Cuando el futbol no alcanza, es vital recurrir a las figuras, esas que cobran lo que cobran para marcar la diferencia. El Puebla, sin jugar su mejor partido el jueves, echó mano de Matías Alustiza y Lucas Cavallini para venir de atrás y derrotar 2-1 a Juárez en el Cuauhtémoc, en el cierre de la jornada siete de la Liga MX.
Cerca de un nuevo bochorno, Alustiza salió de la banca y con un fogonazo clareó a Iván Vázquez, igualando a los 72 minutos el partido.
La chispa del argentino, exigido en la cancha el jueves por la afición, encendió la mecha para acercarle aún más el fuego de la porcentual al rival.
Pero Puebla, a partir del ingreso del “Chavo”, se daba el lujo de perdonar. El propio Alustiza se perdía la del triunfo, agachándose franco ante la meta juarense ante un centro de Omar Fernández. Tal vez, hallarse tan solo lo acabó sorprendiendo.
Aquello alimentaba los peores vaticinios: un empate valioso, pero con sabor a poco por el rival de enfrente y más jugando de local.
Sin embargo, el Puebla se rehusó a escribir esa historia cuando el colombiano Omar Fernández asistía a Lucas Cavallini dentro del área. El canadiense, luego de perderse dos en el primer tiempo, convirtió de primera intención para darle a Puebla la primera victoria del torneo... hasta la jornada siete.
Juárez lo ganaba con un gol en la agonía del primer tiempo, cortesía de Darío Lezcano. Y a Puebla parecía ni siquiera le alcanzaba tras firmar los mejores primeros 20 minutos del torneo.
Los fronterizos se apegaban a los cánones de un equipo en sus condiciones para sumar en patio ajeno: tirarse atrás, aguantar y si el rival se equivoca no perdonar.
Puebla, en cambio, se daba el lujo de fallar... al menos en los primeros 20 minutos del duelo, ambas con Lucas Cavallini como protagonista. El canadiense tal parece había agotado su cuota goleadora en la Copa Oro, pues con La Franja seguía sin encontrarla, al menos en el primer tiempo.
Aunque en una debió de rematar dándose la media vuelta, sin pensar, cuando la marca le caía encima, lanzando apenas por fuera. En la otra, se topó con un felino Iván Vázquez, volando cuan largo es para tapar con las uñas el 1-0 y dejar todo en un tiro de esquina.
Pero a las figuras a veces hay que darles crédito, ya sea por currículo, o por lo hecho en el pasado. Sea como sea, de juegos como los del jueves se alimentan sus leyendas.
La Franja ya ganó y ahora apunta sus misiles a Querétaro, un líder que mete miedo.