En solitario, sin el ruido de los costalazos, sin el rugir de la afición y mucho menos las acostumbradas “mentadas”, el ingrediente principal de una velada, así es como pasará la Arena Puebla el 67 aniversario de su apertura.
Sí, son 67 años de emociones para este recinto, que fue un inaugurado un sábado 18 de julio de 1953 y que desde entonces a la fecha ha brindando a los poblanos el mejor de todos los espectáculos de manera interrumpida, hasta que apareció la pandemia del Coronavirus que provocó que el escenario fue cerrado desde el mes de marzo y hasta hoy se mantenga a la espera de reabrir sus puertas para seguir con su show.
Será la primera vez que que no haya el festejo acostumbrado, con una de esas funciones de alarido, que muchas ocasiones han dejado aficionados afuera del recinto sin poder ingresar, por falta de un boleto, para disfrutar el banquete.
Esta vez no caerá máscara o cabellera alguna, como ha sido la costumbre en cada festejo de aniversario del recinto de la 4 Sur y 13 Poniente, donde la empresa siempre deleita a sus aficionados con una lucha especial para celebrar su fiesta.
Cuando la Arena cerró sus puertas por indicaciones de las autoridades sanitarias, el administrador de la Arena, Benjamín Mar, tenía la esperanza de que, para el día de la gran fiesta de aniversario, todo funcionará al cien por ciento.
No ha sido así.
Hoy, ya pasaron cuatro meses y poco más de una semana, la Arena se quedará sin festejo y sigue a la espera de reabrir sus puertas cuando las condiciones lo permitan.
“Ya habrá tiempo para fiestas y en el regreso tenemos que festejar y sacarnos la espina”, relata Benjamín.
GRAN HISTORIA
Una Arena que fue construida con estructura metálica -hierro y acero-y concreto en 1953, quedando enclavada en lo que hoy es el centro de la ciudad, con un aforo actual para dos mil aficionados divididos en ring numerado, ring general y balcón, la zona de gayola donde se reúnen las porras, ruda y técnica, quienes esta vez no podrán soltar su grito de apoyo para su luchador favorito.
“Originalmente era un aforo para 2,400 aficionados, pero con las adecuaciones que se han hecho para la salida de los luchadores al ring, se redujo un poco”, explica Benjamín.
Una Arena que ha visto desfilar a las más grandes glorias del pancracio desde el mismo programa inaugural, donde El Santo, Cavernario Galindo y El Verdugo encabezaron el elenco rudo para enfrentar a Tarzán López, Enrique Llanes y Black Shadow, los tres consentidos de la afición, en una lucha de tronío que abrió la primera de miles de emociones que se han vivido en el recinto.
Un programa que aparece colgado en un marco de madera, como reliquia, en la pequeña oficina de la Arena, donde despacha Benjamín.
Es también el único escenario que sobrevive -pese a ubicarse en pleno centro de la ciudad- de todos los escenarios deportivos de la época como El Toreo de Puebla, el Parque de Beisbol Puebla, El Parque El Mirador, que fueron absorbidos por el crecimiento demográfico y con el paso del tiempo, relevados por otros como El Relicario, el estadio Zaragoza, el Hermanos Serdán o el mismo estadio Cuauhtémoc.
GRANDES GLORIAS
Desde entonces sobre el ring del “Gigante de Acero” han desfilado las figuras más brillantes y consentidas del momento en la historia de la lucha libre como el mismo Santo El Enmascarado de Plata, Mil Máscaras, Canek, Perro Aguayo, Ray Mendoza, Los Villanos, Los Brazos, Dr. Wagner, El Hijo del Santo, figuras internacionales como André El Gigante y en la época moderna, Místico -hoy lucha como Carístico-, uno de los últimos grandes ídolos de la lucha libre universal.
Todos ellos integrantes del elenco de la Empresa Mexicana de Lucha Libre (hoy Consejo Mundial de Lucha Libre) y Lucha Libre Internacional que durante años encabezó la programación de los lunes.
Una visión que nació de don Salvador Lutteroth González, el padre de la lucha libre, y que se mantiene a nuestros días.
Desde entonces han pasado las administraciones de Francisco Alonso y Alonso, yerno de don Salvador, que encaminó a Benjamín Mora Orta y a quien siguieron don Gustavo Salazar, Manuel Robles y actualmente Benjamín Mar, quien comenzó a foguearse al lado de señor padre a partir de 1994.
SOPORTÓ TODO
Desde ese 18 de marzo de 1953, la Arena soportó todo. No había cerrado nunca, hasta que en 2009 cerró un solo lunes, por la Influenza y dos lunes en el último temblor del 19 de septiembre, que sacudió Puebla.
“Hasta ahí todo iba bien, pero vino lo del Covid y ya llevamos cuatro meses parados. Es triste, pero tenemos fe en que pronto pasará todo y retomaremos el paso”, agrega Benjamín quien califica a la Arena como un edificio icónico dentro de la ciudad de Puebla.
“Cuando regresemos, lo haremos en grande, y festejaremos el aniversario como se merece este gran recinto”, agrega Benjamín quien señala que la estructura que se utilizó para construir la Arena fue traída desde Francia.
“Es similar a la que se utilizó para construir la Torre Eiffel, así que ya imaginarás su resistencia”, ilustra El Jabato.