Las llantas son uno de los elementos que siempre deben estar en óptimas condiciones para preservar la seguridad de quienes viajan en un vehículo, pues estos ayudan a mantener el control de la unidad, además de que también contribuyen a un consumo más eficiente del combustible.
Y es que su función consiste es generar el agarre del vehículo con el pavimento en acciones como el frenado, además de que se encargan de desplazar el agua cuando se registra una lluvia a fin de mantener el contacto entre la vialidad y el vehículo.
Es por todas estas tareas que el hule de la llanta se va desgastando al punto en que dejan de cumplir con su función pues se quedan completamente lisas, lo que hace que se conviertan en un riesgo para quienes viajen en el automóvil, cabe destacar que este desgaste no siempre se da de manera uniforme, por lo que es necesario realizar acciones de mantenimiento como la alineación y balanceo.
Otros de los consejos es cambiar los amortiguadores que se encuentren en malas condiciones, revisar la presión de los neumáticos, además de que una llanta que tenga mayor presión que la requerida sufrirá un mayor desgaste, mientras que una falta de presión puede causarle daños al neumático.
¿CÓMO IDENTIFICAR EL DESGASTE EN UNA LLANTA?
La primera señal de que un neumático presenta un desgaste, es que el dibujo se comienza a borrar o simplemente ya desapareció, pues este debe tener unos determinados milímetros para que la llanta sea funcional, por lo que en caso de contar con esta característica debe ser sustituida, cabe señalar que este desgaste también depende de las condiciones del camino y los hábitos de conducción.
Otro aspecto a considerar es la fecha de fabricación de una llanta, pues si tiene más de 10 años, el hule habrá perdido elasticidad, por lo que este dato lo podrás verificar en la cara de la llanta junto a la medida, dentro de un óvalo en el que se encuentran cuatro dígitos, los dos primeros al número de semana y el otro par al año.
Finalmente, debes considerar que en algunas ocasiones se podrá realizar la rotación de las llantas, es decir, que las llantas traseras se podrán trasladar a las delanteras y viceversa, pero en otras ocasiones el desgaste será tal que no se podrá realizar este proceso y la única opción será sustituirlas por unos neumáticos nuevos.