/ sábado 19 de junio de 2021

Volkswagen, motor económico de Puebla desde hace 57 años | Los tiempos idos

Primero dirigida por alemanes, tras un proceso de selección y entrenamiento, los puestos directivos fueron para mexicanos

Volkswagen de México ha sido motor en el desarrollo económico y social de Puebla durante 57 años, desde que se constituyó el 15 de enero de 1964. La empresa se proyectó hacia el futuro instalándose en la ciudad como punto estratégico entre la gran capital, Ciudad de México y el puerto de Veracruz.

En sus inicios Volkswagen de México fue dirigida solo por alemanes, pero tras un proceso de selección y entrenamiento, los puestos directivos han sido ocupados por mexicanos que, con talento y pasión por los automóviles, hoy cuentan una gran historia de éxito.

En esta primera entrega conocerás el origen de la armadora y los programas que se implementaron para formar a los primeros directivos mexicanos. En la segunda, conoce la vida en la planta en voz de sus trabajadores.

ASÍ SE FUNDÓ VOLKSWAGEN

“Volkswagen de México se constituyó ante notario público en enero de 1964, pero fue hasta junio de 1965 cuando se colocó la primera piedra de esta importante firma México/Alemana”, asegura Ricardo Menéndez Escobedo, conductor de los programas de radio “Recuerdos de Puebla” y “Café con piquete” en el 105.9 de Puebla FM.

Refiere que para instalar la planta la empresa alemana adquirió tres millones de metros cuadrados en Cuautlancingo, que pertenecían al ex gobernador Antonio Nava Castillo y a Rodolfo Budib Name, quienes ya tenían planeado desarrollar un parque industrial en ese lugar.

En la colocación de la primera piedra de la Volkswagen estuvo presente Hans Barschkis, el primer Presidente del Consejo Ejecutivo de la empresa; Aarón Merino Fernández, gobernador de Puebla; y el socio mexicano que los alemanes necesitaban para establecer su empresa en México, Rómulo O´Farril Silva. También asistieron invitados de los sectores político y empresarial.

Así entraron los camiones a los terrenos para construir la planta de Volkswagen / Foto: Facebook “Germanos, a la mexicana”

Sin embargo, los alemanes estuvieron a punto de retractarse de construir la planta porque en los terrenos seleccionados no había agua potable; decidieron que no lo harían porque sin agua no se podría trabajar, solo habían encontrado agua sulfurosa y el procedimiento para limpiarla era incosteable.

“El presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien era amigo personal de Rómulo O´Farril, se enteró que los directivos de la VW querían irse de Puebla y entonces se comunicó con el gobernador Aarón Merino Fernández para sugerirle llamara de inmediato al ingeniero Ernesto Kurt Feldmann, un sabio alemán en asuntos de agua, quien por medio de estudios de radiestesia señaló el lugar preciso en donde perforar los pozos”, advierte.

“Los ingenieros y técnicos de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas de México, se burlaban de Feldmann al verlo caminar con su varita para localizar el lugar preciso en donde empezar a cavar. Pero una vez señalado el lugar, este llamó a su amigo, el también ingeniero alemán Rodolfo Kisli, para escarbar y construir un pozo en toda forma. Lo que era burla se convirtió en sorpresa, y en unos días dieron a la Volkswagen toda el agua potable que necesitaban para que la planta se quedará en nuestra ciudad”, añade.

Durante la construcción de la planta Volkswagen | Foto: Facebook “Germanos, a la mexicana”

Enfatiza que, quienes saben más de esta historia, dicen que los alemanes ya traían de su país la totalidad de los planos que se necesitaban; eléctricos, hidráulicos, de obra civil, etcétera y que en Puebla subcontrataron empresas proveedoras para llevar a cabo esta colosal obra.

“Hay que pensar también el gran mérito que, en su momento, tuvo el desarrollo de la infraestructura necesaria tan solo para lograr entrar a los terrenos. Así que la Asociación de Caminos de Puebla, construyó el trébol de acceso sobre la autopista, también construyó el trébol para acceder a la Hylsa, empresa que, en esas épocas, llegaba de Monterrey para instalarse en Xoxtla”, detalla.

