San Agustín de Hipona, ¿conoces su oración escrita por Juan Pablo II?

Los católicos creen que aquellos que buscan fortalecer su fe pueden acercarse a este santo

Jesús Noé Suárez / El Sol de Puebla

  · miércoles 28 de agosto de 2024

Es originario del norte de África. Foto: Facebook Templo de San Agustín Puebla

Este 28 de agosto se celebra la fiesta patronal de San Agustín de Hipona, una de las figuras religiosas más importantes dentro de la tradición católica, reconocida por sus valiosas contribuciones espirituales y filosóficas. En diferentes lugares alrededor del mundo, las personas se reúnen para participar en misas, celebraciones y otras actividades comunitarias.

Originario del norte de África, la infancia y adolescencia de este santo estuvieron marcadas por su búsqueda personal de la fe, en una época en la que esto resultaba complicado. Sin embargo, esto no le impidió profesar sus creencias hasta el día de su muerte. Para cumplir con este propósito, desarrolló un pensamiento excepcional.

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Durante un tiempo, se mantuvo alejado de los ideales cristianos, especialmente durante su juventud. Sin embargo, tras una serie de eventos, decidió acercarse a la palabra de Dios, lo que transformó su vida al abandonar los excesos y otras tentaciones, según reporta el Real Centro Universitario Escorial - María Cristina, de España.

Santa Mónica es considerada la patrona de las madres, las mujeres casadas y las viudas. Foto: Redes sociales

¿Qué se le pide a San Agustín?

La Arquidiócesis de Puebla sostiene que San Agustín buscó a Dios gran parte de su vida, pues fue criado por un padre pagano. Aunque esto le generó confusión, finalmente se bautizó, y no solo eso, sino que también fue ordenado como Obispo de Hipona, el lugar donde creció.

“Se sabe que esta conversión tuvo un camino muy particular, porque no se trató de una conquista de la fe católica, sino de una reconquista. La había perdido, convencido al hacerlo, de que no abandonaba a Cristo, sino solo a la Iglesia”.

Así lo expresó Juan Pablo II en una carta apostólica, según el portal especializado The Holy See. Por este motivo, los fieles pueden buscar su intercesión cuando tengan dudas, quieran retomar su fe o sientan que se han alejado de las enseñanzas cristianas.

Esta pieza representa a uno de los doce discípulos. Foto: Daniel Augusto / Cuartoscuro

Si deseas rezar una oración, puedes optar por una versión corta que habla sobre el camino que recorrió esta figura para alcanzar su pensamiento eclesiástico. Te la dejamos a continuación:

“Señor Dios, tú diste a san Agustín una inapagable sed de la verdad. En su búsqueda, él te encontró a ti, que eres la Verdad. Ayúdanos, mientras combatimos con la duda, el temor y la mentira, a fundar nuestras vidas en ti, que eres nuestra roca y fortaleza. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén”.

Oración escrita por Juan Pablo II

Esta no es la única oración disponible, ya que existe otra de mayor extensión, redactada por el pontífice, que puede recitarse tanto en los templos como en los hogares. Es la siguiente:

“¡Oh gran Agustín,
nuestro padre y maestro!,
conocedor de los luminosos caminos de Dios,
y también de las tortuosas sendas de los hombres,
admiramos las maravillas que la gracia divina
obró en ti, convirtiéndote en testigo apasionado
de la verdad y del bien,
al servicio de los hermanos.

Al inicio de un nuevo milenio,
marcado por la cruz de Cristo,
enséñanos a leer la historia
a la luz de la Providencia divina,
que guía los acontecimientos
hacia el encuentro definitivo con el Padre.

Oriéntanos hacia metas de paz,
alimentando en nuestro corazón
tu mismo anhelo por aquellos valores
sobre los que es posible construir,
con la fuerza que viene de Dios,
la "ciudad" a medida del hombre.

La profunda doctrina
que con estudio amoroso y paciente
sacaste de los manantiales
siempre vivos de la Escritura
ilumine a los que hoy sufren la tentación
de espejismos alienantes.

Obtén para ellos la valentía
de emprender el camino
hacia el "hombre interior",
en el que los espera
el único que puede dar paz
a nuestro corazón inquieto.

Muchos de nuestros contemporáneos
parecen haber perdido
la esperanza de poder encontrar,
entre las numerosas ideologías opuestas,
la verdad, de la que, a pesar de todo,
sienten una profunda nostalgia
en lo más íntimo de su ser.

Enséñales a no dejar nunca de buscarla
con la certeza de que, al final,
su esfuerzo obtendrá como premio
el encuentro, que los saciará,
con la Verdad suprema,
fuente de toda verdad creada.

Por último, ¡oh san Agustín!,
transmítenos también a nosotros una chispa
de aquel ardiente amor a la Iglesia,
la Catholica madre de los santos,
que sostuvo y animó
los trabajos de tu largo ministerio.

Haz que, caminando juntos
bajo la guía de los pastores legítimos,
lleguemos a la gloria de la patria celestial
donde, con todos los bienaventurados,
podremos unirnos al cántico nuevo
del aleluya sin fin. Amén”.