/ sábado 7 de mayo de 2022

Un oratorio en azulejo | Turisteando con el Barón Rojo

La Casa de Ejercicios Espirituales de la Cofradía de San Felipe Neri se encuentra en el Centro Histórico de Puebla

Hola queridos lectores, nuevamente y como cada sábado pasando lista de presentes en sus hogares, siempre con el deseo de que mis humildes notas sean de su agrado. En esta ocasión les voy a narrar la historia de un patio mucho muy escondido, localizado en el Centro de nuestra ciudad: el famoso patio de los azulejos.

Se ubica en la avenida 11 Poniente, entre la 16 de Septiembre y la 3 Sur, al respaldo del templo de la Concordia. A media cuadra, en la acera norte, nos encontramos con una entrada a una casa colonial mucho muy escondida y discreta.

Durante toda la vida hemos caminado sobre esta acera, pero nunca nos dimos cuenta de la existencia de un tesoro valiosísimo de nuestro patrimonio colonial, el patio de la Casa de Ejercicios Espirituales de la Cofradía de San Felipe Neri.


Este patio es parte integrante de lo que fue el monasterio de San Felipe Neri, mejor conocido por todos los poblanos como el templo de la Concordia. Fundado e iniciada su construcción en el año de 1670 bajo el diseño del arquitecto español Carlos García Durango, abarcó casi toda la manzana donde está el templo, sobre la actual 3 Sur, hasta la actual 16 de Septiembre, y sobre las actuales 9 y 11 Poniente.

¿Pero qué es una casa de ejercicios espirituales? Es el equivalente a la casa de novicias en las congregaciones religiosas de monjas; para su ingreso a un convento, primero se integraban a una escuela de medio tiempo donde se les llamaba postulantes, después pasaban a la casa de novicias, y luego las más devotas pasaban al claustro conventual.

Pues para los jóvenes, primero ingresaban al seminario menor, de ahí pasaban al seminario mayor y luego, para ingresar a las diferentes órdenes sacerdotales, pasaban a vivir enclaustrados a una casa de ejercicios espirituales, donde aprendían la disciplina monasterial de cada orden religiosa de sacerdotes. Pues esta era la casa de ejercicios de los postulantes a la orden de San Felipe Neri, o padres felipenses, siendo su primer rector el padre Cayetano Medina.

Este inmueble podía albergar hasta 36 postulantes, con sus servicios personales completos, celdas para los internos y algo que a mí me lleno de sorpresa: cuenta con una cocina con fogón semicircular, muy raro y a la vez muy avanzado para su época.

Este fogón marca un inicio de lo que hoy en día en los procesos de fabricación se le llama ingeniería de métodos, pues está diseñado para que el jefe de cocina, al que se le llamaba gobernante, vigilara todos los guisos de una sola vista, a la vez dirigía toda la cocina; esto solo lo he visto en cocinas como la del convento de Santa Mónica o la cocina de la exhacienda de Chautla, en san Martín Texmelucan.

Esta bellísima construcción se terminó en el año de 1793, desgraciadamente en la época de Juárez esta casona es expropiada y vendida a particulares, y los nuevos propietarios, civiles reformistas liberales, en un intento de destruir la huella arquitectónica novohispana construyen un edificio agregado ex profeso, abarcando casi la mitad del patio.


En este proceso, destruyen las fachadas sur y poniente de este bellísimo patio de estilo barroco, sin embargo, la suerte quiso que se salvaran las fachadas norte y oriente completamente, pero el daño causado al inmueble jamás se pudo recuperar.

Y como nota curiosa, incluso se salva todo el inmueble de la picota, pues en el año de 1967 estaba en los planes del gobierno del estado la demolición total de la casona, la cual incluía la escuela primaria colindante con el templo de la concordia.

Aunque tú no lo creas, querido lector, en mayo de 1967 las políticas pseudo modernistas del gobierno en turno incluían la demolición de la escuela Gabino Barreda y la construcción de un edificio moderno; dentro de esta demolición estaba el patio de ejercicios de San Felipe Neri, el patio de los azulejos.


Los nuevos propietarios construyeron un edificio agregado, abarcando casi la mitad del patio. Foto: Eduardo Zamora | El Sol de Puebla


¿Qué te parece esta nota?, está documentada en el periódico El Sol de Puebla de esa fecha, mayo de 1967; solo la prudencia y el sentido común evitaron su demolición, pues a último minuto el gobernador Aarón Merino Fernández ordena la suspensión de la demolición de este inmueble.

Querido lector, te platico que actualmente ya puedes conocer esta bellísima joya de la arquitectura novohispana de los poblanos, pues ya se encuentra abierta para los visitantes; no pierdas la oportunidad de conocer esta joya de tu ciudad, única en el continente.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo. Nos leemos el próximo sábado.

