Volkswagen de México ha sido motor en el desarrollo económico y social de Puebla durante 60 años. Desde que se constituyó en 1964, se proyectó hacia el futuro instalándose en la Angelópolis como punto estratégico entre la Ciudad de México y Veracruz. Rápidamente se convirtió en la empresa más importante de la región en cuanto a la generación de empleos.
Una década después de que la armadora automotriz iniciara operaciones en Cuautlancingo, Puebla, ya contaba con una plantilla de 12 mil trabajadores. Para proporcionarles un entorno ideal en beneficio de la salud, además de fomentar un clima de compromiso y alto desempeño, estableció la “Unidad Deportiva y Social para los Trabajadores de Volkswagen”.
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Origen de la empresa automotriz en México
Su historia en el país inició diez años antes de que la armadora se instalará en la Puebla, cuando el príncipe Alfonso de Hohenlohe, consiguió la concesión de Volkswagen en México, se lee en el libro “Volkswagen 50”, edición impresa por el cincuentenario de la armadora.
El príncipe era aficionado a las carreras de automóviles y tenía relación estrecha con la familia Porsche. Este fue el conducto para que él conociera al general que tenía la concesión de los automóviles alemanes en México y lo convenciera para cederla.
En enero de 1954, Hohenlohe fundó la Distribuidora Volkswagen Central, que fue la primera concesionaria de la marca en la capital del país. Dos meses después, presentó los primeros automóviles VW.
“Un año más tarde, en 1955, los alemanes firmaron un contrato con la empresa Studebaker de Rómulo O´Farrill, para armar el Volkswagen Sedán en sus instalaciones de la 9 poniente esquina con la 21 sur, donde trabajaron hasta 1961”, detalló Ricardo Menéndez Escobedo, conductor del programa de radio Recuerdos de Puebla.
Refirió que para 1962, Rómulo O´Farrill, Edmundo Stirley y Ernesto Krauze, adquirieron unos enormes galerones que eran de la empresa “Automóviles Ingleses”. En este lugar y asociados con los alemanes establecieron la primera planta propia en Xalostoc, Estado de México, la cual recibió el nombre de PROMEXA, Promotora Mexicana de Automóviles, iniciando actividades a un ritmo de armado de 10 automóviles Volkswagen Sedán diarios.
La primera piedra de la armadora automotriz
Volkswagen de México se constituyó ante notario público el 15 de enero de 1964, y cinco meses después, en junio de 1965 se colocó la primera piedra. En el acto estuvieron presentes Hans Barschkis, el primer presidente del Consejo Ejecutivo de VW; Aarón Merino Fernández, gobernador de Puebla; Rómulo O´Farrill Silva, el socio mexicano que los alemanes necesitaban para establecer su empresa en el país; además de invitados de los sectores político y empresarial.
Menéndez Escobedo comenta que la armadora se asentó sobre una superficie de tres millones de metros cuadrados en la zona de Cuautlancingo que pertenecían al ex gobernador Antonio Nava Castillo y a Rodolfo Budib Name.
“En su momento, fue un gran mérito el desarrollo de la infraestructura necesaria tan solo para lograr entrar a los terrenos. Así que la Asociación de Caminos de Puebla, construyó el trébol de acceso sobre la autopista, también construyó el trébol para acceder a la Hylsa, empresa que, en esas épocas, llegaba de Monterrey para instalarse en Xoxtla”, detalló.
“En 1965 Puebla era una ciudad pequeña, contaba con 300 mil habitantes y el municipio de Cuautlancingo, tenía entonces 12 mil habitantes, otros municipios cercanos a la VW como San Pedro, San Andrés y Santa Isabel Cholula tenían 44 mil 500 habitantes, así que toda la zona aledaña a VW contaba entonces con 356 mil habitantes aproximadamente”, agregó.
Después de un poco más de 2 años, el 23 de octubre de 1967, se fabricó el primer Volkswagen Sedán en la planta de Puebla, hacia 1968, también aquí en la Angelópolis, se produjo el Volkswagen Sedán número 100 mil en el mundo.
“Volkswagen de México se convirtió en la empresa más importante de la región en cuanto a la generación de empleos directos e indirectos, lo que se tradujo en que Puebla fuera de las zonas de mayor progreso en México”, puntualizó Menéndez.
La infraestructura deportiva
Diez años después de que la armadora automotriz iniciara operaciones en Cuautlancingo, se estableció la “Unidad Deportiva y Social para los Trabajadores de Volkswagen”, sobre la recién inaugurada vía rápida Quetzalcóatl Puebla-Cholula, hoy conocida como La Recta.
Con una inversión de 15 millones de pesos, el complejo se fincó sobre un terreno de 16 hectáreas que contaba con diferentes áreas de esparcimiento, descanso y diversión para los 12 mil trabajadores con los que contaba la empresa en ese momento, y sus familias.
De esta manera, Volkswagen de México les proporcionó a sus trabajadores un entorno ideal en beneficio de la salud e infraestructura deportiva para fomentar un clima de compromiso y alto desempeño.
La unidad contó con canchas de fútbol, béisbol, frontón, alberca olímpica, un gimnasio-auditorio, vestidores, baños con vapor, cafetería, y oficinas administrativas; posteriormente se construyó una pista de atletismo.