El inicio de actividades en Volkswagen fue un esfuerzo monumental, señala Ricardo, y agrega que solo hay que imaginar una cocina en donde se prepararan alimentos para 10 mil personas. Al mismo tiempo, suficientes médicos y enfermeras para atender a la población. Además, construir calles dentro de la planta y el transporte para movilizar al personal en una superficie de millones de metros cuadrados. Así mismo, dice que contrataron empresas de camiones para llevar a miles de trabajadores y empleados desde Puebla y alrededores hasta la planta.

Traslado de maquinaria, herramientas y prensas a la planta Volkswagen | Foto: Facebook “Germanos, a la mexicana”

“Otro reto importantísimo, fue el de localizar, en México y en Puebla, a cientos de proveedores para fabricar o desarrollar tal o cual parte, pieza o refacción que, se emplearían para fabricar el famoso auto compacto (vocho). No solo eso, además, convencerlos de que para esta empresa alemana, era indispensable entregar en el tiempo prometido y en la forma de empaque y transporte requerido, sin excusas ni rollos mareadores”, señala.

LA DUREZA DE UN LÍDER

“Entré a trabajar a Volkswagen el 17 de febrero de 1969, me contrató Antonio Cervantes que era jefe de Recursos Humanos, para construir el área de ´Reclutamiento y Selección de Personal´”, asegura el doctor Jorge de la Cuesta, quien trabajó en Volkswagen 26 años.

“Era mucho muy difícil trabajar en VW, era estresante, porque el presidente en ese entonces era un hombre sumamente duro, y decir duro, es poco, se llamaban Hans Barschkis. Todo mundo le tenía miedo pero yo lo apreciaba por la fuerza que tenía y porque a pesar de ser duro, era una persona justa”, detalla.

Aspecto de la planta de Volkswagen ya terminada | Foto: Volkswagen de México

El señor Barschkis fue comandante de submarino de la armada alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Nació en Lübeck, Alemania (1920) pero creció entre Mallorca y Barcelona en España, de ahí su fluidez del idioma. Durante su gestión al frente de VW vio salir de las líneas de producción a los modelos Sedan, Caribe, Atlantic, Corsar, Brasilia, Safari y Combi. Otro logro importante fue la exportación de automóviles mexicanos al mercado europeo, sumando la cifra de 100 mil unidades.

“Mi oficina estaba en la mera entrada de VW y un día, cuando todavía no nos habían presentado, me lo encontré y me dijo: ¿usted quién es? soy el doctor de la Cuesta, me dijo, ¿qué estamos enfermos? ya tenemos doctores aquí, no señor, soy psicólogo, y dice ¡ah, entonces usted cree que estamos locos!, le dije no, es para evitar que se nos metan locos, yo les hago sus pruebas, y muy simpático me dice ¿a ver, deme un expediente de un administrador ?, entonces yo tenía todo en archivos de papel porque no teníamos computadores individuales, solo teníamos una IBM de tarjetas perforadas del tamaño de un cuarto para toda la fábrica, así que abrí el archivero, saque uno sin ver y se lo entregué, y que me dice ¡qué me está tomando el pelo!, ¡cómo que James Bond!, y es que el cuate se llamaba James Bond Martínez (dice entre risas), total que poco a poco me fue aceptando”, comenta.

Línea de producción del vocho, el auto más vendido de la armadora | Foto: Volkswagen de México

Después de unos años de trabajo, de la Cuesta ya tenía formada el área de reclutamiento y selección. Entonces, junto con Cervantes, empezaron a construir el “área de sueldos y salarios”, porque no había un tabulador de sueldos y así constituyó el primer tabulador para empleados de Volkswagen de México.

EL DESARROLLO DE LOS FUTUROS JEFES

En 1972 transfirieron al doctor de la Cuesta a la escuela de capacitación, por órdenes del gerente de esa área, Robert Fiebig, quien abogó por él con Barschkis para que se fuera al país germano. “Así me mandaron a estudiar ´dirección´ a Alemania, de hecho volví más director que psicólogo y empecé a desarrollar a todos los directivos de VW, incluido Barschkis y toda su plana mayor que eran puros alemanes de alto nivel; fui jefe de Desarrollo Profesional”, advierte.

Hans Barschkis, primer Presidente del Consejo Ejecutivo de Volkswagen en México | Foto: Volkswagen de México

Refiere que en este puesto buscó capacitadores externos y así llegó a “Dando”, con los hermanos Sergio y Hugo Reyes Carrasco, y Ramón Adel Febrer, con quienes implementó infinidad de cursos para desarrollar y evaluar a los ejecutivos de Volkswagen de México.

