Una impresionante cornada fue la que recibió el novillero francés Lalo de María, en la nariz, durante la Feria de San Isidro, misma que quedó captada en una serie de imágenes que han corrido como la pólvora en redes sociales, debido a que en ellas se muestra el pitón del toro metiéndose dentro de una de las fosas nasales del matador.
De acuerdo a lo informado por la agencia EFE, se trataba del debut de este diestro, quien es conocido también por ser hijo de Marie Sara, la primera rejoneadora francesa que hizo en su día temporada en España.
Así fue la cornada en la nariz del torero Lalo de María
Fue la tarde de este martes, durante la última novillada de la feria en la plaza de toros de Las Ventas, donde de María resultó herido en la nariz, tras apuñalar al sexto toro de la tarde de la ganadería Fuente Ymbro.
Lo anterior ocurrió luego de que uno de los pitones del animal lograr golpear la cara del joven de 21 años de edad quien, después del acto, se llevó las manos al rostro, lo que provocó la preocupación de los asistentes, momento que fue captado por las cámaras del lugar.
El momento impactó a los tendidos y a sus compañeros de terna, quienes rápidamente acudieron a su lado para verificar su estado de salud, pues al parecer, la cornada indicaba que era de gravedad para el diestro.
Pitonazo a la nariz de Lalo de María, un verdadero milagro
La última novillada de la Feria de San Isidro pudo haber terminado en tragedia, luego de la cornada que recibió el novillero Lalo de María, en la nariz, algo que poco después fue un verdadero milagro.
Esto debido a que, a pesar del aparatoso pitonazo que el joven recibió, de María apenas si sufrió una herida superficial que, por fortuna, únicamente le hizo sangrar por la nariz, por lo que después del incidente, se limpió la sangre del rostro y continuó con la faena, algo que han aplaudido los aficionados destacando su valor.
Fue así como, después de que la punta del pitón se perdiera dentro de su fosa nasal y que el incidente terminara en un auténtico milagro, Lalo de María entró a matar al sexto toro sin aliviarse y después del percance, siguió el galo en el ruedo hasta despachar al astado, para después dar gracias a Dios por no haber terminado con una grave lesión.