo que tuvo que entregar a medio centenar de soldados bajo el argumento de los había capturado mediante engaños.
Pero todo era parte del plan carrancista, pues la supuesta ofrenda era más bien una emboscada que terminaría con la muerte de Emiliano Zapata, tras lo que Jesús María fue ascendido al cargo de general por orden directa de Venustiano Carranza, además de obtener un botín de 50 mil pesos en monedas de oro.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas, pues diversos historiadores afirman que Guajardo vivió toda su vida arrepentido de cumplir con la tarea encargada a tal grado que tras dejar Carranza la presidencia en 1920, se levantó en armas contra el presidente Adolfo de la Huerta, pero pese a su experiencia fue derrotado por Eugenio Martínez.
Tras su derrota Jesús María Guajardo Martínez, “El demonio de ojos verdes”, huyó a Monterrey, donde fue detenido y fusilado el 17 de julio de 1920, hecho que fue celebrado por los zapatistas, mismos que eran aliados del nuevo gobierno y que los liberalistas tomaron como la venganza de Emiliano Zapata.