Si el cuerpo técnico universitario fue realista al declarar que“el plantel en su totalidad no se va a quedar” para encarar elciclo 2017-2018 de la Liga MX, también los futbolistas se hacen ala idea de que tal vez uno de ellos no vivirá la aventura por elmáximo circuito a pesar de formar parte del grupo que llevó aLobos al mejor futbol de México.
Algunos, como el lateral Orlando Rincón, tienen contrato y porsu papel en el último torneo cuentan con las credenciales paraquedarse en el cubil y debutar con Lobos en Primera; pero si elcuerpo técnico y dirigencia quieren otra cosa habrá quecomenzarlo a “masticar” o entender.
“Feliz de quedarme aquí con Lobos, fue el equipo que meabrió las puertas cuando no tenía trabajo. Pero si ellos tomanotra decisión ya estará en sus manos; aunque por mí, estoy felizde seguir aquí”, apuntó Rincón.
Sólo dos jugadores de los 24 que tuvieron participación en elúltimo semestre culminan contrato en el cubil, los zagueros MarcoIván Pérez y Mario Quezada. Ambos terminarán su relaciónlaboral de manera oficial con el club el próximo 30 de junio.
Pérez fue titular en 14 de los 17 partidos del torneo regular,pero ninguno de la liguilla debido a que sufrió una lesión que lomarginó en la recta final de la competencia. Quezada sólo vioacción en cuatro encuentros y esos fueros los primeros delClausura 2017.
Por lo que las bajas que se registren en Lobos vendrán en sumayoría de jugadores bajo arreglo.
En caso de que Pérez y sus servicios sean requeridos una vezmás en el cubil, su préstamo se deberá de arreglarse con losTuzos del Pachuca, club para el que llegó hace seis meses a LaManada. Lo de Quezada deberá de verse con los Diablos Rojos delToluca.