Cancha en mal estado por la lluvia y un balón resbaloso invitaban a jugar de forma directa al futbol en el Cuauhtémoc de Puebla, donde Jordi Cortizo y La Franja entendían a la perfección de qué iba la noche del miércoles en el dos veces mundialista contra Pachuca. Pero Nico Ibáñez y Miguel Tapías levantaron a los Tuzos para el 2-2 y el décimo empate del blanquiazul en el torneo.
En 13 minutos, los Tuzos le sacaron el partido al Puebla y en su campo. Nico Ibáñez dentro del área batió por primera vez en la noche a un monumental Antony Silva para recortar distancia y encender la esperanza hidalguense, la cual se elevó por completo con un testarazo seco de Miguel Tapías sobre el 90.
Puebla lo ganaba gracias a Cortizo, a quien no le quemaba la pelota en los pies y conducía muy a su usanza, pero tampoco hizo de más y cuando quedaba en la frontal del área enemiga preparó, apuntó y marcó tras mandar el balón en dirección al palo para que la madera hiciera el resto en los primeros 20 minutos del compromiso.
Pachuca, a esas alturas, se mantenía fiel a su idea. Aunque ésta le acabó costando el doble por aquello de conducir y sobre todo elaborar.
No obstante, tras lo de Cortizo, los Tuzos ajustaron y aplicaron su versión del juego del blanquiazul a través de Avilés Hurtado y Luis Chávez. Pero en ambos intentos, Antony lució en pleno estado de forma recostando y lanzándose a la hora para mantener por delante a La Franja en el marcador y dejarla a 45 minutos de su primera victoria en los últimos dos meses.
Aunque con el Puebla en el césped una ventaja de un gol resultaba corta, insuficiente tras lo visto en los 60 días pasados.
Pero “no hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo aguante”. Y el blanquiazul salió en búsqueda de abrochar en la segunda mitad.
Los de Larcamón, conscientes de jugar largo o causar daño a balón parado, optaron en el complemento por la segunda opción con Federico Mancuello cobrando un tiro libre directo por izquierda, donde le puso con el servicio medio gol a Martín Barragán. El argentino colocó la pelota justo a la cabeza del delantero, moviéndose solo en el vórtice del área chica hidalguense, para que con un fino giro el máximo realizador del Puebla machacara en el estadio Cuauhtémoc.
Sin embargo, Pachuca no murió de nada y lo buscó de cabeza. Pero Antony Silva ya había montado su espectáculo y a mano cambiada protagonizó un lance felino para una salvada providencial, cambiando los pitidos y los reclamos de la última vez por el grito unificador de, “portero, portero”.
Más tarde, Antony sacó con las piernas otro intento del conjunto de La Bella Airosa. Por cierto, para quien lleva la estadística, el arquero guaraní tapó hasta siete opciones claras de los Tuzos; pero la octava no llegó porque Nico Ibáñez dentro del área lo deseó más y acabó por descontar para traer el drama a escena.
Los Tuzos volvieron a las bases y combinando llegaban, exigían a la zaga de La Franja. Pero ésta sólo cedió cuando Tapías, ingresado en el complemento, apareció para castigar de cabeza y en plena área chica.
Sí, hay males que parece duran mil años o ventajas que con el Puebla no acaban por alcanzar.