/ sábado 2 de abril de 2022

Un milagro en la Calle de Espejo | Turisteando con el Barón Rojo

Historia de otra bella casona del Centro de Puebla que hoy ha sido restaurada y se salvó de ser convertida en los años 60 en un edificio sin chiste

Hola queridos lectores, mil gracias por recibirme en la calidad y la calidez de sus hogares en este naciente mes de abril. En esta ocasión, con mucha alegría les presento esta nota, siempre con el deseo de que les agrade y con mucha alegría les comparto que, en mi diario andar por estas calles de Dios, me encontré con otra enorme y bella casona poblana increíblemente restaurada y remodelada.

SU HISTORIA

Sobre la calle 4 Norte, antiguamente llamada “Calle de Espejo” en su esquina con la 4 Oriente se encuentra este enorme caserón, cuyo dato más antiguo nos remonta al año de 1744. El español Juan Bartolomé Ordoñez Cienfuegos y Espejo, junto con su hermana, doña Josefa, edifica esta bella casa netamente de diseño colonial novohispano.

Según datos, la hicieron con la ayuda económica de su pariente cercano el también español don Bernardo Espejo, dueño de varias casas sobre la actual 6 Norte, quien genera su fortuna al ser guardia mayor del puerto de Acapulco, el cual recordemos que perteneció al estado de Puebla hasta el año de 1858, fecha en que se actualiza la división política del país y se instaura el estado de Guerrero.

En el año de 1754 don Bernardo, junto con su pariente don Juan Bartolomé, establecen en sociedad en la casa número uno de esta calle, edificada por ellos mismos, la primera estación de diligencias de la ciudad, la cual funciona por cincuenta años hasta 1804.

Después venden la empresa a un señor de apellido Echeverría (en una entrega anterior mencioné la casa de las diligencias que está en la esquina de enfrente), quien con el paso del tiempo la muda a la calle siguiente. La estación de diligencias funciona por cincuenta años más, desapareciendo en 1854, motivo por el cual a esta se le llama después “Calle de Echeverría”.

Estos son los únicos datos registrados acerca de esta casona, pues la historia se pierde hasta la época de la Revolución, cuando se convierte en casa habitación y, a partir de la década de los años 30 del siglo pasado, en vecindad; es aquí donde comienza su destrucción.

En el año de 1934 Lázaro Cárdenas decreta el congelamiento de rentas, lo que da motivo para que los dueños de aquella época dejaran de darle mantenimiento a la casona, pasando a ser un inmueble en ruinas, y permanece así hasta el año de 1960, cuando se convierte en un hotel de baja categoría.

Curiosamente, esto la salva de ser destruida por la ola pseudo modernista de los años 60, cuando los dueños de inmuebles coloniales del Centro Histórico le declaran la guerra al patrimonio novohispano de nuestra ciudad, periodo en el cual se pierden mas de cien casas, dando paso a la edificación de edificios carentes de todo valor arquitectónico.

SU RESCATE

Gracias al amor y al cariño de algunos propietarios, inversionistas y empresarios, muchas de estas reliquias poblanas actualmente son restauradas para dar paso a una nueva era del patrimonio histórico poblano, que logran la reedificación y conversión de estas casonas en bellísimos y muy elegantes hoteles.

Así es como a esta casa de la 4 Norte la convierten en un pequeño hotel boutique, formado por 16 habitaciones, con bar, servicios adicionales y restaurante de una famosa franquicia que hace algunos años estuvo en la 5 de Mayo, sin dejar de mencionar su sala de juntas “Barrio de los Remedios”.

Foto: Jorge Eduardo Zamora | El Sol de Puebla

Todo se encuentra bellamente decorado con mobiliario netamente porfiriano, el cual, como máquina del tiempo, te traslada a años pasados, pero con los modernismos que exige la sociedad actual, siempre respetando el diseño y la construcción original del siglo XVIII.

No en balde sus propietarios bautizaron a este hotel como El Milagro, pues fue un milagro que esta casa se salvara de ser convertida en lote baldío o estacionamiento, después de ser vecindad, hotel de baja categoría, casona derruida hasta su entrada, donde por muchos años funcionó un puesto de fritangas.

Como detalle curioso, ¿sabías que cada cuarto de este hotel tiene por nombre los barrios de Puebla? Así es, tiene las habitaciones San Antonio, Analco, San Francisco, El parral, El Carmen y varios más; además, su patio colonial cuenta con techo retráctil. ¿Qué esperas para venir a conocerla?

