Evelyn Rosa Cabrera Martínez tiene dos amores en su vida: el futbol y su hija de tan sólo cuatro años de edad, a la que disfruta al máximo e inculcar los mejores valores para preparar para enfrentar los retos de la vida.
A sus 26 años de edad, ya casada, Evelyn entrena a un grupo de pequeños entre 5 y 15 años, dos veces a la semana, en una de las escuelas de Iniciación que promueve el Instituto Municipal del Deporte en el Centro Deportivo Xonaca, a quienes además de enseñarle los secretos del futbol, trabaja con ellos en el desarrollo de sus capacidades motrices, porque hay chicos que llegan con una coordinación nula.
"Ser madre es una gran responsabilidad. Trabajo mis tiempos con mi hija en la escuela, como mamá y cumplir con los entrenamientos de los chicos, a quienes apoyo para ser mejores", destaca.
Desde los ocho años anda en el futbol, una pasión que nació por herencia de su papá, Jesús Cabrera, ya fallecido y quien durante años fue uno de los grandes árbitros del balompié amateur.
"Él me llevaba a los partidos y desde entonces. Incluso, a los 16 años jugaba con los chicos de tú a tú", dice orgullosa.
Pero ahora la principal tarea de Evelyn es preparar a su pequeña Agnes para enfrentar los retos de la vida. "Estoy con ella siempre, me doy mi tiempo. La llevo al colegio por la tarde, después voy a entrenar a los chicos y si no tiene clases, me acompaña a los entrenamientos."
"Tal como lo hizo mi papá, ahora yo lo hago con mi hija, le enseño futbol, porque la idea es que se pueda desarrollar en cualquier deporte, porque éste nos ayuda a ser más abiertos, socializar más, evitar muchas enfermedades y estar mejor preparados para todo, y la verdad ella lo disfruta".
"Convivo con ella todo el tiempo, nos vamos al parque, corremos, jugamos de todo, armamos rompecabezas. Ser mamá no es una actividad fácil, es una gran responsabilidad, pero nos organizamos para cumplir en todo, y el amor por niña es lo que me lleva a hacer lo que hago".
Pero eso no es todo. Evelyn, además de madre, es hija y nieta. "Somos cuatro generaciones. Mi mamá tiene una vidriería que dejó mi papá y se convirtió en el sustento de familia, entonces cuando se puede en las mañanas la ayudo a cortar el vidrio y hacer algunas tareas, lo que no es fácil para nadie y menos para una mujer".
Para este Día de la Madre tiene previsto pasarla con la familia "porque también hay que festejar a mi mamá y a la abuelita con una reunión familiar, y ya el fin de semana veremos a donde nos vamos, aunque sea a un cerrito por ahí".