Clubes vemos, orígenes no sabemos. La frase cae como anillo al dedo cuando el próximo sábado 17 de febrero el Club Puebla y los Bravos de Juárez se encaran desde las 17.06 horas en el Estadio Benito Juárez en un duelo de franquicias no originales, por no decir piratas, dentro de la Liga MX.
En la actualidad, el traslado de equipos o clubes a otras plazas o la venta en antaño al mejor postor con el fin de rescatarle “algo” a un negocio que dejó de serlo para quien lo operó primero han hecho que en el futbol mexicano se compita con equipos “no legítimos” o con una licencia exprés como para no “dejar en mal” a los dueños del balón del juego de pelota azteca.
El Puebla FC y los Bravos de Juárez son dos de cinco conjuntos en la Primera División sin pedigrí hoy porque en su momento sus dueños acabaron “comprando” su lugar en el máximo circuito para eludir el descenso o llegar cuanto antes, sin la necesidad de hacer un esfuerzo deportivo, a la máxima categoría.
De León al Unión de Curtidores y de ahí a ser el Club Puebla
Tal vez los más jóvenes no lo recuerden, pero el conjunto camotero perdió la categoría a finales del Siglo XX. En 1999, el azul y blanco cayó a la Liga de Ascenso tras una campaña donde apenas logró tres victorias, cuatro empates, 10 derrotas, 15 goles a favor por 30 en contra para registrar escasos 13 puntos en la justa.
Esos números condenaron al Puebla FC a la entonces conocida como Primera “A”, antes Liga de Ascenso o Ascenso MX, hoy Liga de Expansión, hasta que Francisco Bernat Cid, entonces propietario del club camotero, arregló la compra de La Fiera, el León, a cambio de seis millones de dólares con Valente Aguirre, mandamás del club esmeralda y del Unión de Curtidores, recién ascendido en 1999.
En El Bajío la venta de La Fiera armó todo un lío, el cual requirió de la presencia del alcalde de León Jorge Carlos Obregón con el fin de convencer a Paco Bernat y a Valente Aguirre para celebrar la compra-venta por el Unión de Curtidores y no por Los Panzas Verdes.
Todo esto a partir de la presión pública; sí, uno de los pocos casos registrados en la Liga MX donde la afición de un club de futbol acabó pesando para mantener a su equipo en su lugar de origen.
El Puebla FC años después volvió a descender, pero Francisco Bernat esta vez no hizo el gasto por otra franquicia y desde la Primera “A”, La Franja debió de volver a la Primera División o Liga MX en el 2007 y desde entonces se ha mantenido ahí.
¿Y la franquicia del Club Puebla Original?
Ese equipo, el cual pasó a llamarse Ángeles de Puebla desapareció en el 2001. Por un tiempo jugaba con los colores y emblemas de La Franja en la Primera “A”; pero sin dinero para operarlo se vendió a la Universidad Cuauhtémoc, la cual más tarde se deshizo de él para convertirlo en San Sebastián hasta su extinción a principios de Siglo.
Todo esto cuando el Club Puebla prepara en mayo del 2024 sus cumpleaños 80 con ganas de seguir recuperando el prestigio perdido en la Liga MX.
De Lobos BUAP a Bravos de Juárez
Pero si lo del Puebla FC resulta engorroso, los Bravos de Juárez dicen, “quítate que ahí te voy”. Los fronterizos, últimos hoy de la tabla porcentual en la Liga MX y con ello acreedores a pagar una multa de 80 millones de pesos, son el ejemplo claro de “lo barato sale caro” por la cantidad de dinero desembolsada desde el 2019 con el fin de ser parte de lo más selecto de la familia del futbol mexicano.
En el 2019, luego de meses de rumores sobre la continuidad o partida de Puebla de la franquicia de Lobos BUAP, el entonces dirigente del equipo universitario Mario Mendívil vendió a los licántropos a Alejandra De la Vega para convertirlos ésta en Bravos.
Los fronterizos ya militaban en la Liga de Ascenso o por entonces Ascenso MX, pero habían fracasado en la misión de lograr la categoría por la vía deportiva, la cual acabaron “conquistando” a cambio de 5 millones de dólares o 285 millones de pesos (mdp) que pagaron en junio del 2019 a Mario Mendívil.
Desde entonces, los Bravos han gastado o invertido más de 500 millones de pesos por ser un club de Primera División, de Liga MX con el pedigrí que todo ello implica.
Si bien no hay descenso en México desde la pandemia de COVID-19, los últimos tres puestos de la porcentual han debido de pagar una multa a cambio. En 2021, Bravos desembolsó 80 mdp por ser último en los cocientes; en 2022, 50 mdp por ser antepenúltimo; y en el 2024 apunta a pagar otra vez 80 mdp cuando es último en la tabla porcentual.
Sí, el Club Puebla y los Bravos de Juárez forman así parte de la original familia del futbol mexicano… la Liga MX.
Los otros casos de franquicias piratas
1.- Mazatlán FC fue antes Monarcas Morelia. Televisión Azteca y Ricardo Salinas Pliego movieron a los Monarcas al Pacífico en el Clausura 2020.
2.- El Querétaro vivió una metamorfosis que reta a la biología, pues pasó de ser Jaguares de Chiapas a Gallos Blancos.
3.- La franquicia de Santos Laguna fue en su momento la de Ángeles de Puebla, la cual antes se trató del Oaxtepec.
EL DATO
En su momento la actual franquicia del Puebla FC costó 6 millones de dólares