Con la llegada en el horizonte del fin del año como de la llamada época navideña, una nueva flor se comience a apoderar de los adornos como del ambiente, siendo la Nochebuena, una que es originaria de México.
Conocida por diversos nombres como flor de Navidad o flor de pascua en algunas regiones del país, así como poinsettia en el resto del mundo, tiene un origen prehispánico. No fue hasta que los padres franciscanos en el siglo XVII que se empezó a utilizar con motivo de las fiestas decembrinas, siendo ya una parte esencial para representar la época.
LOS ORÍGENES PREHISPÁNICOS DE LA FLOR
Comenzando con su origen, se estima que era una flor muy apreciada por los emperadores Netzahualcoyotl como Moctezuma. Los aztecas la conocían como cuitlaxochitl, que significaba flor de piel o flor que se marchita en náhuatl, representando un símbolo de la pureza.
Esta tenía un uso naturista por sus propiedades medicinales, ya que se utilizaban varias de sus partes para preparar un cocimiento y una infusión que se utilizaba en las mujeres para controlar la hemorragia vaginal abortiva como para regular la menstruación. En otros usos se decía era efectiva contra las infecciones en la piel.
Su área ancestral se encontró primero en el norte de Guerrero cercano a la zona de Taxco, pero puede crecer de forma silvestre en bosques tropicales secos. Por ello, se puede encontrar su cultivo en estados como Sinaloa y Chiapas, así como en los territorios que abarca el Pacífico mexicano.
Dentro de los primeros ejemplares que se conocen, esta flor era menos ramificada y con brácteas, que son las hojas que se consideran pétalos, petaloides angostas como menos brillantes e inflorescencias con menos número de flores.
Con el paso del tiempo, los floricultores mexicanos lograron producirla con hojas adicionales, con flecos en los bordes y con nuevos colores que van desde las rojas, amarillas, rosas, blancas, entre otras. Se estima que en México existen más de 100 variedades de la Nochebuena.
Pasando a la actualidad, su cultivo se ha crecido y mejorado gracias a los invernaderos donde se puede tener un riego tecnificado, fertilización, control de la temperatura y humedad, entre otros factores que la convierten en un producto de calidad y de gran exportación. De acuerdo con el Fideicomiso de Riesgo Compartido, su cultivo representa uno de los más importantes dentro del sector de plantas ornamentales en México.
Desde comienzos del mes de noviembre comienza su producción, siendo los estados de Guerrero y Morelos los principales productores. Su arbusto puede llegar a medir un promedio de seis metros, pero se estima que puede crecer tan algo que genere un material leñoso. Respecto a su comercialización, se puede encontrar desde siete centímetros de altura en pequeñas macetas, lo que la convierte en un adorno ideal para cualquier gusto.
Respecto a su uso en las fiestas decembrinas, los primeros registros indican que los padres franciscanos la relacionaron a esta época. Los padres se ubicaban en Taxco en el siglo XVII y al conocer la flor, decidieron colocarla en el santo pesebre, comenzando una tradición que la llevó a ser un adorno navideño.
SU CURIOSA HISTORIA INTERNACIONAL
Pese a los diferentes nombres que tiene en México la Nochebuena, uno de sus datos más curiosos proviene de su nombre en inglés, el cual es poinsettia. Este se le dio en honor a Joel Roberts Poinsett, embajador estadounidense en México que en 1829 habría sido el primero en recopilar una de las plantas y presentarla al resto del mundo.
De acuerdo con algunos relatos, el embajador junto con unos amigos acudió al llamado de Alexander Von Humboldt, miembro de la Sociedad Científica Americana, quien pidió a naturalistas realizar una colecta de organismos vegetales y animales.
Poisett se encontró con la flor en las barrancas de Taxco, Guerrero, por lo que decidió mandarlas a Estados Unidos al Jardín botánico de Bartram, ubicado en Filadelfia, donde se expusieron por primera vez y donde se dio al embajador su descubrimiento.
La familia Bartram, dueña de este jardín botánico, también se apropió parte de su cultivo al utilizar las semillas y el resto de ejemplares que le habían sido enviados por Poisett. Además, fueron quienes comenzaron a adaptarla a sus festividades.
Pese a lo que pueda pensarse, el embajador no pidió que fuera nombrada por él, fue la decisión de quienes la expusieron por primera vez al no querer utilizar su nombre botánico “Euphorbia pulcherrima” ya que era poco atractivo, por lo que optaron por utilizar el apellido de quien la había llevado al país.
Posteriormente, a principios del siglo XX, se dio su llegada a Europa gracias a distintos naturistas y jardineros que se enamoraron de la flor al conocerla, entre ellos Robert Bruist, viverista escocés. En la actualidad, se estima que Europa es el primer productor mundial de la Nochebuena, seguido por los Estados Unidos y en el tercer puesto se encuentra México.