Desafiando las estadísticas; Diagonales a la vista para las Mambas Negras

Ana Laura Ortega, jugadora de las Mambas, habla en el día Internacional de la Mujer sobre el reto de ser madre soltera

ALLAND JHONNATHAN

  · jueves 7 de marzo de 2019

A los 22 años y con un hijo de tres la vida se ha convertido en un desafío para Ana Laura Ortega Nava, aspirante a mariscal de campo en el equipo de futbol americano lingerine Mambas Negras.

“La Muñe”, como cariñosamente la llaman sus compañeras de escuadra, desafía las estadísticas respecto a la realidad de las madres solteras en México, donde 53 de cada 100 no gozan de instrucción o cuentan con un nivel escolar máximo de secundaria, según datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) realizada por el INEGI.

“Ni el juego, ni ser mamá, ni trabajar o ir a la escuela es fácil. Mi vida es bastante ajetreada, pero me gusta, me encanta y no me quejo”, afirma.

Nava, además de darse tiempo para cumplir un sueño jugando al futbol americano, está a nada de recibir su licencia como piloto de avión privado.

La meta, en un país donde sólo el 23.9 por ciento de las mujeres madres solteras cuenta con preparación media superior o superior, le ha costado sacrificar horas de sueño y tiempo con su hijo. Aunque el esfuerzo vale la pena, pues al cumplir con sus objetivos predica con el ejemplo en vías de enseñarle a su heredero sobre el esfuerzo necesario para obtener cualquier premio o satisfacción en la vida.

“Mi hijo es mi inspiración y por eso trato de enseñarle sobre el esfuerzo, para que algún día diga: ‘quiero hacer algo como lo que hizo mi mamá’”,comparte.

Nava, de las pocas mujeres en México con el apoyo del padre de su hijo, compagina la maternidad y la escuela con un trabajo en un restaurante. El establecimiento le demanda fines de semana y horas de sueño, pues por la alta demanda del lugar debe de apoyar hasta el cierre.

El desgaste, a decir de ella, vale pena cuando está a un mes de lograr la licencia de piloto y con esto la oportunidad de crecimiento profesional, o la chance de una vida mejor para ella y su niño.

Sin dicho sacrificio, no contaría con el capital para pagar las horas de vuelo necesarias en aras de hacerse del permiso. Una hora de vuelo, en un avión tipo Cessna 150, presume un costo promedio de mil 500 a 2 mil pesos.

“Infinidad de cosas son las que motivan a seguir, en mi caso van desde el juego hasta saber que mi hijo ya va a entrar al kínder. Por eso siempre me digo: ‘no me puedo detener, porque la vida sigue, y si te paras, te come’”.

Las diagonales están a distancia para Ana Laura, mujer dispuesta a jugársela en cuarta oportunidad para tratar de seguir avanzando en el juego de la vida, donde al igual y como en el emparrillado se deben de sortear desde críticas a imponderables.

“La verdad no me importa lo que diga la gente si es que llegan a criticarme sobre por qué juego futbol americano. He aprendido que la gente siempre habla si lo haces o no, pero a mí me hace feliz y eso es suficiente”, exclama.

“Pero siempre he dicho que cuando quieres, puedes. No es fácil siendo madre, más soltera, pero tampocoes un pretexto para no hacer las cosas”, agrega.

La siguiente meta de Ana Laura pasa por el 16 de marzo, cuando ella y las Mambas Negras arrancan una nueva aventura dentro de la Women Football League (WFL) con un equipo constituido en su 90 ciento por novatas.

LO QUE HAY QUE SABER

1 5.5 MILLONES en el mundo son jugadoras de futbol americano.

2 200 JUGADORAS se hallaban federadas en Méxicohasta el 2015

3 HACE CUATRO años nacían las Mambas Negras, primer equipo de Football Lingerine en Puebla.

“Mi hijo es mi inspiración y por eso trato de enseñarle sobre el esfuerzo, para que algún día diga: ‘quiero hacer algo como lo que hizo mi mamá’”, comparte.