Solamente el tiempo dirá si los arponazos que recibieron losTiburones Rojos del Veracruz les provocará el descenso, pero loque sí es seguro es que los escualos comandados por GuillermoVázquez fueron heridos de muerte por una Franja que jamás secansó de presionar y de tocar tanto a la puerta que al final éstafue abierta con los goles de Lucas Cavallini y Hugo Rodríguez,quienes pusieron el 2-0 con el que el Puebla conquistó el Clásicodel Sur y también su segundo éxito de la temporada.
Apenas se escuchó el silbatazo inicial quedó en evidencia lapostura de ambas escuadras.
Los del puerto dejaron en claro que con el punto se daban porbien servidos, pero claro está que quien sale a empatar casisiempre termina por perder.
Por otra parte, Puebla mostró sus ganas de triunfar ante losmiles de aficionados que poco a poco regresan al Cuauhtémoc, sedede la que se alejaron temporadas atrás por consecuencia de losmalos resultados.
El “Ojitos” Meza no se guardó nada porque apostó por jugarcon Cavallini en la punta.
El técnico de La Franja sabía que con el canadiense no seríasuficiente para abrir a un equipo medroso y defensivo y por esoapoyó a Cavallini poniéndole metros atrás a Francisco Acuña,Christian Marrugo y Omar Fernández.
Veracruz soportó la presión de unos camoteros que dejaronevidencia de que tienen mucho corazón y a un hombre con ochopulmones como el boliviano Alejandro Chumacero, que corrió portodo el rectángulo al sumarse al ataque en cada avance y tambiénal bajar a colaborar por una zaga que realmente pocos problemastuvo.
Los escualos Omar Marrufo y Daniel Villalva no dejaron deinsistir y merodear el territorio camotero aunque lo cierto es quesolamente llegaron hasta tres cuartos de cancha.
En el primer tiempo los Tiburones Rojos se salieron con la suyaal dejar en cero el arco del peruano Pedro Gallese, sin embargo, enel futbol a veces se presenta la justicia y aunque sea un pocotardía, ésta llegó al equipo de Enrique Meza.
Al 58 un buen centro en el área encontró como rematador aLucas Cavallini y el canadiense, letal como es su costumbre,martilló de cabeza para herir al Tiburón.
El equipo del puerto nunca pudo reponerse porque a partir delgol prácticamente se mostró agonizante.
Así que Puebla no hizo otra cosa sino aprovechar el mal momentodel rival porque al 65, tras un rechace de Gallese, Hugo Rodríguezapareció para darle un toquecito al balón y de esta forma puso elsegundo arpón al endeble conjunto veracruzano.
Puebla dominó el resto del partido y aunque bien pudo clavar eltercero, se conformó con triunfar a costa de su acérrimo rival, aquien le dio un empujón al abismo llamado Ascenso MX.