“Nosotros introducimos el Assessment Center (centro de evaluación) en Puebla y yo creo que ahorita no lo hace nadie, fuimos los pioneros de la Psicología Organizacional en México. Nos encerrábamos varios días en hoteles y les poníamos ejercicios de evaluación, así surgió el ´Programa de Entrenamiento de Voluntarios´ (voluntärsausbildung) que es mi máximo orgullo de lo que hice en VW”, sentencia.

De la Cuesta dice que la idea era seleccionar a los mejores de toda la república para preparar a los futuros jefes, que fueran recién egresados de la licenciatura, sin posgrado porque con en el programa de voluntarios se iban a preparar como futuros jefes de Volkswagen. Otro requisito es que no fueran casados porque eran 3 años de entrenamiento, dos en México y uno en Alemania.

Escuela de Capacitación VW en donde se les enseñaba a trabajar en equipo a los futuros técnicos especialistas de la empresa | Foto: Volkswagen de México

Refiere que el directivo necesita muchas habilidades: humanas, personales, interpersonales, de trabajo en equipo, de actitud, ente otras. A estas habilidades hoy se conocen como “competencias cardinales”, que son eminentemente humanas, a parte de las competencias especializadas (contabilidad, ingeniería, etcétera).

Las competencias cardinales son las que más valen, el doctor señala que, “si dos ingenieros buscan el mismo puesto y uno es muy bueno pero conflictivo, y el otro, no es tan bueno pero tiene una actitud positiva, prefiero al que no es tan bueno, porque lo que falta de ingeniería yo se lo enseño, en cambio, cambiar la conducta de una persona es sumamente difícil.

“En aquel entonces el puesto de director era exclusivo para alemanes, pero con este programa, en tres años, preparamos a 90 futuros jefes de Volkswagen, que poco a poco empezaron a ocupar puestos directivos, como es el caso de Erick Merkel (mexicano con nombre alemán), que fue el primer director mexicano que salió del programa de voluntarios; pero este programa era tan bueno que algunos se fueron de la planta a trabajar como directivos de alto nivel a otras empresas”, asegura.

De enero de 1978 a septiembre de 1985, Volkswagen de México exportó oficialmente a Europa, 107 mil Sedanes, muchos de ellos edición limitada o conmemorativa | Foto: Volkswagen de México

“A pesar de las cargas enormes de trabajo y las fuertes presiones que se sufrían, creo que todos amábamos y seguimos amando a esa maravillosa fuente de trabajo que tanta influencia ha tenido en la economía y en la cultura de nuestra querida Puebla”, concluye.

EL ORIGEN DE VOLKSWAGEN EN MÉXICO

En el libro Volkswagen 50, edición de aniversario, se lee que su historia inicia 10 años antes de que la empresa se instalará en el país, cuando el príncipe Alfonso de Hohenlohe (de madre mexicana) que era aficionada a las carreras de automóviles y como conocía a la familia Porsche, tuvo su primer contacto con Volkswagen y consigue que, el general que había conseguido la concesión en México, le ceda el contrato.

En enero de 1954, el príncipe de Hohenlohe fundó la primera concesionaria en la Ciudad de México con el nombre de Distribuidora Volkswagen Central. En marzo del mismo año se presentaron los primeros escarabajos Volkswagen en una exposición industrial que tuvo como sede la UNAM.

Concesionaria y centro de servicio Volkswagen en Puebla | Foto: Volkswagen de México

De acuerdo con Ricardo Menéndez Escobedo, un año más tarde en 1955 los alemanes firmaron también un contrato con la empresa Studebaker de Rómulo O´Farrill, para armar en sus instalaciones, de la 9 poniente esquina con la 21 sur, respaldo de la agencia de autos, el compacto Volkswagen sedán donde trabajaron hasta 1961.

Dice que para 1962, Rómulo O´Farril, Emundo Stirley y Ernesto Krauze, adquirieron unos enormes galerones que eran de la empresa “Automoviles Ingleses”, y en este lugar asociados con los alemanes establecieron la primera planta propia en Xalostoc, Estado de México, la cual recibió el nombre de PROMEXA, Promotora Mexicana de Automóviles, iniciando actividades a un ritmo de armado de 10 automóviles Volkswagen sedán diarios.

