Tortas y Tamales Teresita: tradición e innovación desde 1975 | Clásicos Poblanos

La actual sede del negocio permitió no solo aumentar su capacidad de venta, sino también ofrecer un lugar donde sus clientes pudieran disfrutar de sus platillos

Eduardo Romero / El Sol de Puebla

  · jueves 26 de septiembre de 2024

Uno de los aspectos más destacados de Tortas y Tamales Teresita ha sido su capacidad para innovar en la cocina. Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

El negocio Tortas y Tamales Teresita es un emblemático establecimiento de comida ubicado en la 13 Oriente número 1301, esquina con 2 Sur, en la colonia El Carmen de Puebla. Desde su fundación en 1975, este negocio ha sido relevante en la comunidad, ofreciendo una variedad de platillos tradicionales que han deleitado a generaciones: un clásico poblano.

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El antecedente del negocio

La historia de Tortas y Tamales Teresita se remonta a la década de 1970, cuando la señora Teresa Linares Milán, originaria de Orizaba, Veracruz, y el señor Fidencio Domínguez Martínez, de Apizaco, Tlaxcala, como pareja, decidió mudarse a Puebla por temas laborales, ya que él trabajaba en el ayuntamiento de la capital del estado.

Desde sus inicios, La Fe ha sido conocida por sus preparados únicos. Foto: Daniel Casas / El Sol de Puebla

La vida en la ciudad no fue fácil, especialmente cuando Fidencio tuvo que viajar al extranjero por motivos de trabajo. Teresa, al quedarse sola con sus hijos, se vio en la necesidad de buscar una manera de sustentarse y sacar adelante a su familia.

Con determinación, Teresa recordó las enseñanzas que había recibido al trabajar en el hogar de una señora que le había enseñado recetas tradicionales poblanas. Así, decidió emprender un pequeño negocio de comida.

Comenzó vendiendo tacos de guisados y tamales en un puesto improvisado en la esquina de la Iglesia de La Soledad. Su esfuerzo y dedicación pronto comenzaron a dar frutos, atrayendo a clientes que buscaban comida casera y auténtica.

No había un antecedente con la comida, nadie más vendía. Pero mi abuelita aprendió de la sazón de su mamá, además de que cuando se vino a Puebla le trabajó a una señora en una casa y le enseñó algunas de las recetas, aprendió mucho de la gastronomía de las regiones, el tema culinario lo aprendió aquí”, comenta la nieta de la fundadora, Yanet Sánchez Domínguez.

Se mudan

Tras dos años de arduo trabajo, la oportunidad llegó: Teresa pudo adquirir un local más grande en la esquina opuesta de su puesto original (en el que actualmente se encuentran). Este nuevo espacio le permitió no solo aumentar su capacidad de venta, sino también ofrecer un lugar donde sus clientes pudieran disfrutar de sus platillos en un ambiente acogedor.

La historia de Tortas El Rayito se remonta a más de cinco décadas atrás cuando el negocio comenzó como una tienda de abarrotes. Foto: Bibiana Diaz / El Sol de Puebla

Al mismo tiempo, Fidencio regresó de su viaje al extranjero y se unió a su esposa en el negocio familiar. Juntos, comenzaron a innovar y a diversificar su menú. La combinación de la experiencia de Teresa en la cocina y la visión de Fidencio para el negocio llevó a la elaboración de platillos icónicos como el mole de panza, los molotes, tortas y, por supuesto, sus famosos tamales.

Buscaba lo que pegara la verdad, mi abuelita le metió muchas cosas al negocio para que pudiera funcionar, la gente se fue acercando poco a poco hasta que se hizo de una clientela (…) misma que aún sigue”, describe Yanet.

