A lo largo de la Cuaresma se realizan diferentes actividades para conmemorar la Pasión de Cristo, las cuales terminan con la Semana Santa, en donde se hacen varios ritos especiales de acuerdo con el día; algunos de ellos son el Lavatorio de Pies, los viacrucis, las procesiones y otro tipo de actos.
Entre ellos se encuentra la Reflexión de las 7 Palabras, la cual se lleva a cabo el Viernes Santo después del mediodía. Según las escrituras, estas las dijo El Mesías mientras se encontraba en la cruz. Este ritual religioso corresponde a la etapa de duelo en la que Jesús agoniza, por eso los creyentes le dan una gran importancia.
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Este rezo cuyo nombre real es ‘Septem Verba’ en latín, no es un conjunto términos aislados, sino que son frases, las cuales están redactadas en los Evangélicos Canónicos. Es importante mencionar que no hay un orden cronológico oficial, sino que en la biblia se estipuló la jerarquía que deberían tener estas oraciones.
¿Cuáles son las 7 Palabras de Cristo?
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”
De acuerdo con las escrituras, esta oración puede estar dirigida para las personas que sean culpables de la muerte del Mesías, que podrían ser los judíos, los soldados romanos o incluso a la población mundial.
“Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso”
Esta frase surgió luego de que el ladrón que estaba al lado de Cristo se arrepintiera de los pecados cometidos en vida al decirle “acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”, pues de esta manera el Hijo de Dios le aseguró la salvación.
“Mujer, ahí tienes a tu hijo. Hijo, ahí tienes a tu madre”
Esta frase tiene un doble significado, por una parte hace referencia a la soledad y el desamparo de su Madre, ya viuda, cuando Jesús ya no esté físicamente, y por eso busca que Juan, su entrañable discípulo, la cuide. Por otra parte, hace alusión al desamparo en que nos quedaríamos nosotros sin una madre, por lo que María se convertiría en Madre nuestra y Madre de la Iglesia.
“¡Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?!”
Hay una interpretación tradicional que sostiene que Jesús pudo haber recitado el Salmo 22, en el que empieza con esta frase. Según los teólogos, Cristo se entregó libremente al sacrificio por la humanidad, pero su naturaleza humana lo hace sentirse abandonado.
“Tengo sed”
Con estas palabras se pueden dar dos interpretaciones, la primera está relacionada con las necesidades fisiológicas de Jesucristo, quien busca probar algún líquido; aunque igual se dice que evoca a la sed espiritual que Cristo experimentó junto al pozo de la samaritana.
“Todo está cumplido”
Con estas palabas se interpreta que a través de la propia boca de Cristo se menciona que lo dicho en las Sagradas Escrituras se realizó, justo como lo habían estipulado.
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”
Esta oración ha sido una de las más empleadas en los rezos en la actualidad; esto se debe a que hace referencia a la confianza y entrega que brinda un creyente ante la entrada al mundo espiritual, es decir, cuando trasciende en alma al Reino de los Cielos.