La falta de un cerrador efectivo vuelve a convertirse en la pesadilla para los Pericos de Puebla en este 2021, después de la inconsistencia que mostró Ulises Joaquín en la serie frente al Águila de Veracruz, que provocó que los verdes perdieran dos de los tres juegos, y con ello la contienda frente a los veracruzanos.
La película de 2019 parece repetirse. Aquella vez el cerrador Josh Lueke falló en cinco de las 14 ocasiones que entró en posición de salvar, además de otras tantas donde tenía la función de conservar la ventaja y no lo hizo.
Fueron nueve juegos los que se fueron de las manos del derecho estadounidense en la primera parte de la temporada, lo que terminó pesando al final, donde Pericos se quedó fuera de la postemporada.
Lueke, con todo y sus nueve rescates, causó baja del equipo, y terminó en Yucatán, donde enderezó su mira y rescató 13 de los 14 juegos en que ingresó en posición de salvamento.
Con Ulises Joaquín, dominicano que llegó la temporada del 2019, ya sobre final de campaña y que salvó los cuatro juegos en los que ingresó en posición de rescate, pasa lo mismo en este inicio de campaña.
Y eso lo debe estar analizando seriamente la directiva de los Pericos, ya que a diferencia del 2019 cuando eran un rol de 120 juegos, en este 2021 es una campaña corta que después de dos series, ya se redujo a 60 partidos, y cualquier descuido te puede sacar de la jugada.
DOS FALLAS
La característica principal de un cerrador es tener recursos para entrar a la última entrada o desde la penúltima, si así lo requiere la ocasión, lanzar fuerte, tirar strikes y sacar outs.
“Un cerrador que no cuenta con alta efectividad de ponchados, no sirve”, nos decía José Meléndez, cuando ocupaba la presidencia deportiva de los Pericos.
Y es precisamente de lo que careció Joaquín en los dos juegos contra el Águila.
En el primer duelo, a los Pericos le costó un enorme trabajo conectar el primer imparable, que llegó hasta la octava entrada junto con un jugoso ataque de cinco anotaciones, donde se destacaron los tres jonrones consecutivos de Stankiewicz, Guzmán y Olmedo con el que dieron la vuelta a un partido que perdían por 4-0 y se colocaron a seis outs del triunfo.
Después que Yossel Hurtado se comió jonrones consecutivos de Puig y Gómez que abrieron la ventaja del Águila en la séptima, el experimentado Esteban Haro se encargó de tenderle la cama a Joaquín para que viniera en busca de su primer rescate de la campaña.
El dominicano no pudo sacar tercio alguno, ya que Puig lo saludó con sencillo y después su paisano Héctor Gómez se la sacó por todo el central para dejarlos en el terreno.
En el juego tres entró en una situación peor, porque Yossel Hurtado quien ingresó en la octava para buscar conservar la ventaja de 1-0 tras una enorme labor de José Alfredo Valdez, no pudo cumplir con su función de preparador y dejó los senderos repletos con un solo out.
“La Chispa” Gastélum, alto mando verde, jaló entonces por Joaquín para buscar un rescate de cinco outs, pero el dominicano falló por completo al permitir sencillo de Kevin Flores que empató el partido; después un error de Stankiewicz en el campo corto, que tampoco hubiese impedido la carrera del despegue, puso adelante al Águila; y otro sencillo del “Mosco” Arredondo dio a los porteños la ventaja de 4-1, para que Amarista recibiera a Erick Preciado con elevado al izquierdo que trajo la última carrera del ataque.
Pericos todavía buscó reaccionar en la novena, pero lo que parecía un jugoso regreso se quedó en una sola carrera, cuando con casa llena Alexi Amarista se colgó de la línea de Lamas en la intermedia para consumar el doble crimen que puso punto final al juego.
Lo decíamos, a estas alturas Joaquín ha entrado en par de ocasiones en posición de salvar y en ambas ha fallado. Eso, al final de las sumas podrían terminar pesando.
Ahora, los Pericos van a Oaxaca donde esperan enderezar el vuelo y Joaquín a demostrar que puede ser un cerrador confiable, de lo contrario la directiva debe comenzar a buscar otras alternativas.