Volkswagen de México ha sido motor en el desarrollo económico y social de Puebla durante 57 años, desde que se constituyó el 15 de enero de 1964. La empresa se proyectó hacia el futuro instalándose en la ciudad como punto estratégico entre la gran capital, Ciudad de México y el puerto de Veracruz.

En sus inicios Volkswagen de México fue dirigida solo por alemanes, pero tras un proceso de selección y entrenamiento, los puestos directivos han sido ocupados por mexicanos que, con talento y pasión por los automóviles, hoy cuentan una gran historia de éxito.

En esta primera entrega conocerás el origen de la armadora y los programas que se implementaron para formar a los primeros directivos mexicanos. En la segunda, conoce la vida en la planta en voz de sus trabajadores.

ASÍ SE FUNDÓ VOLKSWAGEN

“Volkswagen de México se constituyó ante notario público en enero de 1964, pero fue hasta junio de 1965 cuando se colocó la primera piedra de esta importante firma México/Alemana”, asegura Ricardo Menéndez Escobedo, conductor de los programas de radio “Recuerdos de Puebla” y “Café con piquete” en el 105.9 de Puebla FM.

Refiere que para instalar la planta la empresa alemana adquirió tres millones de metros cuadrados en Cuautlancingo, que pertenecían al ex gobernador Antonio Nava Castillo y a Rodolfo Budib Name, quienes ya tenían planeado desarrollar un parque industrial en ese lugar.

En la colocación de la primera piedra de la Volkswagen estuvo presente Hans Barschkis, el primer Presidente del Consejo Ejecutivo de la empresa; Aarón Merino Fernández, gobernador de Puebla; y el socio mexicano que los alemanes necesitaban para establecer su empresa en México, Rómulo O´Farril Silva. También asistieron invitados de los sectores político y empresarial.

Así entraron los camiones a los terrenos para construir la planta de Volkswagen / Foto: Facebook “Germanos, a la mexicana”

Sin embargo, los alemanes estuvieron a punto de retractarse de construir la planta porque en los terrenos seleccionados no había agua potable; decidieron que no lo harían porque sin agua no se podría trabajar, solo habían encontrado agua sulfurosa y el procedimiento para limpiarla era incosteable.

“El presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien era amigo personal de Rómulo O´Farril, se enteró que los directivos de la VW querían irse de Puebla y entonces se comunicó con el gobernador Aarón Merino Fernández para sugerirle llamara de inmediato al ingeniero Ernesto Kurt Feldmann, un sabio alemán en asuntos de agua, quien por medio de estudios de radiestesia señaló el lugar preciso en donde perforar los pozos”, advierte.

“Los ingenieros y técnicos de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas de México, se burlaban de Feldmann al verlo caminar con su varita para localizar el lugar preciso en donde empezar a cavar. Pero una vez señalado el lugar, este llamó a su amigo, el también ingeniero alemán Rodolfo Kisli, para escarbar y construir un pozo en toda forma. Lo que era burla se convirtió en sorpresa, y en unos días dieron a la Volkswagen toda el agua potable que necesitaban para que la planta se quedará en nuestra ciudad”, añade.

Durante la construcción de la planta Volkswagen | Foto: Facebook “Germanos, a la mexicana”

Enfatiza que, quienes saben más de esta historia, dicen que los alemanes ya traían de su país la totalidad de los planos que se necesitaban; eléctricos, hidráulicos, de obra civil, etcétera y que en Puebla subcontrataron empresas proveedoras para llevar a cabo esta colosal obra.

“Hay que pensar también el gran mérito que, en su momento, tuvo el desarrollo de la infraestructura necesaria tan solo para lograr entrar a los terrenos. Así que la Asociación de Caminos de Puebla, construyó el trébol de acceso sobre la autopista, también construyó el trébol para acceder a la Hylsa, empresa que, en esas épocas, llegaba de Monterrey para instalarse en Xoxtla”, detalla.

El inicio de actividades en Volkswagen fue un esfuerzo monumental, señala Ricardo, y agrega que solo hay que imaginar una cocina en donde se prepararan alimentos para 10 mil personas. Al mismo tiempo, suficientes médicos y enfermeras para atender a la población. Además, construir calles dentro de la planta y el transporte para movilizar al personal en una superficie de millones de metros cuadrados. Así mismo, dice que contrataron empresas de camiones para llevar a miles de trabajadores y empleados desde Puebla y alrededores hasta la planta.

