Los tres cambios que hizo en el once inicial Juan Reynoso en relación a lo que presentó contra Monterrey, terminó dándole dividendos frente a los Tigres al sacar tres valiosos puntos del estadio Universitario, que será un revulsivo para enfrentar con mayor motivación el viernes en el estadio Cuauhtémoc a los Esmeraldas del León, que en su propia cancha pinchó contra el Atlas.

Colocar a Acosta en lugar de Salinas, a Chumacedro y Tabó por Fernández y Cavallini, dio buenos resultados al técnico peruano, que logró contener a la poderosa escuadra de los felinos que, es cierto, tuvo llegadas, pero todas bien controladas por la zona baja.

Al contrario del duelo contra Monterrey donde jugó con línea de cinco al colocar a Zavala en medio de los centrales, ahora Reynoso recurrió a línea de cuatro, pero saturó la media cancha para tener mayor control de balón, lo que consiguió en muchos lapsos del encuentro.

Pablo González y Chumacero fueron apoyados por Zavala, que cumplió la doble función de recuperación y metiéndose entre los centrales, para que el Puebla tuviera en determinado momento tres contenciones y tres centrales cuando era necesario.

Mientras Diego Abella apareció por el centro como único atacante, y tanto Acosta como Tabó, las dos sorpresas en la alineación titular lo apoyaban por las alas, y también se partían el alma en el medio campo para acumular hasta cinco jugadores en esa zona, además de ayudar en la zona baja.

Esta vez no fue ese Puebla chato que no genera jugadas al frente, sino que se paró con valentía sobre la cancha para darle partido a Tigres.

Acosta tuvo la primera en sus pies en el primer minuto del partido, pero Nahuel logró contener el peligro.

Ese fue un indicio de que se vería un Puebla diferente, aprovechando también que los Tigres no andan en su mejor momento y que llegaban al duelo de media semana con una racha de cinco empates consecutuvos.

Abella tuvo una clara a la mitad del primer tiempo al dejar atrás a Salcedo y plantarse de frente contra Guzmán, pero su disparo salió al centro, exactamente a las manos del cancerbero argentino que logró rechazar el obús.

Tigres cimbró en par de ocasiones los postes, y las otras dos en los remates de Gignac y Valencia las manejó perfectamente Vikonis para alejar el peligro y mantener el cero en el primer tiempo.

Para la segunda mitad el Puebla siguió bien plantado sobre el terreno de juego y por momentos secó por completo a los Tigres, que desesperados sacrificaron a un contención para meter a Edu Vargas, buscando solucionar el problema adelante.

RESPONDIERON LOS CAMBIOS

Cuando Reynoso metió a Cavallini en lugar de Abella y se dio cuenta de lo que pretendía el Puebla, "Tuca" vía Mejía Barón, corrigió y recurrió a Dueñas para volver a sus dos contenciones colocándolo al lado de Pizarro, buscando recuperar el contro de la media cancha, que estaba en poder de los visitantes después de la entrada de Acuña y Fernández.

El Puebla entonces fue más decidido todavía, mientras se defendía bien atrás para contener los disparos del "Chaca" Rodríguez y Gignac, no dejaba de atacar, pensando que en cualquier momento podía caer el gol del campanazo.

Y llegó en el minuto 83 cuando ganó un tiro de esquina por el lado derecho y Pablito González con su privilegiada pierna derecha la metió entre los dos centrales, donde apareció Cavallini, se levantó y remató con la testa por abajo para vencer la estirada de Nahuel.

"El Volcán" se apagó por completo, y aunque Tigres se lanzó con todo, el Puebla aguantó el temporal sin dejar de renunciar al ataque y volver inquietar a la defensa felina. Un duelo bien planteado, donde el Puebla, ahora sí, tuvo esa concentración total que tanto pidió Reynoso, a lo largo de todo el partido.

Con sus nueve puntos sigue en la antepenúltima posición del torneo, pero ya mira más de cerca a los que se encuentran en zona de calificación, con una diferencia de solamente seis unidades.

Ahora toca imponer su ley en el Cuauhtémoc, donde el Puebla ha dejado escapar once de los 15 puntos que ha disputado.