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo. Agradezco el favor de tu atención.

WhatsApp: 22 14 15 85 38

Facebook: Eduardo Zamora Martínez

Hola queridos lectores, mil gracias por recibirme en la calidad y la calidez de sus hogares en este naciente mes de abril. En esta ocasión, con mucha alegría les presento esta nota, siempre con el deseo de que les agrade y con mucha alegría les comparto que, en mi diario andar por estas calles de Dios, me encontré con otra enorme y bella casona poblana increíblemente restaurada y remodelada.

SU HISTORIA

Sobre la calle 4 Norte, antiguamente llamada “Calle de Espejo” en su esquina con la 4 Oriente se encuentra este enorme caserón, cuyo dato más antiguo nos remonta al año de 1744. El español Juan Bartolomé Ordoñez Cienfuegos y Espejo, junto con su hermana, doña Josefa, edifica esta bella casa netamente de diseño colonial novohispano.

Según datos, la hicieron con la ayuda económica de su pariente cercano el también español don Bernardo Espejo, dueño de varias casas sobre la actual 6 Norte, quien genera su fortuna al ser guardia mayor del puerto de Acapulco, el cual recordemos que perteneció al estado de Puebla hasta el año de 1858, fecha en que se actualiza la división política del país y se instaura el estado de Guerrero.

En el año de 1754 don Bernardo, junto con su pariente don Juan Bartolomé, establecen en sociedad en la casa número uno de esta calle, edificada por ellos mismos, la primera estación de diligencias de la ciudad, la cual funciona por cincuenta años hasta 1804.

Después venden la empresa a un señor de apellido Echeverría (en una entrega anterior mencioné la casa de las diligencias que está en la esquina de enfrente), quien con el paso del tiempo la muda a la calle siguiente. La estación de diligencias funciona por cincuenta años más, desapareciendo en 1854, motivo por el cual a esta se le llama después “Calle de Echeverría”.

Estos son los únicos datos registrados acerca de esta casona, pues la historia se pierde hasta la época de la Revolución, cuando se convierte en casa habitación y, a partir de la década de los años 30 del siglo pasado, en vecindad; es aquí donde comienza su destrucción.

En el año de 1934 Lázaro Cárdenas decreta el congelamiento de rentas, lo que da motivo para que los dueños de aquella época dejaran de darle mantenimiento a la casona, pasando a ser un inmueble en ruinas, y permanece así hasta el año de 1960, cuando se convierte en un hotel de baja categoría.

Curiosamente, esto la salva de ser destruida por la ola pseudo modernista de los años 60, cuando los dueños de inmuebles coloniales del Centro Histórico le declaran la guerra al patrimonio novohispano de nuestra ciudad, periodo en el cual se pierden mas de cien casas, dando paso a la edificación de edificios carentes de todo valor arquitectónico.

SU RESCATE

Gracias al amor y al cariño de algunos propietarios, inversionistas y empresarios, muchas de estas reliquias poblanas actualmente son restauradas para dar paso a una nueva era del patrimonio histórico poblano, que logran la reedificación y conversión de estas casonas en bellísimos y muy elegantes hoteles.

Así es como a esta casa de la 4 Norte la convierten en un pequeño hotel boutique, formado por 16 habitaciones, con bar, servicios adicionales y restaurante de una famosa franquicia que hace algunos años estuvo en la 5 de Mayo, sin dejar de mencionar su sala de juntas “Barrio de los Remedios”.

Foto: Jorge Eduardo Zamora | El Sol de Puebla

Todo se encuentra bellamente decorado con mobiliario netamente porfiriano, el cual, como máquina del tiempo, te traslada a años pasados, pero con los modernismos que exige la sociedad actual, siempre respetando el diseño y la construcción original del siglo XVIII.

No en balde sus propietarios bautizaron a este hotel como El Milagro, pues fue un milagro que esta casa se salvara de ser convertida en lote baldío o estacionamiento, después de ser vecindad, hotel de baja categoría, casona derruida hasta su entrada, donde por muchos años funcionó un puesto de fritangas.

Como detalle curioso, ¿sabías que cada cuarto de este hotel tiene por nombre los barrios de Puebla? Así es, tiene las habitaciones San Antonio, Analco, San Francisco, El parral, El Carmen y varios más; además, su patio colonial cuenta con techo retráctil. ¿Qué esperas para venir a conocerla?

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo. Agradezco el favor de tu atención.

WhatsApp: 22 14 15 85 38

Facebook: Eduardo Zamora Martínez

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