Miguel se convirtió en visitante frecuente a las casas de apuestas. Llegaba a su trabajo, preparaba todo y el hecho de ser el encargado del área le permitía salir con facilidad.
“Ese tiempo lo dedicaba para ir a hacer mis apuestas”, confiesa Miguel, ya una persona de la tercera edad.
Primero lo hacía visitando el Winpot de la zona de La Noria, pero después descubrió otro sitio más cercano a su oficina, "El Yak", ubicado en el interior de plaza Palmas, donde podía hacer las mismas apuestas y con los mismos momios, comparado a casas de apuestas más conocidas.
“Hacía mis dos o tres selecciones, apostaba dos o tres parlay con tres diferentes resultados, de 200 pesos cada uno y regresaba yo a mi trabajo.
“Regularmente ganaba una, con una ganancia de 500 o 600 pesos”, relata Miguel que hacía sus apuestas a los partidos de beisbol de Grandes Ligas, y a algunos otros partidos del futbol europeo.
“Pero de plano, lo virtual no me jala y tampoco le sé mucho a eso de apostar en línea”, dice un poco resignado.
GOLPEADOS
El paro de las ligas de futbol más importantes del mundo, el retraso del inicio de la temporada de beisbol de Grandes Ligas y la pausa en el basquetbol han provocado que las casas de apuestas carezcan de un producto que ofrecer a sus clientes para seguir apostando.
Los sitios como Yak, Winpot, Palace y Codere que se manejan en Puebla han tenido que cerrar sus puertas para evitar el acercamiento social y evitar así la expansión del virus que tiene al mundo en jaque.
“Lo peligroso son las maquinitas, ahí va mucha gente, sobre todo mayor. Ese es el gran negocio, porque en el 90 por ciento de ellas, la casa sale ganando”, dice Miguel.
A falta de las actividades deportivas, incluyendo las carreras de caballos, las casas de apuestas han recurrido a los deportes virtuales, donde el futbol sigue siendo su producto principal.
Además de los torneos virtuales de las ligas de Europa, como torneos internacionales de la FIFA y la eLiga MX en México, se ofrecen eventos tanto de tenis como basquetbol y hasta carreras de galgos y caballos. Todo es virtual.
Al no poderlo hacer en vivo, las casas de apuestas ofrecen su servicio por internet, donde solo hay que bajar la aplicación, inscribirse con su nombre de usuario, una contraseña, y allí encontrará la forma de apostar en línea.
Casas de apuestas como Caliente.MX, que funciona de manera digital desde que vendió todos sus locales en México a Codere, una empresa de apuestas española, ofrece 400 pesos para quien se inscriba, para comenzar en el mundo de las apuestas. Otras como Ganabet.MX, duplican el primer depósito hasta 5 mil pesos.
“Es la manera de jalar clientes”, comenta Miguel.
Quien tiene suerte puede ganar sin invertir un peso, quiénes no, apenas se acaba esa aportación tiene que realizar sus depósitos ya sea con tarjeta de crédito o depositar en algún banco para volver a tener liquidez.
“A mí me gusta más apostar al beisbol, porque el futbol mexicano es impredecible. Al americano ya le entiendo más, pero al basquetbol de la NBA, si no le entro, eso es más para los jóvenes”, dice Miguel.
“Pero de plano por internet no lo he intentado, me da miedo equivocarme, porque no le entiendo bien. Prefiero esperar que reabran los sitios de apuestas, para armar mis parlay y darles su friega”, sonríe Miguel.
MISMA SITUACIÓN
A Pedro también le gustan las apuestas. Él sí está inscrito en la plataforma de Codere y Caliente, pero en estos momentos no existe el atractivo que representan el futbol, el beisbol para poder jugar.
“Así es mejor esperarse, porque lo virtual es un riesgo. Prefiero esperar a que vuelva la actividad normal”, relata.
Memo también juega de vez en cuando. Él lo hace al beisbol, basquetbol y futbol americano, pero vía “buck”. Hace una llamada con un intermediario, quien caza la apuesta en una casa especializada, y allí pone en juego su dinero.
“Se gana y se pierde, como en todo, pero lo principal es buscar apuestas seguras para ser un ganador”, confiesa Memo, que en estos momentos espera el inicio de la temporada de Grandes Ligas o Liga Mexicana de beisbol para meter sus apuestas.
Los “Buck” sufren más que nadie en estos momentos, porque sin futbol, beisbol, basquetbol y americano, las apuestas merman.
“Es un caos", dice Memo. "Así es imposible".
La pausa de la actividad deportiva por el virus del Covid 19 ha golpeado enormemente al deporte, pero la peor parte se la han llevado a las casas de apuestas, que tienen que apoyarse en los torneos virtuales para tener qué ofrecer a sus clientes.
“No es lo mismo, dice Miguel, lo mejor es la actividad real, porque allí tienes una mejor idea para apostar.
“El golpe es duro para ellos, porque a falta de actividad deportiva, sus ingresos no deben ser los mismos. Todos estamos sufriendo igual, pero para las casas de apuestas, aunque no creo que desaparezcan, esto del virus ha sido una verdadera hecatombe”.
“Es imposible calcular cuánto ganan, pero de que ganan, ganan, porque como dicen por ahí, la casa nunca pierde”, remata nuestro especialista en apuestas.