El Santo Rosario es una oración que los creyentes elevan en diferentes circunstancias en las que recuerdan momentos importantes en la vida de Jesucristo, al igual que de su madre la Virgen María. Esta costumbre llegó a México durante la época de la conquista, pues los españoles se encargaron de difundir este dogma en las comunidades indígenas.
Hasta la fecha la religión católica se mantiene como una de las más grandes en el país, por lo que de manera constante se realizan distintas actividades entre los fieles para promulgar su fe. Ante la pérdida de un ser querido, las familias y demás conocidos se reúnen para orar con el objetivo de ayudar a la persona que acaban de perder.
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Esta práctica la han realizado los católicos desde hace varios años en distintos puntos del mundo. Es así, como los líderes religiosos se han encargado de instruir a las personas para que puedan pedir por sus difuntos.
De acuerdo con diferentes especialistas, el origen del Rosario proviene del nacimiento del Avemaría en el siglo IX, como oración para honrar a la Madre de Dios. Se dice que esto ocurrió en la orden de San Benito y se expandió por acción de los dominicos, que fueron unas de los primeros grupos católicos asentados en Hispanoamérica.
¿Por qué se les reza a los difuntos?
Dentro de la religión católica, se cree que cuando una persona muere va al purgatorio, un lugar en el que estará a la espera de encontrarse con Dios, durante esta etapa se dice que aún tiene emociones negativas; como dolor, tristeza o desesperación, que surgen porque está en la búsqueda del descanso eterno.
En este lugar se pretende que esa alma sea ‘purificada’ para llegar al cielo, por lo que es necesario que trabaje en reconocer lo que hizo en vida. De esta manera es como pueden ayudarlos sus seres queridos para que puedan ser salvados.
“Que el amor pueda llegar hasta el más allá, que sea posible un recíproco dar y recibir, en el que estamos unidos unos con otros con vínculos de afecto más allá del confín de la muerte, ha sido una convicción fundamental del cristianismo de todos los siglos”, explicó el Papa Benedicto XVI, en la reciente Carta Encíclica ‘Spe Salvi‘.
Por ese motivo es que se hace el Santo Rosario en el que mediante la oración se realiza una reflexión de la obra salvadora de Dios. Esto quiere decir que se les reza a los difuntos para que puedan seguir en su camino hacia el más allá y así lleguen al Cielo.
Para este ritual se emplean diferentes elementos, uno de los más populares es la vela, que de acuerdo con el líder católico “Puede representar nuestras oraciones, nuestra devoción, nuestra intención de ‘velar’ es decir, de mantenernos despiertos y atentos en la oración para alcanzar lo que pedimos a Dios”.
En México está presente la costumbre del novenario, que como su nombre lo indica, son nueve días en los que se reza por el difunto para pedir por su eterno descanso. Estas oraciones se elevan a partir de que muere el creyente.
Este número está relacionado con los días que hay entre la Ascensión y Pentecostés, durante este lapso los apóstoles de Cristo se reunieron para orar acompañados de otras mujeres, como la madre del Hijo de Dios.
¿Cómo hacer el santo Rosario?
A diferencia de otros rituales similares, en el rezo hacia los difuntos se pide por la intercesión de la Santísima Virgen María por una persona fallecida. De este modo es como se tienen que realizar ligeros cambios en las letanías y otros elementos.
Dentro del Rosario están los misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos. La igual que las Avemarías, que también se conocen como décadas; cada una está precedida por un Padrenuestro y tradicionalmente seguida por un Gloria. Este es el procedimiento:
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Persignarse: Inicia como el resto de las oraciones, con la señal de la cruz, y comienza por el rosario con el Credo de los Apóstoles, recitando tres veces el Padre Nuestro y un Gloria.
Yo pecador: Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén.
Gloria: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
- Primer Misterio Gozoso: La Encarnación del Hijo de Dios. Se Empieza con la meditación (Lc 1,26-27).