Traslado de maquinaria, herramientas y prensas a la planta Volkswagen | Foto: Facebook “Germanos, a la mexicana”

“Otro reto importantísimo, fue el de localizar, en México y en Puebla, a cientos de proveedores para fabricar o desarrollar tal o cual parte, pieza o refacción que, se emplearían para fabricar el famoso auto compacto (vocho). No solo eso, además, convencerlos de que para esta empresa alemana, era indispensable entregar en el tiempo prometido y en la forma de empaque y transporte requerido, sin excusas ni rollos mareadores”, señala.

LA DUREZA DE UN LÍDER

“Entré a trabajar a Volkswagen el 17 de febrero de 1969, me contrató Antonio Cervantes que era jefe de Recursos Humanos, para construir el área de ´Reclutamiento y Selección de Personal´”, asegura el doctor Jorge de la Cuesta, quien trabajó en Volkswagen 26 años.

“Era mucho muy difícil trabajar en VW, era estresante, porque el presidente en ese entonces era un hombre sumamente duro, y decir duro, es poco, se llamaban Hans Barschkis. Todo mundo le tenía miedo pero yo lo apreciaba por la fuerza que tenía y porque a pesar de ser duro, era una persona justa”, detalla.

Aspecto de la planta de Volkswagen ya terminada | Foto: Volkswagen de México

El señor Barschkis fue comandante de submarino de la armada alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Nació en Lübeck, Alemania (1920) pero creció entre Mallorca y Barcelona en España, de ahí su fluidez del idioma. Durante su gestión al frente de VW vio salir de las líneas de producción a los modelos Sedan, Caribe, Atlantic, Corsar, Brasilia, Safari y Combi. Otro logro importante fue la exportación de automóviles mexicanos al mercado europeo, sumando la cifra de 100 mil unidades.

“Mi oficina estaba en la mera entrada de VW y un día, cuando todavía no nos habían presentado, me lo encontré y me dijo: ¿usted quién es? soy el doctor de la Cuesta, me dijo, ¿qué estamos enfermos? ya tenemos doctores aquí, no señor, soy psicólogo, y dice ¡ah, entonces usted cree que estamos locos!, le dije no, es para evitar que se nos metan locos, yo les hago sus pruebas, y muy simpático me dice ¿a ver, deme un expediente de un administrador ?, entonces yo tenía todo en archivos de papel porque no teníamos computadores individuales, solo teníamos una IBM de tarjetas perforadas del tamaño de un cuarto para toda la fábrica, así que abrí el archivero, saque uno sin ver y se lo entregué, y que me dice ¡qué me está tomando el pelo!, ¡cómo que James Bond!, y es que el cuate se llamaba James Bond Martínez (dice entre risas), total que poco a poco me fue aceptando”, comenta.

Línea de producción del vocho, el auto más vendido de la armadora | Foto: Volkswagen de México

Después de unos años de trabajo, de la Cuesta ya tenía formada el área de reclutamiento y selección. Entonces, junto con Cervantes, empezaron a construir el “área de sueldos y salarios”, porque no había un tabulador de sueldos y así constituyó el primer tabulador para empleados de Volkswagen de México.

EL DESARROLLO DE LOS FUTUROS JEFES

En 1972 transfirieron al doctor de la Cuesta a la escuela de capacitación, por órdenes del gerente de esa área, Robert Fiebig, quien abogó por él con Barschkis para que se fuera al país germano. “Así me mandaron a estudiar ´dirección´ a Alemania, de hecho volví más director que psicólogo y empecé a desarrollar a todos los directivos de VW, incluido Barschkis y toda su plana mayor que eran puros alemanes de alto nivel; fui jefe de Desarrollo Profesional”, advierte.

Hans Barschkis, primer Presidente del Consejo Ejecutivo de Volkswagen en México | Foto: Volkswagen de México

Refiere que en este puesto buscó capacitadores externos y así llegó a “Dando”, con los hermanos Sergio y Hugo Reyes Carrasco, y Ramón Adel Febrer, con quienes implementó infinidad de cursos para desarrollar y evaluar a los ejecutivos de Volkswagen de México.

