Los escudos de energía del cancerbero Nicolás Vikonis se activaron en la agonía del partido deteniendo un penal y Puebla con un gol de Ángel Zaldívar, en el primer tiempo, derrotó a domicilio a San Luis (1-0).
La Franja alargó el sábado su racha inmaculada a cuatro partidos y siguió sin recibir anotación desde hace un mes, avivando el deseo de jugar la liguilla.
Alguien hizo presa del “mal de ojo” a Vikonis de forma teledirigida o psíquica, pues un error de fildeo impropio en él acabó en una pena máxima, dándole la oportunidad de la igualada al Atlético.
El hechizo al portero charrúa debió de venir desde lejos, porque ayer ni un alma en el feudo potosino tras la determinación de Liga/Ascenso MX, en compañía de la Secretaria de Salud, de jugar el resto de la jornada 10 sin público en la grada como medida de prevención ante la pandemia de Covid-19 en el planeta.
Vikonis salía por un balón sin mucho o nada, de los de rutina en los entrenamientos; sin embargo, el uruguayo cerró antes las manos y la pelota se le escabulló por completo, quedándole a placer al goleador rojiblanco Nico Ibáñez.
Pero el argentino se mostró incapaz de impactar la redonda, pues Vikonis se le atravesó en el trayecto. La jugada debió de pasar por la lupa del VAR, ya que a primera vista superó a los ojos del juez central, Jorge Antonio Pérez Durán.
El árbitro, tras apoyarse de la tecnología, no dudó y sancionó el penalti.
Una vez más, Ibáñez hizo por el esférico y esta vez nadie lo detendría. Todo esto sin saber de la ventaja de Vikonis en ese pulso desde los 11 pasos: los escudos de protección.
El argentino, a pesar de todo esto, preparó, cargó y lanzó… pero Vikonis aguantó hasta el final y tirándose a su costado derecho preservó la ventaja en la pizarra, salvaguardando el triunfo del Puebla tras su yerro.
El empate hubiese resultado injusto, pues La Franja gozó de las oportunidades más claras.
Sólo en el primer tiempo se perdió dos: primero por falta de tiza, cuando Santiago Ormeño tiró por fuera un disparo a bocajarro; luego, gracias a la oportuna intervención del portero potosino Carlos Rodríguez, negándole éste con un lance providencial el 1-0 a Omar Fernández, tras un disparo desde la larga distancia.
Pero “bajo advertencia no hay engaño”, Puebla por fin abrió la lata casi al cuarto de hora de partido, cuando un centro a tiro de esquina lo remató de zurda dentro del área “El Ángel del Gol”, Ángel Zaldívar. El tanto se trató del segundo para él en el campeonato.
La Franja sigue en racha, suma 10 puntos de los últimos 12 en juego y se acerca a los primeros ocho de la clasificación.
Aunque en el mejor momento corre el riesgo de ver su inercia positiva frenada por una fuerza más potente y arrasadora llamada Covid-19, orillando ésta a parar en Alemania, España, Francia, Inglaterra e Italia.
Ese mismo contagio, ya obligó a jugar este fin de semana sin público en la grada en México.
Parar, cuando los espectáculos en suelo azteca han comenzado a caer como fichas de dominó, parece cuestión de tiempo dentro de la Liga MX.
Sí, el futbol como las victorias del Puebla resultan necesarias en tiempos aciagos, sobre todo por su poder para elevar la moral en el personal. Pero a veces, es mejor parar.