Dicen por ahí que es fácil juzgar lo que a uno no le cuesta y en el deporte no es la excepción; muchas veces creemos que los atletas que viajan a algún país o compiten en alguna justa como los Juegos Olímpicos sólo van a “pasear” o divertirse porque comparten fotos e historias en sus redes sociales; sin embargo, ese lugar es el fruto de un camino exhaustivo y no para cualquiera, pues más allá de implicar un esfuerzo en la cancha o pista, también hay un sacrificio económico, solventado en más de un caso por sus propias bolsas.
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En esta ocasión hay cuatro atletas originarios y representantes de Puebla que competen en las disciplinas de tenis de mesa, esgrima, kayak y para taekwondo durante la justa veraniega París 2024, quienes lograron consumar el sacrificio de años para representar a México frente a los mejores deportistas de todo el mundo.
Siguiendo el trabajo de estos atletas, El Sol de Puebla se dio a la tarea de conocer ¿cuánto cuesta ser un deportista olímpico?, tanto en el plano personal, así como también en el tema económico, donde Marcos Madrid, Gibrán Zea, Sofía Reinoso y Claudia Romero han invertido desde el momento en que decidieron ser deportistas de alto rendimiento; es decir, dedicarse o hacer del deporte su profesión… lo cual en México es un lujo que no todos se pueden dar. A continuación, la historia (económica) de cada uno de ellos para decir presente en los Juegos Olímpicos París 2024.
Marcos Madrid, el número uno de México
Si uno de ellos conoce lo tardado que puede ser disfrutar los resultados de un trabajo constante es Marcos Madrid Mantilla, el tenismesista poblano decidió partir desde muy joven a China para mejorar su nivel, por lo que dejó a su familia con tan solo 15 años en el 2001 con el sueño de volverse el número uno de México.
Ahí, Madrid Mantilla invirtió diariamente un dólar para pagar su estancia, lo que representaría seis mil 741 pesos con 55 centavos, pero los gastos no terminaron ahí… Para mantenerse en un nivel altamente competitivo a nivel mundial, los viajes, torneos y hospedajes, significaron una inversión que ha ido aumentando con el tiempo.
A sus 37 años, Marcos ya ha sido olímpico en el 2016 con los juegos realizados en Río, donde invirtió 30 mil dólares, o cerca de 540 mil 789 pesos con 30 centavos durante un ciclo de dos años que incluyeron 16 torneos en diferentes partes del mundo, mismos en los que la mitad de ese dinero se utilizó para las inscripciones, aunque es importante señalar que para este proceso sí contó con el apoyo de alguna beca deportiva.
Caso contrario a lo que ocurrió en su camino rumbo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde el atleta duplicó la inversión a 60 mil dólares en casi tres años, pero no consiguió la clasificación.
Madrid señaló a esta casa editorial que en este ciclo olímpico no se contaron con las condiciones adecuadas para que él y los demás tenismesistas que buscaron el boleto pudieran conseguirlo.
Con tenacidad, el poblano fue contra la corriente y a pesar de que los apoyos por parte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) desaparecieron y comenzaron los problemas con la Federación Mexicana de Tenis de Mesa (FEMETEME), Madrid Mantilla continuó con el sueño de representar a México en los Juegos Olímpicos.
Aproximadamente fueron dos años sin la beca que regresó hasta el 2023 después de que Marcos Madrid subiera al podio en los Juegos Panamericanos, recibiendo un pago de 20 mil pesos por la medalla lograda, pero la inversión prevista por el tenismesista y su familia de septiembre del 2022 al clasificatorio para París 2024 ascendieron a los 80 mil dólares, cifra que se acerca al millón y medio de pesos sólo para llegar a esta edición de la justa veraniega.
Además del regreso de su beca, Madrid pudo recuperar parte de su dinero con los bonos federales que se le otorgaron después de los Juegos Panamericanos y los Centroamericanos, donde se subió al podio demostrando el trabajo por el que se ha estado esforzando desde Francia.
Con más de 30 países visitados en su trayectoria y los poco más de 160 mil euros que ha invertido desde el 2015 que vive en París hasta la fecha, que representan aproximadamente tres millones 140 mil 683 pesos, Marcos Madrid tiene pensado culminar en estos Juegos Olímpicos la etapa donde dejará de vivir para el deporte; es decir, después de la máxima justa sus ganancias serán para establecerse sin destinar todos sus recursos a las competencias cuando en otras partes del mundo, los atletas viven del deporte.
Gibrán Zea, un deportista en ascenso
Con una historia que también implica el sacrificio de dejar el país y buscar el mejor nivel lejos de su familia, Gibrán Zea Armenta se ha posicionado como uno de los esgrimistas más importantes de México al ser el único en la especialidad que estará presente en los Juegos Olímpicos de París.
