Los altares de muerto son una costumbre mexicana de esta temporada que no falta en nuestros hogares porque, los elementos de las ofrendas, nos ayuda a sentir una conexión con nuestros difuntos y pese a lo contrario que parezca, el “Día de Muertos” celebra “la vida” de los que se nos adelantaron en el camino.
Por más sencillos y significativos que sean, los altares siempre contienen dos tipos de objetos: los que en vida utilizo el muerto y los que podría necesitar en su camino al inframundo. Los colores que predominan en ellos son el morado, que representa “la muerte” y el amarillo, que representa “la vida”.
Hay altares monumentales que se forman en al menos tres niveles que representan el cielo, la tierra y el inframundo, pero también hay de siete que, según la tradición ancestral, son los niveles que debe atravesar el alma para poder llegar al descanso o paz espiritual.
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Nuestros antepasados creían que el rumbo del alma de los difuntos era determinado por el tipo de muerte que tenía, por eso, cada elemento de la ofrenda tiene un significado espiritual que a la vez está rodeado de misticismo. Si quieres entender mejor esta tradición mexicana, lee esto.
SIMBOLOGÍA DE LOS ELEMENTOS
Presencia de los 4 elementos: aire, agua, tierra y fuego
* Fuego. Se ponen velas, veladoras o cirios. El fuego ilumina el camino de los difuntos y simboliza la ascensión del espíritu. Es común incluir una vela blanca para cada difunto y “una más” para un alma olvidada. También se ponen velas en forma de cruz para representar los puntos cardinales.
* Aire. Se utiliza papel picado para representarlo porque es ligero y se mueve con él aire. Es símbolo de la unión entre la vida y la muerte. Es hecho de papel de china de colores con cortes de figuras, forma una especie de guirnalda que adorna el altar.
* Tierra. Se utilizan frutos como mandarina, calabaza, jícama, naranja o la que sea del gusto del difunto.
* Agua. Nunca debe faltar un vaso con agua para mitigar la sed de las ánimas en su ascenso y las fortalece para su regreso.
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Fotografías. Para saber a quién está dedicada la ofrenda.
Flor de cempasúchil. Su belleza y su olor atraen a las almas de los fieles difuntos a la ofrenda. Los pétalos se utilizan para hacer un sendero que guía a las ánimas para que no se pierdan en su trayecto. También se utilizan en menor medida nube y amaranto.
Sal. Símbolo de purificación. Evita que el ánima se corrompa en su visita a la tierra. Se pone en un platito o se puede hacer la cruz de sal para representar los cuatro puntos cardinales.
Pan de muerto. La tradicional hojaldra lleva ajonjolí encima y simboliza las lágrimas de las almas que no pueden descansar en paz, las tiras que lleva sobre la corteza representan un par de huesos.
Calaveras. Representan a los difuntos y el destino final de cada ser humano. Nos recuerdan que la muerte puede ser dulce y no amarga, por eso son de azúcar, chocolate o amaranto. La muerte puede ser una burla, hay calaveras a las que se les escribe en la frente el nombre de una persona viva. También se incluyen catrinas y calaveras de cartón.
Copal. Es símbolo de oración y purificación. Al quemarlo arroja un humo aromático que guía a las almas hacia la ofrenda. En algunos lugares se emplean hierbas aromáticas preparadas en infusión, como el romero y la manzanilla. Se puede utilizar incienso.
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Comida y bebida. Ya que las ánimas han viajado mucho y necesitan recobrar fuerza para su regreso, se acostumbra incluir platos típicos mexicanos del gusto del difunto como tamales, pozole, mole, se presentan en ollas de barro. También platos como calabaza en tacha y dulces típicos. Se incluyen bebidas como tequila, rompope, pulque o la bebida que en vida disfrutaba el difunto, si fumaba también algunos cigarrillos para después del festín.
Objetos personales. Para que el alma recuerde su paso por la vida se colocan prendas de vestir u objetos preferidos así como herramientas de trabajo. En caso que el difunto sea un niño se le ponen sus juguetes favoritos.
Adornos religiosos. En la ofrenda figuran elementos católicos como resultado de la mezcla de nuestras tradiciones prehispánicas con las europeas, por eso vemos cruces, crucifijos, rosarios (pueden ser de cuentas, limas o tejocotes) y santos (el que veneraba el difunto en vida).
Otros elementos. Un metate, para que el alma descanse del largo viaje. Escultura de un perro Xoloitzcuintle que ayudará a las almas a cruzar el río Itzcuintlan, primera dimensión para llegar al Mictlán (Lugar de los Muertos). Un par de huaraches para cruzar el río y la ropa que llevará puesta al regresar al mundo de los muertos.
Ahora ya sabes qué representan los elementos de las ofrendas, recuérdalo al poner la tuya.