El control de las emociones resultó clave para los Topos dePuebla en su misión de reconquistar el título del nacional paraciegos y débiles visuales.
El conjunto angelopolitano debía de lograr, a decir de suentrenador Ricardo Bonet, el equilibrio entre la motivación y laexacerbación de las pasiones al jugar en casa en aras de recuperarel campeonato.
Si en 2016 el título se perdió por dudas contra San Luis,rival con quien definieron todos los honores en los últimos cuatroaños, en 2017 el exceso de confianza no iba a sabotearlos en lameta de salir campeones.
“Para recuperar el título trabajamos la parte mental en eltema de la confianza. Los muchachos, además, se sintieroncobijados en casa y dieron el extra para ganar de la forma en comolo hicieron”, apuntó el técnico Ricardo Bonet.
A diferencia de la del último ciclo, Puebla se llevó la finaldel 2017 en tiempo regular y no en penales. Curiosidad o no, losTopos en cada una de los campeonatos logrados ante San Luis jamásnecesitaron de los lanzamientos desde los 11 pasos.
Los potosinos, en las dos ocasiones que dejaron a losangelopolitanos sin corona se valieron de las penas máximas.
“Desde el primer partido dejamos los nervios atrás y en muchose debió al apoyo impresionante de la gente. Algo muy bonito y queninguno de nosotros olvidará”.
CON MÁS CAPACIDAD
Pero vivir el título desde fuera no resultó sencillo paraBonet, quien luego de responder hace ocho años al llamado del otroentrenador del equipo Ricardo Ortiz para trabajar en pro de lainclusión sigue impresionándose de los logros de susdirigidos.
Y los logros no siempre se miden en títulos o coronas, pero síen la forma en cómo superan los obstáculos los Topos, a quienesdefine como personas “con más capacidad”.
“Cuando vienes de fuera tal vez mirarás a discapacitados;pero cuando trabajas con ellos comienzas a descubrir a gente conmás capacidad por la forma tan sencilla en la que hacen lascosas”.
Dicha razón lo mantiene en el proyecto, compartiendo tristezasy alegrías producto de los triunfos o las derrotas de los Toposdesde hace casi una década.
La última alegría, la cual califica hasta hoy como la máshermosa, no es otra que la corona de Puebla.