Hola queridos lectores, nuevamente y como cada sábado pasando lista de presentes en sus hogares, siempre con el deseo de que mis humildes notas sean de su agrado. En esta ocasión les voy a narrar la historia de un patio mucho muy escondido, localizado en el Centro de nuestra ciudad: el famoso patio de los azulejos.

Se ubica en la avenida 11 Poniente, entre la 16 de Septiembre y la 3 Sur, al respaldo del templo de la Concordia. A media cuadra, en la acera norte, nos encontramos con una entrada a una casa colonial mucho muy escondida y discreta.

Durante toda la vida hemos caminado sobre esta acera, pero nunca nos dimos cuenta de la existencia de un tesoro valiosísimo de nuestro patrimonio colonial, el patio de la Casa de Ejercicios Espirituales de la Cofradía de San Felipe Neri.


Este patio es parte integrante de lo que fue el monasterio de San Felipe Neri, mejor conocido por todos los poblanos como el templo de la Concordia. Fundado e iniciada su construcción en el año de 1670 bajo el diseño del arquitecto español Carlos García Durango, abarcó casi toda la manzana donde está el templo, sobre la actual 3 Sur, hasta la actual 16 de Septiembre, y sobre las actuales 9 y 11 Poniente.

¿Pero qué es una casa de ejercicios espirituales? Es el equivalente a la casa de novicias en las congregaciones religiosas de monjas; para su ingreso a un convento, primero se integraban a una escuela de medio tiempo donde se les llamaba postulantes, después pasaban a la casa de novicias, y luego las más devotas pasaban al claustro conventual.

Pues para los jóvenes, primero ingresaban al seminario menor, de ahí pasaban al seminario mayor y luego, para ingresar a las diferentes órdenes sacerdotales, pasaban a vivir enclaustrados a una casa de ejercicios espirituales, donde aprendían la disciplina monasterial de cada orden religiosa de sacerdotes. Pues esta era la casa de ejercicios de los postulantes a la orden de San Felipe Neri, o padres felipenses, siendo su primer rector el padre Cayetano Medina.

Este inmueble podía albergar hasta 36 postulantes, con sus servicios personales completos, celdas para los internos y algo que a mí me lleno de sorpresa: cuenta con una cocina con fogón semicircular, muy raro y a la vez muy avanzado para su época.

Este fogón marca un inicio de lo que hoy en día en los procesos de fabricación se le llama ingeniería de métodos, pues está diseñado para que el jefe de cocina, al que se le llamaba gobernante, vigilara todos los guisos de una sola vista, a la vez dirigía toda la cocina; esto solo lo he visto en cocinas como la del convento de Santa Mónica o la cocina de la exhacienda de Chautla, en san Martín Texmelucan.

Esta bellísima construcción se terminó en el año de 1793, desgraciadamente en la época de Juárez esta casona es expropiada y vendida a particulares, y los nuevos propietarios, civiles reformistas liberales, en un intento de destruir la huella arquitectónica novohispana construyen un edificio agregado ex profeso, abarcando casi la mitad del patio.


En este proceso, destruyen las fachadas sur y poniente de este bellísimo patio de estilo barroco, sin embargo, la suerte quiso que se salvaran las fachadas norte y oriente completamente, pero el daño causado al inmueble jamás se pudo recuperar.

Y como nota curiosa, incluso se salva todo el inmueble de la picota, pues en el año de 1967 estaba en los planes del gobierno del estado la demolición total de la casona, la cual incluía la escuela primaria colindante con el templo de la concordia.

Aunque tú no lo creas, querido lector, en mayo de 1967 las políticas pseudo modernistas del gobierno en turno incluían la demolición de la escuela Gabino Barreda y la construcción de un edificio moderno; dentro de esta demolición estaba el patio de ejercicios de San Felipe Neri, el patio de los azulejos.


Los nuevos propietarios construyeron un edificio agregado, abarcando casi la mitad del patio. Foto: Eduardo Zamora | El Sol de Puebla


¿Qué te parece esta nota?, está documentada en el periódico El Sol de Puebla de esa fecha, mayo de 1967; solo la prudencia y el sentido común evitaron su demolición, pues a último minuto el gobernador Aarón Merino Fernández ordena la suspensión de la demolición de este inmueble.

Querido lector, te platico que actualmente ya puedes conocer esta bellísima joya de la arquitectura novohispana de los poblanos, pues ya se encuentra abierta para los visitantes; no pierdas la oportunidad de conocer esta joya de tu ciudad, única en el continente.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo. Nos leemos el próximo sábado.

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