La “chiquita” de la jornada inaugural del circuito rosa mexicano se escribía en El Barrial, donde las Rayadas pasaron de ganar 2-0 a verse en los primeros cinco minutos del complemento igualadas. Pero al final una individualidad, combinada con la mala fortuna a la hora del rechace de la zaga poblana, le abrió el camino a la victoria 3-2 a las regias.
El conjunto entrenado por Héctor Becerra mostró dos caras, una por cada tiempo, comprometiendo su fama de campeón. Si en la primera mitad, prácticamente montó un monologo; en el complemento se relajó y le permitió a las poblanas, llenas de amor propio y buen futbol, meterse al partido.
Aunque, a decir verdad, la reacción de las Franjitas arrancó cuando se quitaron de complejos y se metieron a la cabeza que el futbol se juega 11 contra 11, sin importar si el rival presume entre sus filas a gente de selección nacional o con pasado en el balompié del Viejo Continente.
No obstante, la loza del 2-0 lucía pesada para Puebla después de los goles de Rayadas cortesía de Mónica Monsiváis y Yamile Franco sobre el final del primer capítulo. Pero la ventaja, también daba la impresión de ser corta.
Puebla no gozaba de opciones: o caía por goleada y caía en depresión desde la primera jornada; o metía las piernas y trataba de dar otra impresión en la reanudación. Afortunadamente, y por lo visto en los primeros compases del segundo lapso, la charla de Jorge Gómez en el descanso fue la correcta porque sus entrenadas volvieron a la cancha con decisión.
Primero, Zoé Tapia aprovechó un rebote para recortar distancia y estrenarse como goleadora con la elástica blanquiazul.
Luego, una vez más en pelota parada y con otro rechace, Lupita Worbis castigó como hace un semestre a Rayadas. Por cierto, la delantera yucateca arrancó en la banca el compromiso.
Con las tablas en la pizarra, Puebla y Rayadas se batieron en un duelo de igual por igual. El técnico regio Héctor Becerra necesitaba respuestas y mandó al campo a uno de sus fichajes sensación para esta temporada, Christina Burkenroad.
Y sí, la delantera aprovechó un desafortunado despeje de Dulce Martínez para debutar como rematadora en México y sacarle las papas del horno a Monterrey.
Es cierto, Puebla perdió y hasta cierto punto cumplió con el pronóstico. Pero ganó algo más importante como creérsela… ojalá siga por ese camino porque trabajo y futbol lo tiene, eso demostró contra las campeonas del circuito rosa.