Una cadena de 18 triunfos en 21 partidos convierten a los Nacionales desde el final de la campaña hasta la postemporada en un equipo en gran momento, que parece predestinado a alcanzar algo grande.
La gente de Dave Martínez cerró el año con nueve triunfos en los últimos 10 y después de liquidar a Cerveceros en el juego de comodín y salvarse en par de ocasiones de la eliminación frente a los Dodgers, ha almacenado siete triunfos en fila.
Es decir en los últimos 21 juegos ha ganado 18, y solamente le restan tres para coronar uno de los regresos más espectaculares del beisbol, cuya proeza comenzó desde principios de junio cuando la maquinaria entró en ritmo hasta llegar a la postemporada con la mejor marca de comodín.
No es casualidad lo que hicieron en su estreno en su primera Serie Mundial de la historia. Se vieron abajo 2-0 y tuvieron los arrestos para empatar y meterle el primero en ese monstruo sagrado llamado Minute Maid, a los Astros de Houston, cuyos 107 triunfos lo convirtieron en el mejor equipo de todas las Mayores en 2019.
Gerrit Cole no traía la finura de otros tiempos y su racha de 25 aperturas sin perder se quedó en el camino frente a unos descarados Nacionales.
Juan Soto, el jovencito que en pleno tercer juego del clásico cumplirá 21 años y es el tercero de menor edad en llegar a estas instancias, se convirtió en una pesadilla.
Ni Cole ni Maldonado nunca se dieron cuenta que del centro hacia afuera, Soto, es un auténtico peligro, y con pitcheos similares le sacó un jonrón, un doble y más tarde disparó un sencillo.
Admirable también la manera de reponerse a las adversidades de Max Scherzer y aunque pasó estragos después de la primera entrada, se fajó para contener a la ofensiva de los Astros, que adoleció del bateo oportuno, y cuando surgió ese bateo, apareció la figura de Turner en el campo corto, que en la séptima tanda hizo un lance magistral a batazo por el hueco de Correa que salvó la carrera, que al final le terminó faltando a los campeones de la Liga American para por lo menos empatar.
De verdad ese pitcheo de Nacionales es envidiable. Procura ponerse arribaen la cuenta y después de trabajar a los bateadores, viene con sus pitcheos rompientes, a la zona de afuera, para terminar de liquidarlos. Así ha sido en la postemporada.
Bregman, el cuarto leño de los Astros, anda perdido y a Altuve, después de su imparable inicial, lo trabajaron afuera y ya no pudo hacer nada, a tal grado que el héroe de la película contra Yanquis dejó a Springer suspirando en la intermedia con la potencial del empate en la última tanda.
A la historia aún le resta mucho camino, porque si algo tienen los Astros es que saben levantarse de las adversidades y la muestrá que contra Yanquis también perdieron el primero y después le dieron la vuelta a la tortilla.
Aunque a decir verdad un equipo enchufado como Nacionales, que presume un pitcheo inicialista envidiable, representa un enorme peligro para cualquier rival.
Como dato, con Nacionales los 15 equipos que integran la Liga Nacioonal ya saben lo que es jugar un clásico; mientras en la Americana solamente Seattle se ha perdido ese gran momento.