Uno de los elementos fundamentales de un vehículo, pues sostienen el peso de la unidad y su carga, además de brindar confort al momento de transitar por caminos disparejos, evitando brincos de manera brusca, son los amortiguadores, los cuales funcionan de manera similar a un resorte, mismos que pueden sufrir daños por golpes severos como la caída en un bache.
Por ello es importante que se encuentren en óptimas condiciones, pues utilizarlos pese al desgaste puede provocar que otros complementos de la unidad se vean afectados y en un caso más grave que el peso del motor termine por vencerlos para terminar en el piso, por lo que a continuación te damos algunas señales que pueden ser la alerta de un desgaste en estas piezas.
¿Cuándo se debe realizar el cambio de amortiguadores?
Lo primero que se tiene que tomar en cuenta es que un amortiguador se comprime entre 5 y 7 mil veces por minuto, por lo que la recomendación de los especialistas es revisarlos cada cuatro años o a los 60 mil kilómetros, lo que suceda primero, por lo que una de las principales maneras de comprobar su estado es ejercer una fuerte presión hacia el suelo desde cualquier extremo del coche.
Tras realizar esta acción si la carrocería baja y vuelve a su posición original de forma lenta y suave aún se encuentran en buen estado, pues de lo contrario podría ser el momento de cambiarlos, aunque puede existir la posibilidad de que estos aditamentos sean reparados mediante la instalación de válvulas y juntas nuevas, además de cambiar el aceite que contienen.
Cabe puntualizar que, si bien los amortiguadores no tienen un mantenimiento específico como otros, si se recomienda revisarlos cada 20 mil kilómetros, revisarlos junto con los otros elementos de la suspensión, así como evitar la acumulación de óxido en los mimos, además de intentar no exceder el peso de carga de la unidad, además de cuidar la conducción a fin de postergar su vida útil.
¿Cuáles son las señales de una falla en los amortiguadores?
Una señal de alerta puede ser la fuga de aceite, la cual debe ser reparada al instante, aunque esto sólo es recomendable cuando se trata de vehículos clásicos cuyo cambio suele ser complicado, pues de lo contrario la recomendación es realizar el cambio para evitar que la falla se vuelva a abrir y el liquido de nueva cuenta se vuelva a regar.
Otra alerte es que hagan tope, pues estos son los encargados de evitar que se golpeen internamente al pasar por topes pronunciados o en el caso contrario cuando se descuelgan al caer en un bache, por lo que si se escucha un golpeteo al circular o un “clonc”, existen amplias posibilidades de que el desgaste sea tal que se requiera realizar el cambio.
Finalmente, otra de las señales de este daño es cuando se genera un desgaste anormal en los neumáticos, pues este podría estar siendo provocado por el desgaste de los amortiguadores, aunque este último puede ser difícil de detectar, pues pese a que existe una diferencia entre ambos neumáticos tampoco se hace tan evidente y también se puede deber a fallas en la conducción.