En el patio de la casa de la familia Formacio Cuaxiloa, varios de sus integrantes trabajan en la colocación de una ofrenda monumental con dedicatoria a Julio, quien en meses pasados fue despedido por emprender el viaje celestial.
Carmen, su esposa, con un fotografía de él en sus manos, platica que fue su compañero de vida por muchos años y durante ese tiempo procrearon tres hijos.
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Hoy, junto con su familia, realiza trabajo en equipo para colocar la primera ofrenda en su honor, en la cual pondrán sus dulces, bebidas y comida que fueron sus favoritas.
También pondrá música para alegrar su llegada, ya que era un gran bailador y una persona bastante alegre.
“Es su primera ofrenda y lo vamos a recibir con gusto y alegría (…) vamos a poner todo lo que le gustaba, lo que comía, que eran muchas cosas”, expresa Carmen Cuauxiloa.
Desde su hogar, localizado en el barrio de San Juan Aquiahuac, de la cabecera local de este municipio con declaratoria de Pueblo Mágico, señala que una enfermedad no detectada con oportunidad le arrebató la vida a su cónyuge.
Dice tener muchos recuerdos gratos de su compañero, quien fue distribuidor de carne en varios negocios de la zona.
Con cierta nostalgia, menciona que Julio emprendió el camino celestial, pero mañana tendrá la oportunidad de recibirlo, no en cuerpo, pero sí en alma.
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Al cuarto para las 12:00 horas de mañana, junto con sus hijos y familiares, saldrá a recibirlo a la esquina de su casa. Con velas, incienso y flores, le dará la bienvenida y lo consentirá con sus bebidas y alimentos favoritos, así como con las canciones que una vez cantó y bailó.
Expresa con emoción al decir que mañana será el gran día, donde Julio Formacio Manjarrez, nuevamente vuelva a su hogar y con su familia.