Rezar: 1 Padrenuestro y 10 Avemarías
Jaculatorias:
1. Si por Tu sangre preciosa, Señor, lo has redimido, que lo perdones, te pido, por Tu Pasión dolorosa.
2. Dale Señor el descanso eterno, y luzca para él la luz perpetua.
3. Que por Tu infinita misericordia el alma de… y de todos los fieles difuntos, descansen en paz. Así sea.
- Segundo Misterio Gozoso: La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel. Se Empieza con la meditación (Lc 1, 39-42)
Rezar: 1 Padrenuestro y 10 Avemarías
Jaculatorias.
- Tercer Misterio Gozoso: El Nacimiento del Hijo de Dios en el portal de Belén. Se Empieza con una meditación (Lc 2,1-7).
Rezar: 1 Padrenuestro y 10 Avemarías
Jaculatorias.
- Cuarto Misterio Gozoso: La presentación de Jesús en el Templo. Se debe hacer la oración: (Lc 1, 39-42)
Rezar: 1 Padrenuestro y 10 Avemarías
Jaculatorias.
- Quinto Misterio: El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo. Se realiza la meditación (Lc 2, 41-47)
Rezar: 1 Padrenuestro y 10 Avemarías
Jaculatorias.
Oraciones finales
Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto, en tus manos ponemos nuestra fe para que la ilumines. Llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
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Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Letanía
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Jesucristo, óyenos.
Jesucristo, escúchanos.
Señor Dios Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Señor Dios Hijo Redentor del mundo,
ten piedad de nosotros.
Señor Dios Espíritu Santo Consolador
ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios,
ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por él.
Santa Madre de Dios, ruega por él.
Santa Virgen de las Vírgenes, ruega por él.
Madre de Cristo, ruega por él.
Madre de la Iglesia, ruega por él.
Madre de la Misericordia, ruega por él.
Madre de la divina gracia, ruega por él.
Madre de esperanza, ruega por él.
Madre purísima, ruega por él.
Madre castísima, ruega por él.
Madre siempre virgen, ruega por él.
Madre inmaculada, ruega por él.
Madre amable, ruega por él.
Madre admirable, ruega por él.
Madre del buen consejo, ruega por él..
Madre del Creador, ruega por él.
Madre del Salvador, ruega por él.
Virgen prudentísima, ruega por él.
Virgen digna de veneración, ruega él.
Virgen digna de alabanza, ruega por él.
Virgen poderosa, ruega por él.
Virgen clemente, ruega por él.
Virgen fiel, ruega por él.
Espejo de justicia, ruega por él.
Trono de la sabiduría, ruega por él.
Causa de nuestra alegría, ruega por él.
Vaso espiritual, ruega por él.
Vaso digno de honor, ruega por él.
Vaso de insigne devoción, ruega por él.
Rosa mística, ruega por él.
Torre de David, ruega por él.
Torre de marfil, ruega por él.
Casa de oro, ruega por él.
Arca de la Alianza, ruega por él.
Puerta del cielo, ruega por él.
Estrella de la mañana, ruega por él.
Salud de los enfermos, ruega por él.
Refugio de los pecadores, ruega por él.
Consuelo de los migrantes, ruega por él.
Consoladora de los afligidos, ruega por él.
Auxilio de los cristianos, ruega por él.
Reina de los Ángeles, ruega por él.
Reina de los Patriarcas, ruega por él.
Reina de los Profetas, ruega por él.
Reina de los Apóstoles, ruega por él.
Reina de los Mártires, ruega por él.
Reina de los Confesores, ruega por él.
Reina de las Vírgenes, ruega por él.
Reina de todos los Santos, ruega por él.
Reina concebida sin pecado original, ruega por él.
Reina asunta a los Cielos, ruega por él.
Reina del Santísimo Rosario, ruega por él.
Reina de la familia, ruega por él.
Reina de la paz, ruega por él.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oración final
Te rogamos nos concedas,
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Nos persignamos