Tortas Ana es un establecimiento emblemático ubicado en la 3 Oriente número 215 del Centro Histórico de Puebla. Fundado en 1962 por Ana María Arronte López, este negocio de comida se ha convertido en un referente para los estudiantes y trabajadores de la zona a lo largo de más de 60 años de historia.
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Ana María, la fundadora de Tortas Ana, inició su emprendimiento con la idea de superarse a sí misma (ya que no tenía ni esposo ni hijos) y brindar a sus clientes una alternativa gastronómica asequible: tortas a la plancha de diferentes guisados. Decidida a aprovechar su cercanía con el Edificio Carolino y la escuela de Piscología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), que antes del sismo de 2017 se encontraba en la zona, Ana abrió originalmente su negocio a unos metros de la actual ubicación, en lo que hoy es el Hotel Casa de Palma.
“Gracias a Dios los estudiantes sí recibieron bien el negocio, gracias a su apoyo esto se consolidó, lo recibieron de buena manera, y han acompañado a lo largo de estos años, desde el inicio y hasta la fecha”, comenta Valeria Arronte, sobrina nieta de Ana.
Durante más de dos décadas, Tortas Ana se mantuvo en ese primer local, convirtiéndose en un punto de encuentro y sustento para los estudiantes de preparatoria y universidad, quienes agradecían la oportunidad de acceder a comida casera y de calidad a precios accesibles.
Debido al crecimiento de la zona y la venta del inmueble donde se encontraba, el negocio tuvo que mudarse a su ubicación actual, en la Calle 3 Oriente 215, a pocos metros de su emplazamiento original.
“Ellos (los alumnos) dicen que son los ‘estudihambres’, porque no tienen mucho dinero, y de verdad, vieron aquí una oportunidad para comer, ya que desde siempre se trató de tener un precio accesible; actualmente los precios van variando porque han subido los insumos”, afirma Valeria.
Doña Pecos
A la fundadora, la comunidad BUAP la quería mucho y la conocían como Doña Pecos, debido a que era una persona de piel muy blanca y pecosa, según menciona su sobrina, por lo que la gente la recuerda hasta la fecha con ese apodo.
Doña Pecos llegaba desde las 06:00 horas a comenzar a preparar las tortas a la plancha, ya que era consciente de que los estudiantes estaban listos para consumirlas por la mañana, algo que agradecían los alumnos y algunos profesores de universidad. Mientras que cerraba hasta las 19:00 horas.
“Cada persona que viene la recuerda, vienen jubilados y preguntan mucho por ella (…) era una persona demasiado noble, empática, generosa y bondadosa, entre familia siempre ayudó a todos, eso lo reflejó con su emprendimiento”, expresa la sobrina nieta.
A lo largo de los años, las tortas se han ofrecido de milanesa de puerco, pierna adobada, pollo deshebrado, salchicha, quesillo, jamón, combinadas, cubanas y de ternera, esta última la más representativa del negocio.
“Es la única de aquí que manejamos de res a la vinagreta, es el cuete, que es la pieza, se rebana en laminillas y se cocina, es la torta que más nos ha caracterizado, ha sido muy consumida, consideramos que es como si fuera la que nos distingue”, revela Valeria Arronte.
Tienen fans de Estados Unidos
Al local han llegado a asistir jugadores del equipo de futbol Puebla, clubes de fans de algunos otros equipos del balompié mexicano, youtubers e influencers, pero tuvieron una vista especial hace unos años, ya que sorpresivamente asistieron unos turistas con una sudadera que llevaba el nombre de la tortería con la misma tipografía y proclamándose fanáticos de las Tortas Ana.
“Estuvo chistoso, no nos habíamos dado cuenta, era una pareja originaria de Chicago, Estados Unidos, suponemos que en años anteriores ya habían venido al local y las comieron, entonces regresaron, pero con sus sudaderas con el nombre de Tortas Ana, nos dijeron que les encantaron y que le tomaron foto a la tipografía y se mandaron a hacer sus prendas”, indica Valeria, quien además expresa su sentir por aquella acción inesperada:
“Sentimos súper padre, hasta yo dije que me quería mandar a hacer la mía, porque ni nosotros tenemos las nuestras del equipo, fue una emoción muy padre, porque se demuestra el por qué se ha mantenido el local por tantos años”.
Sus actuales clientes
Al pasar del tiempo, Tortas Ana se ha consolidado como un ícono gastronómico en el Centro Histórico de Puebla. Además de atender a la comunidad estudiantil de la BUAP, el establecimiento ha ampliado su clientela para acoger a las nuevas universidades que se han colocado en el CH, trabajadores de la zona y turistas.
Hace dos años falleció la fundadora, pero hasta la fecha la siguen recordando los visitantes, quienes al desconocer de su muerte se sorprenden y lamentan la noticia, “era una persona demasiado noble, empática, generosa y bondadosa, entre familia siempre ayudó a todos, eso lo reflejó con su emprendimiento”, indica Valeria.
La actualidad
Si bien Tortas Ana se especializó inicialmente en la venta de tortas, a lo largo de los años ha ido ampliando su oferta gastronómica para satisfacer las necesidades de su creciente clientela. Actualmente, además de sus icónicas tortas, el establecimiento ofrece una variedad de opciones como tacos dorados, sándwiches, aguas y refrescos.
Esta capacidad de adaptación y diversificación ha permitido que Tortas Ana siga siendo un referente en la zona, conservando su relevancia a pesar de los años y los cambios en el entorno. La pasión y el legado de Doña Pecos continúan vivos en cada preparación, brindando a sus comensales una experiencia gastronómica auténtica y memorable, a través de sus familiares, quienes continúan con el negocio.
Hoy en día el negocio está a cargo de María Elena Arronte, sobrina de la fundadora, apoyada por su hija Valeria. Pero destacan que desde siempre diferentes familiares de Ana la apoyaron con la operación del local.
“Me siento orgullosa, aunque tal vez en algún momento pensé que esto no era para mí porque no era mi giro la vida me puso aquí, el destino no se equivoca y por algo quiere que siga con lo que empezó mi tía, tenemos un compromiso con mi tía”, finaliza Valeria.
