Por: Vicente L. Avendaño Fernández
Cuando su servidor era un niño había grandes figuras quejugaban en el extranjero, siendo auténticos ídolos para muchosque disfrutábamos ver a nuestros connacionales abrirse paso enligas importantes. Fueron varios los deportes en los que empezarona destacar los mexicanos, fue especialmente durante la década de1980 cuando los nombres de Hugo Sánchez y Fernando Valenzuelasonaron con mayor fuerza, en el caso del último hubo la llamada“Fernandomanía” en los L. A. Dodgers, en la cual el sonorensealcanzó el premio Cy Young.
Es más, recuerdo que en alguna ocasión hubo una promoción porparte de una conocida cervecería respecto a dos grandes de laépoca. El cartel mencionaba la frase “Juego de titanes”, en elcual se enfrentarían el angelino y Teodoro Higuera, ambos zurdosque jugaban en las grandes ligas y cuyo partido era el premio alque accedían los consumidores mediante un sorteo.
También recuerdo claramente que mi familia se sentó frente auna televisión marca Hitachi, aquellos aparatos a color que fueronpopulares en esos años, para ver el Clásico de Otoño de 1988, enel cual obviamente le íbamos a los Dodgers por la afinidad aValenzuela.
En esos tiempos, los californianos habían vencidosorpresivamente a los Mets de Nueva York, motivo de gran alegríapara el equipo y especialmente para Tommy Lasorda, quien en elfestejo por haber obtenido el trofeo de la Liga Nacional dijo queiba a disfrutar y ya luego pensaría en los Atléticos de Oakland,novena que se veía muy superior y era favorito para poder llevarseel título más importante que hay en el mundo para el “rey delos deportes”.
Los campeones de la Liga Americana contaban con un hombresumamente bueno para el bate, José Canseco lucía sumamentepeligroso al momento de su turno, inclusive hay un capítulo de losSimpsons en el que el cubano es reclutado por el millonario señorBurns para asegurar la victoria en un torneo.
En esa serie hubo una escena que ha mejorado cualquier películareferente al deporte: en el primer juego los Dodgers iban perdiendopor una carrera en la parte baja de la novena entrada, con dos outsen contra y con un hombre en primera, por lo cual se debía buscarel empate mediante un robo de base y un posterior hit.
En ese momento llegó al bate Kirk Gibson, un cañonero que yahabía hecho varios home runs en la serie de campeonato, pero quetenía una lesión notable en la rodilla. La cuenta llegó almáximo, 3 bolas y 2 strikes, pasando por varios fouls queaumentaron la emoción al máximo.
Fue entonces que el bateador le pegó con el alma a la pelota,mandándola más allá del campo, con lo que remolcó las doscarreras para llevarse el primer juego de una serie que ganaríanposteriormente.
En ese “clásico de otoño” el pitcher no fue Valenzuela,sino Orel Hershiser, pero aun así el mexicano pertenecía alequipo y logró captar a millones de aficionados mexicanos quevimos cada uno de los 5 encuentros que duró la competencia.
Valenzuela se fue de los Dodgers para luego jubilarse y elequipo de Los Ángeles jamás volvió a aparecerse en esta etapafinal, así como también le ha sucedido a los Atléticos hasta eldía de hoy.
Hay que decir que la temporada pasada, los californianosestuvieron cerca de lograr el cometido, pero fue hasta este añocuando lo lograron, ganando el primer juego del martes.
Hay que señalar que LA tiene 18 series mundiales, siendo elcuarto equipo más ganador después de los Yanquis de Nueva York(40), los Gigantes de San Francisco (20) y los Cardenales de SanLuis (19), por lo que si ganaran se pondrían en el tercer puesto ysólo a un título del segundo mejor equipo, muy lejos de lascuatro decenas de los neoyorkinos.
Indudablemente los Dodgers son históricamente uno de losmejores, como son los llamados equipos “grandes” del futbolmexicano, es entonces que surge la duda de por qué tuvieron quepasar casi tres décadas para que estuvieran en estas instancias.Creo que lo primero que deben hacer es olvidar el pasado triunfadory empezar a forjarse una nueva historia, así como lo deberíahacer el equipo cementero. Hasta la próxima semana. Dudas o comentarios: vicente_leopoldo@hotmail.com@vicente_aven