En primer lugar, reconocemos el buen papel de los Tigres al alcanzar el subcampeonato del Mundial de Clubes, sin embargo, el lograr el título habría sido trascendente para ellos y para el balompié mexicano.
Ante la salida de la cárcel de Joao Malek y su contratación para jugar nuevamente hay que hacer unos señalamientos acerca de lo peligroso que resulta la bebida para todos, y especialmente para los deportistas.
Hay que señalar que cualquiera puede irse a tomar un trago en sus ratos libres, así como ponerse a cantar o lo que quiera hacer, lo cual incluye a políticos, deportistas y cualquier personaje de la vida pública. El gran problema es cuando una reunión agradable se puede transformar en algo peligroso y hasta trágico, debido a la violencia que puede generar la ingesta de alcohol, así como sucede con cualquier otra persona.
La vida privada es muy difícil de diferenciar de la pública de alguien que está siendo visto por estar en una cancha, es por ello que hay que cuidar la reputación, ya no por una cuestión de moralidad, sino de simple conveniencia laboral. Recordemos que encontrar trabajo es algo muy complejo, lo cual aplica también a los futbolistas, aun cuando éstos son los sujetos que perciben de los mejores salarios, inclusive están arriba de los senadores y diputados.
Ahora bien, salir a un bar por la noche es algo bastante recreativo y placentero, pero muy peligroso y hasta prohibido en estos tiempos de pandemia e inseguridad. Ahora bien, indudablemente el ser futbolista es algo que engloba muchas cosas deseadas en Occidente: juventud, fama, fortuna, mujeres y lujos. Es por ello que algunos de los que se ganan la vida en las canchas se ciegan y cometen actos que les han costado muy caro.
Empezamos con quienes han perdido todo a causa del alcoholismo, entre los cuales podemos mencionar muchos ejemplos, no obstante, puede haber cosas peores y con consecuencias más funestas. Debemos recordar el caso de Antonio Carlos Santos, aquel brasileño de excepcional técnica individual que brilló con el América en la dorada época de las Águilas y quien pudiera haber sido el 10 de la selección brasileña de no haber sido por algunos factores que ya han sido sumamente explicados, pues bien, este ariete se encontraba hace años en un bar poblano, en donde un sujeto rompió un vaso y se lo clavó en el cuello, afortunadamente para el carioca hubo una atención médica inmediata y el cristal no alcanzó a cortar totalmente una vital arteria, no obstante, el hecho pudo haber sido mortal para uno de los grandes que han llegado a nuestro balompié.
Otro caso lo tenemos en Salvador Cabañas, uno de los grandes goleadores también del América, quien también era parte de la selección paraguaya y estaba en la plenitud de su carrera, cerca del Manchester United y siendo pieza indispensable para los guaraníes en la Copa del Mundo de 2010 que se celebró en Sudáfrica. Un día de enero del año mencionado, recibió un balazo en la cabeza por parte de un narcotraficante en el baño de un bar, lo cual mermó totalmente sus capacidades físicas, al grado tal de tener que haber regresado a laborar a la panadería de sus padres en las cercanías de Asunción, en su país natal.
Por todo lo anterior, creo que los jugadores deben tener bien presente que una parranda les puede costar el trabajo y hasta la vida, es por ello que, como cualquier otra persona, hay que disfrutar el alcohol sin que se vuelva un vicio y/o una perdición.
La vida de los recién casos arrollados por Malek no retoñará nunca, pero esperemos que esto sirva como recordatorio de lo que no debe suceder en nuestra sociedad.
- vicente_leopoldo@hotmail.com @vicente_aven