La fiesta del maratón regresó. El primero después de la pandemia de la Covid 19, que provocó más de un año del cierre de la actividad deportiva, pero que este domingo volvió en plan grande con la fiesta de los poblanos: sí, el gran maratón.
Ese maratón que nació a principios de los 80 por iniciativa de Salomón Jauli (QEPD), que encontró el apoyo en ese entonces del Banco Internacional de Puebla que creyó en su proyecto. Por eso adoptó el nombre de Maratón Internacional de Puebla.
- Te recomendamos: ¿Quiénes son los ganadores del Maratón de Puebla 2021?
Un Maratón que encontró ese nombre por su patrocinador inicial, y que tiempo después se internacionalizó con la presencia de atletas de otros lares, principalmente africanos, que desde que conocieron los atractivos premios, no dudaron en venir a Puebla.
Pero también en ese contexto aparecieron figuras nacionales como Dionicio Cerón, el “Halcón” García, Benjamín Paredes y muchos representantes más del club más importante de México, el club Rodolfo Gómez que le dieron lustre a este gran evento deportivo.
Un Maratón que cobró más fuerza durante los dos periodos como titular del Deporte de Salomón Jauli, durante los gobiernos de Manuel Bartlett Díaz y Mario Marín Torres, entregando atractivos premios, entre ellos automóviles del año para el ganador de cada una de las ramas, incluso en otras ocasiones para el mejor poblano.
Una fiesta que sigue viva… que los titulares del deporte han mantenido vigente, como debe de ser con todos los proyectos deportivos importantes, y donde se siguen entregando atractivos premios.
Esta vez le tocó a Yadira Lira, como titular del deporte estatal, pero en ese rubro han aparecido gente como Julián Haddad, Enrique Ibarra Caselín, Manuel Youshimatz y ahora Yadira Lira, pasando desde luego por el padre de este gran evento, Salomón Jauli Dávila.
Un Maratón que siempre ha sido una fiesta. Que en sus inicios tuvo como meta de partida el Boulevard 5 de mayo a la altura de plaza Dorada, que se trasladó al parque del Arte, y que ahora vivió su fiesta en el corazón de Puebla, el centro de la ciudad. En el mismo zócalo.
Un Maratón que además ha involucrado a los municipios conurbados de San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Cuautlancingo y alguna vez hasta el municipio de Atlixco, cuando la ruta cambió hacia aquella dirección.
- Seguir leyendo: El maratón, un bálsamo de salud, fe y economía
Una fiesta que siempre ha sido incluyente: que involucró desde sus inicios a los atletas con capacidades diferentes; a esos guerreros de los caminos que en su silla de ruedas recorren empujando con sus manos a lo largo de 42,195 metros, en instrumento que los acompaña en su vida diaria, a aquel atleta con debilidad visual, que acompañado de su guía recorre la desgastante prueba.
Que no solo tiene la distancia reina del atletismo, sino que también incluye la prueba de medio maratón, los 5, los 10 kilómetros, y en sus inicios, se involucró a la niñez con carreras infantiles, un día antes (sábado) de las pruebas principales.
Un maratón donde están los jugosos premios, esos que en la mayoría de las ocasiones se han llevado los representantes keniatas, quienes, ya instalados en nuestro país, se dedican a correr estos eventos, buscando siempre el triunfo, para poder 0mandar recursos a sus familias en el país africano.
Esta vez repitieron en el trono llevándose todo, pero en la rama femenil en una final de fotografía, aparecieron dos atletas mexicanas, una de Jalisco, otra del Estado de México, que se llevaron los honores.
- También puedes leer: Checo Pérez, el primer mexicano en aparecer en el podio del Gran Premio de México
Una fiesta que involucra a toda la sociedad desde la más influyente hasta la más sencilla. Desde el Secretario de Salud, José Antonio Martínez que corrió la distancia de 10 kilómetros, la rectora de la BUAP, Lilia Cedillo, quien recorrió los 21 kilómetros del medio maratón, o incluso algunos diputados que también se unieron a la fiesta deportiva, o la misma Yadira Lira que participó en los 5 kilómetros.
O el mismo José Daniel Flores, “Juan Diego” quien, acompañado de un guía, siempre antes de su salida suelta por los aires la paloma de la paz, como una señal de lo que él desea -y todos- en el mundo.
Una fiesta que une a Puebla, que disfrutaron los poblanos, y que reactiva las competencias deportivas, después de meses de zozobra, incertidumbre, donde cientos de personas hemos visto partir a seres queridos, por esta pandemia que ha sacudido al mundo, y de la que poco a poco comenzamos a levantarnos.
Lo de este domingo, es un ejemplo de que México, Puebla y el deporte, una vez más se encuentran de pie.