El sablista poblano se inspiró en Londres 2012 para trabajar en la meta de convertirse en un atleta olímpico, camino que empezó en las sombras al ser un desconocido para los órganos del deporte en la Angelópolis, que no conocían su historia hasta la llegada de Yadira Lira al mando del Instituto Poblano del Deporte (INPODE).
Pero, antes de contar con una aliada en el sueño, Gibrán y su familia invirtieron dinero y esfuerzo en la preparación. Aspecto que tuvo como primera inversión la estancia del sablista en el Centro de Alto Rendimiento (CAR), donde el único gasto fuerte era el traslado de Puebla a la Ciudad de México.
Conforme creció el hambre y el talento del poblano, el horizonte se extendió hasta Alemania representando un sacrificio aún mayor, no sólo en lo monetario, sino también en lo personal al irse a vivir solo a otro país con apenas 17 años, sin visitas de su familia, ya que el vuelo representaba un gasto de entre los 18 y 25 mil pesos para su traslado.
Fue una temporada muy dura y era muy caro, por eso decidí quedarme siempre en Alemania pensando que me iban a llamar en un futuro, de México, pero nunca pasó porque no participaba aquí detalló Gibrán para esta casa editorial.
Mensualmente vivir en Alemania representaba una inversión de 350 euros, lo que equivale a seis mil 879 pesos con 98 centavos, más las competencias al año que también corrían a cargo de los esfuerzos del poblano y los suyos.
Para el sueño del hoy olímpico el principal apoyo económico ha sido su mamá quien, a través de ventas, trabajos y apoyos familiares logró financiar toda una temporada de viajes de Europa a México para que Gibrán Zea pudiera ser observado por la Federación Mexicana de Esgrima en los campeonatos y selectivos nacionales, lo que representó un gasto de al menos 80 mil pesos.
Fue hasta el 2017/2018 que el INPODE comenzó a notar el talento de Zea Armenta y comenzaron a brindarle apoyo con los viajes a México para que siguiera el proceso como prospecto en su especialidad a nivel selección; realizando su primer intento en el ciclo olímpico para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
A los 20 años, Gibrán se mudó a Nápoles, Italia, para buscar su mejor nivel, lugar en el que al mes invierte 250 euros o cerca de cinco mil pesos, inversión que se agudizó después de la contingencia por COVID-19 y los problemas bélicos entre Rusia y Ucrania al elevarse algunos costos necesarios para su estancia.
Incluso, la dieta que recién se le otorgó rumbo a París 2024 ha representado una multiplicación en los gastos, sumando alrededor de 10 mil pesos al mes entre la renta y la alimentación para mantenerse al nivel que un atleta olímpico necesita.
A diferencia de Madrid, Zea Armenta sí ha tenido apoyo de la CONADE y el Instituto Poblano del Deporte a nivel México; mientras que, las competencias en Europa y demás destinos, representan un gasto para Gibrán y su mamá, quien lo ha apoyado desde el principio.
Luego de obtener su pase a París, el Comité Olímpico le otorgó una beca que le ayuda a absorber los gastos de preparación, aunque no compartió el monto en la entrevista, con base en lo que se entrega en otros deportes, ésta no superaría los cinco mil pesos mensuales; al menos este aspecto le ha permitido desarrollarse más en su deporte, considerando que es su primera experiencia olímpica y que se perfila como un prospecto destacado.
Con ese avance en su carrera, los 900 euros que gastó en Argelia y Túnez, más los 350 euros en una competencia en Italia, hoy tienen un respiro con el apoyo que ha obtenido.
Sin embargo, cabe destacar que para solventar los más de 22 mil 500 pesos que gastó en esas tres competencias, Gibrán Zea se desempeña como juez en ligas de Nápoles para ganar un dinero extra que ayuden a mantener vivo el sueño que, en París 2024, apenas comienza.
Respecto a Sofía Reinoso, los datos se desconocen porque a la atleta se le trató de contactar, pero por la premura del año olímpico resultó complicado dar con ella. Aunque, se sabe que el estado de Veracruz es quien la apoya.
Sí, llegar a los Juegos Olímpicos es toda una odisea y no es irse a pasear… es todo un ciclo que requiere esfuerzo físico y gastos económicos que no son para cualquiera, sólo para aquellos con el sueño de llamarse olímpicos aunque sea por una vez en la vida.
Tanto Marcos Madrid como Gibrán Zea entrarán en acción en París 2024 el sábado 27 de julio.
Los Juegos Olímpicos de París 2024 reunirán a más de 10 mil atletas que se dividirán entre hombres y mujeres.
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