La sociedad poblana destaca hasta la fecha por su fervor religioso, en específico por su apego al culto católico y esto incluye la veneración de imágenes que congregan a grandes cantidades de personas que visitan los templos para hacer sus peticiones, por lo que aquí te contamos cuáles son los que reúnen a más adeptos en la entidad, así como el lugar en donde puedes encontrarlos.
Y es que en la cultura mexicana se mantiene la tradición de recurrir a diversos santos cuando existe algún problema, se tiene confusión en algún tema o simplemente se quiere agradecer algún favor, pues cada uno de estos son intercesores ante Dios en temas en específico.
Pero la “fama” de estos personajes de la religión se obtiene de persona a persona por los favores recibidos, llegando incluso en algunos casos a trascender fronteras, lo que hace que santos que se encuentran en suelo poblano sean venerados por habitantes de otros estados del país.
Una de las figuras con más adeptos en Puebla, al grado que cada 28 de mes tiene una celebración en su templo, es la de San Judas Tadeo, considerado como el patrono de las causas difíciles o imposibles, pues de acuerdo con los creyentes puede ayudar a conseguir empleo, sanar enfermedades, solucionar crisis matrimoniales y económicas, entre otras.
En lo que respecta a Puebla, su santuario se encuentra ubicado en la 25 Sur 1114, hasta donde los fieles acuden a celebrar la santa misa, en tanto que su fiesta principal es el 28 de octubre, día en que en su templo se vive una verdadera fiesta a la que acuden mares de personas con peticones y agradecimientos.
Otra figura también venerada por cientos de poblanos es la de San Charbel, a la que principalmente se encomiendan los miembros de la comunidad libanesa de Puebla, su imagen se puede encontrar al interior del templo de la Virgen del Carmen en la esquina de la 16 de Septiembre y la 7 Oriente.
La realización de peticiones para este santo se hace anotando la lista en un listón de cualquier color, menos el negro, los cuales son colgados en sus brazos que se encuentran extendidos; una de las peculiaridades es que tras su muerte su cuerpo se mantuvo incorrupto, además de sudar un líquido rojizo similar a la sangre.
OTROS SANTOS VENERADOS EN PUEBLA
A la lista de santos que más fieles tienen en suelo poblano se suma El Señor de las Maravillas, pues entre los fieles es considerado como uno de los más milagrosos desde hace 250 años; la imagen de tamaño real de un hombre, que tiene un peso de 70 kilos, se encuentra a resguardo de la orden de las Agustinas en el templo de Santa Mónica, en la calle Cinco de Mayo número 1607 en el Centro Histórico de Puebla.
Cuando los fieles hacen peticiones a esta imagen encienden pequeños cirios de color amarillo para acompañar sus oraciones y aunque hasta hace unos años estos se depositaban dentro del mismo templo, tras un incendio que se sucitó en 2013 en que sólo resultó dañada la urna que resguarda la imagen, esta practica se dejó de permitir.
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Su historia en Puebla comenzó luego de que las monjas Agustinas ganaran la imagen en una rifa, tras lo que fue colocada en el templo su comenzó a ser visitada todos los días por una mujer que acudía a la cárcel de San Juan de Dios para visitar a su esposo con una canasta en la que le llevaba comida y otros enceres, rutina que la hizo conocer a un hombre al que nadie visitaba.
Tras decidir llevarle alimento sin que su esposo, que ya había obtenido su libertad, lo supiera, por lo que tras rumores de los vecinos la siguió hasta interceptarla y preguntarle qué era lo que llevaba en su canasta, a lo que la mujer respondió “flores de maravillas para el señor”, lo cual, pese a que en su casa colocó comida, al retirar la servilleta que la cubría se hizo real.
A la lista se une el Beato Sebastián de Aparicio, cuyo cuerpo incorrupto se encuentra expuesto a los fieles en el templo de San Francisco de Asís en la esquina de la 14 Oriente y el Boulevard Héroes del 5 de Mayo; durante su vida en México, destacó por su trabajo en favor de los pobres.
Destaca por que sus frailes realizan la bendición de vehículos, debido a que es considerado como el patrono de los conductores, automovilistas, ingenieros civiles, agrónomos y campesinos, esto debido a que también se dedicó a abrir caminos y carreteras en la entidad e incluso enseñó a los campesinos a trabajar determinados cultivos en la tierra.
Su fiesta se da el 25 de febrero, para la cual incluso la comunidad gallega en Puebla forma parte de la celebración, pues Fray Sebastián nació en La Gudiña, España, pero murió en febrero de 1600 en Puebla y aunque aún no es considerado santo, se continúan con los procesos para que sean validados los milagros que ha concedido a los fieles.
El Santo Niño Cieguito no puede faltar dentro de las imágenes más veneradas por los poblanos, el cual reside en el Convento de San Joaquín y Santa Ana, ubicado en la esquina de la 16 de Septiembre y la 9 Oriente; a este santo se le atribuyen diversos milagros e incluso afirman que la misma imagen es un milagro, pues un maleante le había arrancado los ojos de piedras preciosas.
Se dice que la imagen originalmente se encontraba en el convento de Nuestra Señora de la Merced, en Morelia, Michoacán, hasta el que el 10 de agosto de 1744 un sujeto entró al templo para cometer un atraco, momento en el que se percató que los ojos del niño eran dos esmeraldas, las cuales arrancó, fue entonces que la imagen derramó lágrimas de sangre.
Tal fue la sorpresa del maleante, que el hombre decidió mutilar los brazos y las piernas de la imagen, para finalmente abandonarla en un agujero, posteriormente fue Fray José Miguel Durán de la Huerta quien tomó la decisión de enviar la imagen a Puebla para su restauración y resguardo, aunque las monjas decidieron no colocarle los ojos a fin de respetar el milagro del llanto de sangre.
Al Santo Niño Cieguito, que se le celebra el 10 de agosto, se le atribuyen milagros de sanación de enfermedades, principalmente de la vista, además de que se dice que ha curado a enfermos de cáncer y otros males terminales.
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En este recuento no puede faltar el Niño Doctor de los Enfermos que se ubica en Tepeaca, su fiesta es cada 30 de abril y los creyentes acuden a venerar a la imagen que llegó a este municipio en 1942 de la mano de tres monjas Josefinas del hospital “Concepción Béstegui” ubicado en la Ciudad de México.
Finalmente, algunos afirman que después de un tiempo de estar en Tepeaca, la imagen fue llevada a Tehuacán, pero quienes lo visitaban no encontraban la imagen en su nicho, pues siempre aparecía en otros lados con la suela de sus zapatos sucios, hecho que atribuyeron a que no quería estar en ese municipio, por lo que fue devuelto a Tepeaca.