Elena Poniatowska recibió este día el doctorado Honoris Causa en el marco del 50 Aniversario del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y en memoria de su esposo Guillermo Haro Barraza, fundador del instituto de investigación.
La escritora y periodista recibió el reconocimiento en manos del actual director general, Edmundo Antonio Gutiérrez Domínguez, así como de María Elena Rosas Álvarez-Buylla Roces, directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Al recibir el reconocimiento, Elena Poniatowska se dijo honrada y conmovida de dicha entrega, por lo que agradeció a los investigadores, académicos y directivos que la consideraron para recibir este título.
Destacó que, el acercamiento que tuvo con la Ciencia fue gracias a su esposo, el astrónomo mexicano Guillermo Haro Barraza quien destacó por sus grandes contribuciones al desarrollo de la Astronomía, especialmente con el telescopio Schnidt de Tonantzintla.
“Qué diría Guillermo Haro del honor que me hacen ahora aquí en el Instituto de Astrofísica, Óptica y Electrónica de Tonanzintla (…) él, que subía a la cuesta todas las mañanas con su portaviandas para observar las manchas del sol. Guillermo Haro diría que vivimos en un mundo al revés, un mundo tan sorprendente como la bienvenida que le dio a él Alfonso Reyes al recibirlo como miembro del Colegio Nacional y llamarlo sacerdote del telescopio” recordó.
Agregó que, a 33 años de la muerte de quien en vida fuera su esposo, sigue teniendo el mismo “destanteo” de que los hombres y mujeres de ciencia de Tonantzintla “me envuelvan en el gran abrazo del mundo de la Ciencia al que solo tengo acceso porque ustedes me abren los brazos y supongo que lo decidieron porque creo en Guillermo Haro y en su observación del cielo nocturno y porque creo en el INAOE y en sus antiguos y sus nuevos investigadores” destacó.
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Acompañada de sus hijos, compartió algunos recuerdos de Haro, entre ellos, lo especial que le resultaban el Popocatépetl y la Iztaccíhuatl, los cuales consideraba como “los dos grandes guardianes del INAOE”.
Recordó que de 1943 a 1988, es decir, durante 45 años, Guillermo Haro vivió para estudiar el cielo junto con sus estrellas, nebulosas y galaxias hasta los últimos días de su vida. “Aquí se encuentran sus cenizas. Felipe Haro, su hijo, depositó la cajita con sus restos al lado de don Luis Enrique Erro, fundador del Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla, durante una mañana triste pero soleada.
Con evidente emotividad, Poniatowska agradeció el trabajo de los investigadores y del doctorado ,mediante el cual, honraron el trabajo a favor de la ciencia que su esposo hizo en vida.