Durante junio en la iglesia católica se celebra al Sagrado Corazón de Jesús. En este mes se recuerda el amor divino y la misericordia que tiene el Hijo de Dios hacia la humanidad. De acuerdo con las escrituras, el corazón físico de Cristo se toma como un símbolo de su sacrificio por la salvación de las almas.

El mensaje central de esta festividad es el llamado a la reparación y la conversación. Los fieles son exhortados a reparar los pecados y las ofensas cometidas. Por ese motivo realizan actos de piedad y acuden al templo para orar en comunidad. Esta devoción subraya la importancia del perdón.

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Al respecto, San Juan Pablo ll, considerado un gran devoto de esta conmemoración, sostuvo: “Esta fiesta nos recuerda el misterio del amor de Dios por el pueblo de todos los tiempos”. Por ese motivo se resaltó que es necesario que los católicos le brinden la importancia que requieren.

¿Cuál es la oración?

Los creyentes sostienen que en 1675, Jesús le dijo a Santa Margarita que quería que la fiesta del Sagrado Corazón se realizará el viernes después de la octava del Corpus Christi. Fue hasta 1856 que se volvió una fecha universal. Por ese motivo, este 2024 se llevará a cabo este viernes 7 de junio.

Durante esta celebración los fieles deben realizar obras que tengan una gran importancia para Cristo, para que de esta manera puedan demostrar su fe y el compromiso que se tiene con la iglesia.

En estos actos se dicen promesas que a su vez están acompañadas con oraciones, una de las más populares en este día es la de: “Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío amoroso como el tuyo, transforma el mío”.

Pero esta no es la única. Por lo regular se entonan estas palabras dentro de los templos, en compañía de los demás miembros de la comunidad. Mientras que algunas familias deciden hacerlo desde sus domicilios.

Oraciones para esta fiesta

“¿A quién he de pedir, sino a Ti, cuyo Corazón es un manantial inagotable de todas las gracias y dones? ¿Dónde he de buscar sino en el tesoro de tu corazón, que contiene todas las riquezas de la clemencia y generosidad divinas? ¿A dónde he de llamar sino a la puerta de ese Corazón Sagrado, a través del cual Dios viene a nosotros, y por medio del cual vamos a Dios?

A Ti acudimos, oh Corazón de Jesús, porque en Ti encontramos consuelo, cuando afligidos y perseguidos pedimos protección; cuando abrumados por el peso de nuestra cruz, buscamos ayuda; cuando la angustia, la enfermedad, la pobreza o el fracaso nos impulsan a buscar una fuerza superior a las fuerzas humanas.

Creo firmemente que puedes concederme la gracia que imploro, porque tu Misericordia no tiene límites y confío en que tu Corazón compasivo encontrará en mis miserias, en mis tribulaciones y en mis angustias, un motivo más para oír mi petición.

Quiero que mi corazón esté lleno de la confianza con que oró el centurión romano en favor de su criado; de la confianza con que oraron las hermanas de Lázaro, los leprosos, los ciegos, los paralíticos que se acercaban a Ti porque sabían que tus oídos y tu Corazón estaban siempre abiertos para oír y remediar sus males.

Sin embargo... dejo en tus manos mi petición, sabiendo que Tú sabes las cosas mejor que yo; y que, si no me concedes esta gracia que te pido, sí me darás en cambio otra que mucho necesita mi alma; y me concederás mirar las cosas, mi situación, mis problemas, mi vida entera, desde otro ángulo, con más espíritu de fe.

Cualquiera que sea tu decisión, nunca dejaré de amarte, adorarte y servirte, oh buen Jesús. Acepta este acto mío de perfecta adoración y sumisión a lo que decrete tu Corazón misericordioso. Amén”.

Al finalizar, se tiene que decir un Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre, seguido de un “Secretísimo Corazón de Jesús, en Vos confío". (se debe decir tres veces).