“Viva el rey, ha muerto el rey”, los campeones nacionales de parejas, los Atrapasueños, cayeron en Puebla en el lunes clásico del Consejo Mundial Lucha Libre (CMLL) a manos de Felino y Pólvora.
La dupla ruda que les hizo ver la suya a Rey Cometa y Espíritu Negro en las últimas tres semanas en la Angelópolis, les repitió la dosis en el Gigante de Acero de la colonia Centro.
Tal vez la lesión sufrida por Rey Cometa en la tercera caída cuando intentaba un mortal fuera del ring, pero en cambio se acabó enredado en las cuerdas para lastimarse de fea forma la rodilla, selló el destino del cinto que reclama a sus nuevos campeones.
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Pero si la rodilla o no influyó, eso no era culpa de los rudos y Pólvora lo entendió cuando proyectó desde el esquinero a la lona a Espíritu Negro para dejarlo maltrecho y listo para la cuenta de tres.
El título nacional amenazaba con cambiar de manos, pero Rey Cometa se resistía a entregarlo. Por lo tanto, con todo y lesión echó el resto y con un Spanish Fly acabó con Pólvora para nivelar y definir todo con Felino.
Sin embargo, la gasolina se le terminó o mejor dicho Felino olió sangre y terminó con su presa preparándolo con desnucadora y posterior suplex… cuenta de tres, Arena Puebla atónita y nuevos campeones nacionales levantando los brazos porque al final rubricaron su superioridad sobre la dupla técnica, que como buena perdedora entregó los cintos y reconoció a sus rivales como nuevos monarcas.
En el duelo semifinal, Templario, Ángel de Oro y Okumura se impusieron en tres caídas ante Atlantis Junior, Stigma y Rugido, presentándose éste el lunes en la Arena Puebla.
“El Guerrero León”, sin argumentos ante la Atlántida en la segunda manga, se la cobró a Atlantis proyectándolo desde la tercera cuerda hacia la lona para rendir posteriormente al capitán del bando de la luz y guiar a los suyos hacia el triunfo.
En el duelo de amazonas entre las niponas Tsukasa Fujimoto, Momo Kohgo, Tsukushi y Lluvia, Jarochita en compañía de Dalys, las hijas del sol naciente impusieron el ritmo de la lucha japonesa, pero basadas en la escuela mexicana se catapultaron al triunfo después de tres capítulos.
Todo esto gracias a una llave clásica, la hurracarrana, que bien aplicó Momo Kohgo, apoyándose sobre las cuerdas, para doblegar a la potente humanidad de Dalys.
El triunfo nipón causó escozor en el público mexicano y Dalys sin titubear pidió la revancha para la próxima semana… la que se viene en Puebla con unas niponas que dejaron gratas sensaciones en su estreno en la Angelópolis.