Cada 12 de diciembre la fe católica mexicana celebra la aparición de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac, una fiesta religiosa en donde el Rosario Guadalupano ocupa un lugar importante, porque teje una conexión espiritual profunda entre los fieles y la Madre de México, y en esta nota te decimos cómo rezarlo en este día de celebración.
Año con año, millones de feligreses de diferentes partes del país viajan a la Basílica de Santa María de Guadalupe en CDMX o a los santuarios más cercanos para conmemorar la aparición de la María a Juan Diego.
De esta manera, es como los centros religiosos dedicados a esta imagen, se vuelven puntos de reunión, así como de fiesta y verbena para miles de personas que acuden a pedir milagros o agradecen a la santidad la ayuda que les brinda en diversas peticiones, y una forma de hacer oración es realizando un rosario en honor a quien se considera la Santa Patrona de México.
Así es como se debe rezar el Rosario Guadalupano
El Santo Rosario es una devoción católica que data desde finales del siglo XIX, cuando los fieles que no sabían o no podían recitar los 150 salmos del oficio Divino los sustituían por 150 Avemarías. Su forma actual se debe a santo Domingo de Guzmán, a quien le fue revelado por la Virgen como un arma espiritual.
Es así como, el Rosario Guadalupano es una de las tantas formas de expresar agradecimiento a la Virgen de Guadalupe y pedirle ese milagro que tanto se anhela. Para que este 12 de diciembre le puedas transmitir tu deseo de una manera más especial, a continuación te explicamos cómo se reza el rosario de la Virgen de Guadalupe.
Es importante mencionar que, su estructura no difiere del rosario tradicional, ya que se inicia de igual manera, con la señal de la Santa Cruz, el Credo, un Padre Nuestro y tres Avemarías. Se pueden agregar letanías y coronillas si el devoto así lo quiere.
Tras esto hay que meditar en silencio para luego realizar el primer misterio, mismo que va acompañado de un Padre Nuestro, diez Ave Marías, un gloria y una oración a la Virgen de Fátima: “Oh Jesús mío, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo, especialmente las más necesitadas de tu misericordia”, para terminar con una jaculatoria, es decir, una breve oración o invocación, en el sentido de lanzar una plegaria.
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A diferencia de otros rosarios, el cambio radica en los pasajes que se rememoran y sobre los que se medita, que en ese caso son partes de la historia de la Virgen de Guadalupe:
Primer Misterio: La Virgen de Guadalupe trae un mensaje de paz a su pueblo
“Sabe y ten entendido, tú, el más pequeño de mis hijos, que soy yo la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios por quien se vive; del Creador, en quien está todo; y es Señor del cielo y de la tierra. Deseo vivamente que se me erija aquí un templo para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa, pues yo soy su piadosa Madre”.
Se reza un Padre Nuestro y 10 Ave Marías, un Gloria y la oración a la virgen de Fátima.
Segundo Misterio: Juan Diego comparte a la Virgen su humildad y su pequeñez a los ojos de los hombres
“Te ruego encarecidamente, Señora y niña mía, que alguno de los principales, conocido, respetado y estimado, le encargues que lleve tu mensaje para que le crean, porque yo soy un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente menuda.”
Se reza un Padre Nuestro y 10 Ave Marías, un Gloria y la oración a la virgen de Fátima.
Tercer Misterio: María de Guadalupe escogió a Juan Diego por su sencillez y no por su sabiduría
“Oye hijo mío, el más pequeño, ten entendido que son muchos mis servidores y mensajeros a quienes puedo encargar que lleven mi mensaje y hagan mi voluntad, pero es de todo punto preciso que tú mismo solicites y ayudes y con tu mediación, que se haga mi voluntad”.
Se reza un Padre Nuestro y 10 Ave Marías, un Gloria y la oración a la virgen de Fátima.
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Cuarto Misterio: La Virgen María cura a Juan Bernardino como signo de que quiere salud y felicidad para su pueblo
“Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón; no temas a esa enfermedad ni alguna otra angustia. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa, no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella. Está seguro de que ya sanó”.
Se reza un Padre Nuestro y 10 Ave Marías, un Gloria y la oración a la virgen de Fátima.
Quinto Misterio: María nos deja su imagen para recordarnos su ternura, su amor y su constante protección
“Juan Diego trajo a la Señora del Cielo las diferentes rosas que fue a cortar; las que, así como las vio, cogió con sus manos y otra vez se las echó en el regazo diciendo: “Hijo mío, el más pequeño, esta diversidad de rosas es la prueba y señal que llevarás al obispo, le dirás en mi nombre que vea en ella mi voluntad y que él tiene que cumplirla. Tú eres mi embajador, muy digno de confianza.”
Se reza un Padre Nuestro y 10 Ave Marías, un Gloria y la oración a la virgen de Fátima.
Cabe señalar que en Santo Rosario Guadalupano se reza del 28 de octubre al 12 de diciembre, es decir, 46 días, mismos que hacen alusión a las 46 estrellas de su manto.