Crema de dulce

Uno de los aspectos más destacados de Tortas y Tamales Teresita ha sido su capacidad para innovar en la cocina. Fidencio, en particular, se destacó por su creatividad. Se le atribuye la introducción de la crema en los tamales de dulce, un detalle que marcó un antes y un después en la forma de preparar este tradicional platillo. Esta innovación no solo mejoró la calidad de los tamales, sino que también se convirtió en una tendencia que rápidamente fue adoptada por otras tamalerías en la ciudad, según relata la nieta:

Los orígenes de este emblemático restaurante se remontan a la década de los 60, con el emprendimiento de Carmen Pérez Tello. Foto: Bibiana Diaz / El Sol de Puebla

Él fue el que les metió la cremita a los tamales de dulce, fue el primero en Puebla. Antes el tamal era blanco, se le ponía una azúcar roja, así se vendían los de dulce, pero él le agregó la crema, se quedaron y de ahí esto se empezó a vender en más partes”.

El negocio comenzó a ganar popularidad y reconocimiento en Puebla. Su ubicación estratégica, cerca de vecindades y tiendas, así como su oferta de platillos sabrosos y accesibles, les permitieron construir una clientela leal. Los domingos, después de la misa, era común ver a familias y amigos dirigirse a Tortas y Tamales Teresita para disfrutar de un tamal o torta, convirtiendo esta práctica en una tradición local.

Menú actual de tortas y tamales

A lo largo de los años, ha ampliado su menú, ofreciendo una variedad de sabores de tamales que incluyen opciones como mole, rajas, dulce, salsa verde, costilla, cochinita, jarocho, limón, frambuesa entre otros más.

Mientras que, en el ámbito de las tortas, los clientes pueden disfrutar de combinaciones como pierna adobada, lomo relleno, pechuga a la mostaza, bacalao, pulpo, etc.

El negocio comenzó a ganar popularidad y reconocimiento en Puebla. Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

Ayudaron durante la pandemia

Sin embargo, no todo ha sido un camino fácil para Tortas y Tamales Teresita. La pandemia de COVID-19, que comenzó en 2020, presentó uno de los mayores desafíos en la historia del negocio. Al igual que muchos restaurantes y establecimientos de comida, enfrentaron una caída drástica en las ventas debido a las restricciones y el cierre temporal de locales. Pero en lugar de rendirse, los dueños decidieron responder a la crisis de una manera altruista.

El Hornito de San Francisco fue ganando popularidad entre los habitantes de Puebla, entre estudiantes, trabajadores de las fábricas textiles cercanas hasta ser un Clásico Poblano. Foto: Bibiana Diaz / El Sol de Puebla

Durante el confinamiento, la familia se unió para ayudar a quienes más lo necesitaban. Comenzaron a regalar comida a personas en situación vulnerable, una decisión que resonó profundamente en la comunidad. Organizaciones locales se acercaron a ellos para colaborar en esta labor solidaria. Al hacerlo, no solo brindaron apoyo a quienes lo necesitaban, sino que también fortalecieron los lazos con sus clientes, quienes apreciaron el gesto y la dedicación de la familia.

Les dimos de comer, luego asociaciones vinieron a pedirnos apoyo, quisimos regresar a le gente algo de lo que ellos nos han dado a lo largo de estos años (…) a pesar de que no han sido años fáciles, seguimos”, menciona Yanet.

Tres generaciones

A medida que el negocio ha crecido, también lo ha hecho la familia de Teresa. Hoy en día, la mayoría de sus descendientes se dedican a la venta de comida, continuando el legado que comenzó hace casi cinco décadas. Este emprendimiento ha sido un medio para que tres generaciones salgan adelante, transmitiendo no solo recetas y tradiciones, sino también valores de trabajo duro y dedicación. Además de que hoy les da trabajo a al menos cinco familias.

Siento orgullo porque fue un negocio que empezó con mucha esperanza para sacar a una familia adelante, sin querer ha sacado a tres generaciones adelante, somos personas trabajadoras que le seguimos echando ganas, mis primos también se dedican a la comida, cuando hay trabajo nos reunimos todos aquí”, destaca la familiar.

En este año, decidieron hacer una remodelación al espacio, con la intención de seguir atrayendo clientes, además de que tienen en mente el poder expandirse y desean abrir pronto en otros municipios del estado de Puebla.

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Entre poblanos hay que apoyarnos, consumamos laical, hay que ser más empáticos con los negocios de aquí, todos tenemos necesidades mutuas, cuando quieran aquí estamos para recibirlos”, finaliza Yanet Sánchez.