Lancia, fabricante de automóviles de origen italiano y uno de las más antiguos en el mundo, tuvo durante la década de 1920 un autobús dentro de su línea que en la actualidad sorprendería por su nombre al ser Ómicron.
El nombre que se ha vuelto mundialmente famoso al formar parte de las variantes de la Covid-19 y al ser una de las más contagiosas y que elevó el número de casos cuando se creía la enfermedad más controlada. Pero, al menos de 1927 a 1936, el nombre fue utilizado para describir a un modelo de autobús.
¿CÓMO SURGIÓ EL AUTOBÚS ÓMICRON?
Lancia es uno de los constructores más antiguos en el mundo al ser fundada en 1906 por Vicenzo Lancia, en la actualidad forma parte del conglomerado Stellantis. En 1927 la empresa tomó la decisión de diseñar un chasis totalmente nuevo como moderno e ideal para todo tipo de carrocerías.
Entonces se optó por crear un autobús, cuyo chasis fue nombrado como Ómicron. Se encontraba disponible en dos longitudes de 8.3 metros y 9.53 metros. Dentro de sus características especiales estaba el contar con un puente central de lado para reducir lo más posible la altura del pasillo central del auto.
Los principales clientes de estos camiones fueron empresas de transporte, en especial la encargada del transporte urbano en Roma. Dependiendo su configuración podía ser ocupado para el transporte de personas con modelo de dos pisos, como para trasladar material.
Respecto al nombre, este se debe a que Lancia acostumbraba a nombrar sus chasis con el alfabeto griego desde 1919. Giovanni Lancia, hermano de Vicenzo y co-fundador de la empresa, era profesor de letras clásicas, por lo que fue quien sugirió nombrar los diseños por medio de este alfabeto, por lo que en su historia también contaron con algunos como Alfa, Lambda, Kappa, entre otros.
EL GRAN FALLO DENTRO DE SU DISEÑO
Uno de los errores desafortunados de la empresa, y por el que Ómicron no quedó como un modelo muy recordado en la historia, fue su motor. Lancia optó por colocarle un gran motor que utilizaban algunos autos de carreras al buscar una mayor potencia, pero al hacerlo dejaron de lado el gran consumo de gasolina.
Su motor era de seis cilindros en línea con más de siete litros capaz de generar 92 caballos de fuerza de potencia a 1,600 rpm. Durante la crisis de 1929 esto resultó en un problema para las empresas, ya que su consumo de gasolina era insostenible ante los altos precios del combustible.
La empresa buscó adecuarlo y existieron versiones con motor diésel original de dos cilindros de 3 y 2 litros, así como uno más con motor tricilíndrico de 4.8 litros. Fue tras la primera Guerra Mundial que se dio el paso a todos los motores en diésel. En algún punto, Lancia también pensó en adaptar gas emitido por combustión de madera o carbón para solventar los gastos, pero no prosperaron las ideas.
Se estima que se crearon y vendieron un total de 601 unidades de Lancia Ómicron durante su periodo de existencia de 1927 a 1936. Los consumidores lo llegaron a considerar un vehículo fiable y con buena reputación.
Algunas piezas del modelo Ómicron llegaron a otros países, debido a que algunos fueron equipados para el transporte de personas y utilizados para un servicio regular para el traslado de personas en el Sáhara entre los países de Argelia y Malí, además de utilizarse para transporte en Sudán.
En el caso del chasis Ómicron, se volvió muy popular en el Reino Unido debido a su capacidad de carga. Al respecto, se descubrió que la carrocería era capaz de transportar hasta ocho toneladas de lingotes de acero y de transportar cinco remolques cargados, con un peso total de más de 50 toneladas, por lo que se le descubrió su uso.