Cuando de temporada de sequía se trata, algunos fieles acuden a San Isidro Labrador para pedirle que llueva, pero ¿Cuándo se festeja su fiesta patronal y por qué su día marca el inicio de la temporada de lluvias?

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La historia de San Isidro tiene su origen en España, ya que alrededor del año 1082, en lo que hoy es Madrid, nació durante el periodo de la Reconquista y su canonización se realizó el 12 de marzo de 1622. Se casó con una campesina que también llegó a ser santa y es conocida como Santa María de la Cabeza.

El hombre distribuía su vida, en el trabajo, en pasar tiempo con su familia y en orar por Dios. Finalmente, en el año 1330 d. C murió, por razones que no se saben; sin embargo, 43 años después de haber sido sepultado, sacaron su cadáver y estaba como si el tiempo no hubiera pasado, por lo que las personas consideraron este hecho como un milagro.

Se sabe que este santo vino de una familia humilde, en una casa en Madrid y se dice que quedó huérfano muy joven y buscó sustento en otros trabajos. No obstante, él pasó muchos años labrando las tierras, cultivando y cosechando, motivo por el cual es conocido como el patrón de los agricultores.

¿Cuándo es la fiesta de San Isidro Labrador?

Año con año, cada 15 de mayo se celebra a San Isidro Labrador, debido a que en esta fecha el cuerpo de San Isidro fue trasladado a la Iglesia de San Andrés, donde descansa en el altar mayor de la Colegiata de San Isidro.

Esta fecha coincide con el inicio de la temporada de lluvias, indispensable para que los campesinos inicien con sus cosechas, por lo que existe un vínculo estreche entre la fecha de celebración de este santo y el inicio de los trabajos de los agricultores.

Este santo es considerado como intercesor celestial, particularmente entre las comunidades de agricultores. A este santo se le hacen especialmente rogativas para que llueva en épocas de sequía.

San Isidro está muy ligado al trabajo agrícola, ya que durante su vida realizó esta labor. Se cuenta que trabajaba duramente la tierra todos los días, pero también acudía diariamente a recibir la Eucaristía y dedicada muchas horas a la oración.

El milagro que se le atribuye a este santo era que hacía llover, según la creencia de la gente, para que las cosechas fueran abundantes.

Y es que, en una ocasión, reinando una gran sequía, Isidro golpeó con una vara unas rocas y de ellas brotó un generoso riachuelo, agua que aún hoy se conserva, como una fuente, en su ermita en Madrid, España, que los devotos van a beber y a llenar con ella garrafas y botellas, haciendo fila durante varias horas.

Asimismo, es en su rol como intercesor celestial donde San Isidro Labrador adquiere un carácter singular, particularmente entre las comunidades de agricultores, por lo que a este santo se le hacen especialmente rogativas para que llueva en épocas de sequía.

Debido a que, hoy en día estas son un tema que afectan a varias ciudades, el desarrollo de la vida cotidiana y las viviendas de algunas personas, se suele pedir a San Isidro para que pronto llueva, además de que se le invoca para obtener buenas cosechas y regular las lluvias

“San Isidro labrador, pon la lluvia y quita el sol”, es el rezo que todavía realizan algunos campesinos cada 15 de mayo esperando que el santo hiciera el milagro y mandara la lluvia.

¿Por qué el día de San Isidro marca el inicio de las lluvias?

De acuerdo con el profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACH), Raúl Nieto Ángel, a partir del día 15 de mayo era catalogado como la entrada oficial de la temporada de lluvias, y con ello el inicio de los trabadores para la siembra de temporal, por lo que este día coincide con el festejo de San Isidro Labrador, el santo patrono de los campesinos, a quien, como ya dijimos con anterioridad, se le encomienda una buena cosecha.

Hasta hace algunos años, la llegada de las precipitaciones acompañaba la creencia de los agricultores que comenzaba el 15 de mayo o antes, sin embargo, en la actualidad con el cambio climático y las afectaciones al medio ambiente la llegada de estas puede cambiar; no obstante, el tener lluvias a tempranas fechas garantiza el nacimiento de las semillas y una buena cosecha.