La Unidad Deportiva y Social para los Trabajadores de Volkswagen fue inaugurada el sábado 15 de marzo de 1975 por José Campillo Sainz, secretario de Industria y Comercio del país, en representación del presidente Luis Echeverría, y en presencia del gobernador del estado, Alfredo Toxqui; y el presidente de Volkswagen de México, Hans Barschkis.
También estuvieron presentes Arturo Llorente, subsecretario de Trabajo; Eduardo Cué Merlo, Presidente Municipal; Diego Ortiz Balderas y Juan Ortega Arenas, secretario y asesor, respectivamente, del Sindicato de Trabajadores de Volkswagen de México.
Dos mil trabajadores de la armadora automotriz y sus familias, se congregaron en la explanada de la unidad deportiva, teniendo como marco las modernas instalaciones.
El acto protocolario
“Volkswagen, ejemplo de unidad entre empresa y los trabajadores”, se lee en la publicación del 16 de marzo de 1975, cuando esta casa editorial El Sol de Puebla, informó a la sociedad poblana del hecho.
“Esta unidad que se inaugura por el esfuerzo y la acción decidida de los trabajadores, con la cooperación de la propia empresa, representa una vida de superación lo mismo física que social y espiritual de los trabajadores de Volkswagen”, dijo Campillo al referirse a las instalaciones, y agregó que, este sería un medio para formar a un nuevo tipo de mexicano.
Refirió que los trabajadores de Volkswagen asumieron su responsabilidad en la producción de México y contribuyeron a formar un tipo de mexicano digno, independiente, libre, responsable en la función de sus tareas y solidario en el desenvolvimiento y engrandecimiento de México.
“Hoy se escribe otra página de la historia de nuestro centro de trabajo al inaugurar esta Unidad Social y Deportiva de Trabajadores de Volkswagen de México. Es una expresión más de la preocupación de la empresa y el sindicato por el desarrollo cultural, profesional y social de los trabajadores y sus familias. El esfuerzo económico de la empresa muestra que hemos cumplido lo que prometimos a nuestros trabajadores”, señaló Hans Barschkis, presidente de la armadora.
Agregó que en ese momento, Volkswagen ocupaba el primer lugar en la industria automotriz nacional. Esto derivado del trabajo y el espíritu de superación de la organización, en donde los propósitos de trabajadores y empresa condujeron a una meta común de progreso en beneficio de todos.
“Continuaremos los esfuerzos para ser permanentes puntuales en el desarrollo productivo y el mejoramiento social, con relaciones obrero-patronales basadas en la cordialidad del diálogo y en el estricto cumplimiento de los compromisos contraídos por ambas partes”, reiteró.
Por su parte, Diego Ortiz Balderas, secretario del sindicato de trabajadores, dijo que la inauguración de la unidad deportiva tenía una gran significación que demostraba el alto sentido de responsabilidad de los trabajadores de VW.
“Ello demuestra que actuamos dentro de un desarrollo planeado, mejorando nuestra organización y nuestros métodos; educándonos en el conocimiento de nuestra industria y esencialmente en la realidad de México”, aseveró.
“Sabemos que la lucha de los trabajadores mexicanos no puede ser producto de simples impulsos incoherentes, tiene que ser el resultado del estudio de nuestra realidad y de nuestra fuerza; de saber lo que corresponde en cada etapa para consolidarnos como clase social del futuro”, asentó.
En beneficio del trabajador
“Yo trabajé en Volkswagen 16 años, empecé en la Nave 3 donde se ensamblaba la Combi, después pasé al área de fundición y terminé como auxiliar del área de maquinados en Nave 5, ahí terminé mi vida laboral”, señala Mario Alberto Paz Márquez.
Refirió que la unidad deportiva la construyó la empresa automotriz después de un acuerdo que se hizo con el Sindicato de Trabajadores de Volkswagen de México. Era administrada por el sindicato, pero en la década de los noventa se le regresó a Volkswagen porque no le daban el mantenimiento adecuado y cuando la tomó la empresa la dejaron de primer nivel.
Además de las actividades deportivas, se organizaban actividades culturales, y en el tiempo que Mario laboró ahí, había una pista de tartán y una cancha de tenis. El sindicato se encargaba de organizar ligas de fútbol, voleibol y basquetbol, y también existían torneos permanentes.
“En una ocasión jugamos con el equipo del Ayuntamiento que encabezaba Mario Marín Torres, hacíamos torneos con dependencias gubernamentales, otras empresas y ocupamos la unidad deportiva”, detalló.
“Mostrando la credencial de trabajador podrías tener acceso con cinco personas más. Pero si el trabajador estaba laborando y si su esposa e hijos quieren ir a nadar o a bañarse, lo podían hacer. Se hacen credenciales para ellos demostrando que eran tu familia. Con tu credencial de pensionado, puedes también disfrutar de las instalaciones”, concluyó.
La Unidad Social y Deportiva de Trabajadores de Volkswagen de México, el próximo año cumplirá cinco décadas de abonar a la salud y el bienestar de los trabajadores de la armadora mexicana, y sus familias.