Día del Árbitro: La posición más difícil en el futbol celebra este día a sus protagonistas

Estos profesionales, que van desde los llaneros hasta las canchas profesionales, tienen su festejo en el calendario

Katia Fernández | El Sol de Puebla

  · miércoles 11 de octubre de 2023

Este 11 de octubre celebra a quienes siempre serán los villanos de los encuentros futbolísticos y quienes pocas veces son reconocidos por su labor. Foto: Cortesía Carlos Juárez

Cuando pensamos en la posición más difícil dentro del terreno de juego en futbol se nos viene a la mente la del portero o incluso la del delantero, pero jamás pensamos en el árbitro, sí, ese profesional que mantiene el orden del partido y que suele ser el actor más odiado si se equivoca.

El calendario marca la fecha más especial para esta profesión, pues este 11 de octubre celebra a quienes siempre serán los villanos de los encuentros futbolísticos y quienes pocas veces son reconocidos por su labor.

Presentes en canchas profesionales y llaneras, personajes como Carlos Juárez, un joven de 28 años que decidió el camino del silbato, desempeñan el orgullo de ser árbitros sin importar distancias, climas y, mucho menos, las críticas.

Originario de la comunidad de Santiago Acozac, perteneciente al municipio de Los Reyes de Juárez, Puebla, tuvo sus inicios como silbante en el Club Alpha 2 como árbitro cronometrista, observando desde alguna de las bandas de la cancha y anotando en la cédula lo acontecido.

El egresado de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) eligió este camino a la par de ser entrenador de futbol formativo, luego de no haber consolidado su carrera como futbolista; “afortunadamente tuve la oportunidad de entrenar y jugar hasta tercera división, por cuestiones del destino y razones que desconozco, no se me dio la oportunidad de llegar al profesionalismo y siempre estuvo esa espinita de querer estar cerca de, entonces opté por estar en algo cerca del futbol”, mencionó en entrevista para El Sol de Puebla.

Carlos ha construido una historia de preparación en el arbitraje que ya cuenta con una trascendencia de siete años, perteneciendo al Colegio de Árbitros de Futbol del Estado, semillero que ya ha dado profesionales poblanos al máximo circuito de la especialidad en el país.

Incluso, Juárez ya ha tenido la oportunidad de volverse profesional, sin embargo, esa puerta se abrió para él cuando aún se encontraba estudiando, razón por la que tuvo que declinar ese camino para terminar su formación académica.

“Me inquieta bastante llegar a una tercera división, quien quita hasta un Ascenso o llegar un poquito más arriba”, dijo ilusionado consciente de que aún podría dar ese salto si continúa preparándose.

Carlos Juárez eligió este camino a la par de ser entrenador de futbol formativo. Foto: Cortesía Carlos Juárez

Qué se necesita para ser un árbitro

Aunque desde la perspectiva de los aficionados al balompié, ser árbitro no es tan difícil, aunque es un error común esa mentalidad pondera dentro de los jugadores que disputan los partidos a los que Carlos Juárez acude a “pitar”, razón por la que él tiene como meta visualizar la preparación que se necita para tomar un silbato o una bandera dentro del campo.

“En primera necesitas mucha determinación, conocimiento del reglamento, actitud, mucho valor, para pararte en algunas canchas, y habilidad para resolver circunstancias en milésimas de segundo, una buena visión y complementarlo con una buena condición física” menciono el joven silbante como los consejos básicos para quien quiera optar por este camino.

Lamentablemente, como muchas otras profesiones, el pago en el mundo llanero o amateur no es tan solvente, por lo que depende mucho de la organización que cada árbitro tiene de sus agendas, pues eso les ayudará a obtener una mayor remuneración por sus servicios.

El silbante de Acozac, compartió para esta editorial que los pagos en una cancha llanera tienen un tabulador que va de los 450 a los 700 pesos por un partido de soccer y de 180 a 300 pesos por un partido de futbol 7, siendo la cantidad más alto únicamente alcanzada en las finales de las ligas.

En el caso de Carlos, su determinación y talento lo han llevado a “pitar” hasta en 12 partidos un fin de semana, iniciando a trabajar desde las 07:00 hasta las 19:00 horas recorriendo largas distancias entre canchas, por lo que hizo hincapié en que la preparación física es muy importante.

Además, la estabilidad emocional es un factor importante del que poco se habla, pues eso ayuda a no actuar de manera imprudente; “siempre hay que entrar bien concentrado, hay gente que piensa que uno nada más se metió a arbitrar por arbitrar y no saben que hay mucho trabajo detrás, incluso psicológico para el manejo de las emociones”, detalló.

En el ámbito formativo, el objetivo de Carlos es guiar a los niños hacia sus sueños. Foto: Cortesía Carlos Juárez

El trabajo con niños es su arma secreta

Carlos tiene dos personalidades dentro del campo, una para trabajar con los niños y otra para encarar los diferentes tipos de jugadores que se encuentran en las canchas donde desempeña su labor como árbitro, aunque aseguró para esta editorial que uno de sus secretos es aplicar la paciencia que los pequeños le han ayudado a desarrollar en hombres que suelen no entender razones.

“Cuando sé que me toca un partido ríspido yo siempre le digo a los jugadores, saben qué señores, vamos a divertidos y disfrutar su juego”, mencionó con cierta alegría en su voz, ya que la visión de que el futbol no deja de ser un juego la mantiene gracias a sus alumnos del Centro de Formación Acozac que dirige en su comunidad.

Por ello, su ideología se divide en dos caminos, en el ámbito formativo es guiar a los niños hacia un sueño que él no pudo cumplir; y por el ámbito del arbitraje, se ha puesto la misión de ayudar a dignificar la profesión en el sector amateur o llanero, que es donde se desempeña, para que no se demerite el trabajo que profesionales como él, realizan.

Aunque Carlos Juárez dijo gozar el arbitraje, algo que le causa cierto desánimo es saber que no hay muchos niños que deseen desde pequeños dedicarse a esta profesión, pues al acompañar a sus papás a los partidos en los campos ven como les gritan y eso evita que se interesen en esa posición.