“Nosotros introducimos el Assessment Center (centro de evaluación) en Puebla y yo creo que ahorita no lo hace nadie, fuimos los pioneros de la Psicología Organizacional en México. Nos encerrábamos varios días en hoteles y les poníamos ejercicios de evaluación, así surgió el ´Programa de Entrenamiento de Voluntarios´ (voluntärsausbildung) que es mi máximo orgullo de lo que hice en VW”, sentencia.

De la Cuesta dice que la idea era seleccionar a los mejores de toda la república para preparar a los futuros jefes, que fueran recién egresados de la licenciatura, sin posgrado porque con en el programa de voluntarios se iban a preparar como futuros jefes de Volkswagen. Otro requisito es que no fueran casados porque eran 3 años de entrenamiento, dos en México y uno en Alemania.

Escuela de Capacitación VW en donde se les enseñaba a trabajar en equipo a los futuros técnicos especialistas de la empresa | Foto: Volkswagen de México

Refiere que el directivo necesita muchas habilidades: humanas, personales, interpersonales, de trabajo en equipo, de actitud, ente otras. A estas habilidades hoy se conocen como “competencias cardinales”, que son eminentemente humanas, a parte de las competencias especializadas (contabilidad, ingeniería, etcétera).

Las competencias cardinales son las que más valen, el doctor señala que, “si dos ingenieros buscan el mismo puesto y uno es muy bueno pero conflictivo, y el otro, no es tan bueno pero tiene una actitud positiva, prefiero al que no es tan bueno, porque lo que falta de ingeniería yo se lo enseño, en cambio, cambiar la conducta de una persona es sumamente difícil.

“En aquel entonces el puesto de director era exclusivo para alemanes, pero con este programa, en tres años, preparamos a 90 futuros jefes de Volkswagen, que poco a poco empezaron a ocupar puestos directivos, como es el caso de Erick Merkel (mexicano con nombre alemán), que fue el primer director mexicano que salió del programa de voluntarios; pero este programa era tan bueno que algunos se fueron de la planta a trabajar como directivos de alto nivel a otras empresas”, asegura.

De enero de 1978 a septiembre de 1985, Volkswagen de México exportó oficialmente a Europa, 107 mil Sedanes, muchos de ellos edición limitada o conmemorativa | Foto: Volkswagen de México

“A pesar de las cargas enormes de trabajo y las fuertes presiones que se sufrían, creo que todos amábamos y seguimos amando a esa maravillosa fuente de trabajo que tanta influencia ha tenido en la economía y en la cultura de nuestra querida Puebla”, concluye.

EL ORIGEN DE VOLKSWAGEN EN MÉXICO

En el libro Volkswagen 50, edición de aniversario, se lee que su historia inicia 10 años antes de que la empresa se instalará en el país, cuando el príncipe Alfonso de Hohenlohe (de madre mexicana) que era aficionada a las carreras de automóviles y como conocía a la familia Porsche, tuvo su primer contacto con Volkswagen y consigue que, el general que había conseguido la concesión en México, le ceda el contrato.

En enero de 1954, el príncipe de Hohenlohe fundó la primera concesionaria en la Ciudad de México con el nombre de Distribuidora Volkswagen Central. En marzo del mismo año se presentaron los primeros escarabajos Volkswagen en una exposición industrial que tuvo como sede la UNAM.

Concesionaria y centro de servicio Volkswagen en Puebla | Foto: Volkswagen de México

De acuerdo con Ricardo Menéndez Escobedo, un año más tarde en 1955 los alemanes firmaron también un contrato con la empresa Studebaker de Rómulo O´Farrill, para armar en sus instalaciones, de la 9 poniente esquina con la 21 sur, respaldo de la agencia de autos, el compacto Volkswagen sedán donde trabajaron hasta 1961.

Dice que para 1962, Rómulo O´Farril, Emundo Stirley y Ernesto Krauze, adquirieron unos enormes galerones que eran de la empresa “Automoviles Ingleses”, y en este lugar asociados con los alemanes establecieron la primera planta propia en Xalostoc, Estado de México, la cual recibió el nombre de PROMEXA, Promotora Mexicana de Automóviles, iniciando actividades a un ritmo de armado de 10 automóviles Volkswagen sedán diarios.

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