La cuarta temporada del Puebla bajo la dirección de Nicolás Larcamón se estrena el próximo viernes en Mazatlán, donde La Franja perdió el pase directo a la Liguilla el último torneo y ante el mismo rival a quien victimó más tarde en la repesca para obtener su cuarto pase seguido a la fiesta grande.
Para muchos, el blanquiazul y su técnico cuentan con el mejor plantel en últimos años como para pensar en ser de nuevo protagonistas de la competencia tras un semestre de ensueño, pero donde la realidad terminó por alcanzar a La Franja.
Aunque las incorporaciones de Gastón Silva y Omar Fernández; además de la continuidad, hasta el momento, de elementos como Israel Reyes y Maxi Araújo ejemplifican el interés de mantener y potenciar la idea.
A horas de presentarse en el torneo, Puebla da la impresión de contar con más variantes al frente. Pero también está en búsqueda de balance, pues después de cuatro ensayos (tres ante equipos de la Liga de Expansión y uno de la máxima categoría) quedó claro al equipo de Larcamón se le anota con facilidad.
Si la pegada está y la fiabilidad de principios de la campaña pasada acompañan a La Franja a lo largo del Apertura 2022, el conjunto blanquiazul cuenta con opciones de volver a ser protagonista. Pero si en uno de los dos costados de la cancha se falla, Larcamón y compañía sufrirán… al igual y como lo haría cualquier plantel del futbol mundial.
LOS OBJETIVOS
Después de cuatro Liguillas seguidas en el campamento blanquiazul, mostrar una idea de juego clara en últimos torneos, La Franja debería de pensar en el título del futbol mexicano. Pero la forma en cómo terminó la última competencia arroja dudas sobre dicha meta, más cuando da la impresión de que el balompié nacional le cogió la forma al argentino y a su equipo, o el plantel dejó de creer en lo plateado desde su pizarra.
La meta inmediata en La Franja se reduciría entonces a recuperar la fiabilidad en el juego. Es decir, puntuar con la misma regularidad de la primera mitad del Grita X La Paz 2022.
El Puebla, cabe destacar, apenas registró cinco puntos de 24 en disputa durante la segunda mitad de la campaña del torneo pasado. Si bien hoy es otra competencia, lo sucedido pone sobre aviso a plantel, cuerpo técnico y dirigencia.
QUÉ TANTO PESARÁN LAS SALIDAS
Por el momento se manejan dos bajas en el blanquiazul, Juan Pablo Segovia y Javier Salas, ambas cuentan con personal de recambio.
Segovia ha sido sustituido en la ventana veraniega por Gastón Silva, hombre con buenas condiciones defensivas, pero con mayor fuelle para proyectarse de tres cuartos de cancha hacia el frente.
Sobre Salas, la salida hasta cierto punto resultó lógica cuando parecía la relación entre él y el club se desgastó el último semestre. Luego entonces el equipo renovó el liderazgo ejercido por Salas en la cancha, dándole así oportunidad a la picardía y juego inteligente de Omar Fernández; además, con la venta del excapitán se compró la ficha de Jordi Cortizo.
Por lo tanto, Puebla en teoría está cubierto. Pero si de última hora salen Maxi Araújo e Israel Reyes, el conjunto blanquiazul quedará nuevamente corto porque los llamados a hacer de sus recambios deberán de dar el paso al frente para sustituirlos dejando cojo el fondo de armario previsto por Larcamón para la temporada.
QUÉ LE HACE FALTA AL EQUIPO
Si bien Larcamón y Puebla cuentan con el mejor equipo en años dada la continuidad de elementos claves en el esquema y por el refuerzo puntual en ciertas zonas del campo; la segunda unidad o los elementos de refresco generan dudas.
En más de un momento el semestre pasado, el blanquiazul sufrió cuando perdió a Federico Mancuello o Cortizo; hoy en apariencia se cuenta con Fernández o Pablo Parra por si acaso. Lo mismo sucedió cuando la zaga quedó por las lesiones diezmada; los recambios cumplieron, pero no en todos los casos rindieron igual y cuando se piensa en campeonatos, se necesita como objetivo principal el mantener el mismo nivel a lo largo de todo el torneo.