Exhibición en el Azteca, cuatro goles y dos cambios de liderato hablan por sí solos en el empate a dos del sábado entre Cruz Azul y Puebla.

El blanquiazul, jugando de naranja en Santa Úrsula, lo ganaba a los dos minutos gracias a un trallazo de Jordi Cortizo desde fuera del área. Hasta ahí la promesa de La Franja hecha en la previa de lucirse como hasta hace unos meses en Coapa la cumplía al pie de la letra; pero aún quedaba un mundo por delante para ponerle punto final al asunto y tomar las cosas e irse a casa.

Mención especial merece la dedicatoria del gol por parte de Cortizo. El mediocampista nada más al acercarse a la banca del Puebla para el festejo pidió la elástica con el dorsal “9”; sí, el de Aristeguieta, para mostrarle se está con él en un momento apremiante en la carrera del venezolano tras la lesión dada a conocer el lunes pasado.

De regreso en el juego, el conjunto celeste con dos partidos sin ganar a cuestas por fin se activó encendiendo el modo Máquina para igualar y picar adelante en el marcador, todo eso en 120 segundos.

Uriel Antuna le sacaba un penal a Antony Silva para emparejar, cuando el guardameta le salía a achicar y le dejaba apenas la pierna por encima al futbolista celeste. Al árbitro central, Fernando Guerrero eso le bastó para decretar la pena máxima ante los reclamos del Puebla, los cuales le valieron la roja a Eduardo Arce, uno de los auxiliares de Nicolás Larcamón.

Santiago Giménez, de quien se dice está a anda de irse al Feyenord de Holanda, pidió el esférico para batir por el centro al especialista desde los 11 pasos Antony Silva.

Pero Cruz Azul sin esperar volvió a golpear otra vez con Giménez como buque insignia. El ariete apareció por el centro del área para alzarse sobre la zaga poblana y desafiarla con un remate seco tras un servicio a tiro de esquina.

La imagen de Silva segundos después de la acción lo decía todo. Al guaraní, estático bajo los tres postes, sólo le quedó posar para embellecer la estampa del gol cementero.

Si al final Giménez se va de La Máquina, la verdad sea dicha… no le resultará fácil o sencillo encontrarle sustituto, pues tras lo visto el sábado se trata de su alma y corazón.

Por cierto, con los dos tantos del sábado Giménez se colocó como líder de goleo. Es decir. “El Bebote” dejaría La Máquina en búsqueda de Holanda como máximo realizador de la Liga MX.

Aunque Puebla tras la diana tampoco se amilanó y a los tres minutos subía el 2-2 al marcador cortesía de Martín Barragán. El artillero, llamado a hacer de sustituto de Fernando Aristeguieta el sábado o hasta cuando se dé con el relevo del rematador de La Vinotinto, aparecía en el área para de cabeza poner el 2-2 o el juego nuevo en Santa Úrsula ante el reclamo del público cementero a los suyos.

En el ataque por ataque, Puebla estuvo más cerca de recuperar la ventaja en el partido; pero primero Sebastián Jurado le negó el tanto tapando a base de reflejos con la pierna un remate con la testa; luego el metal le impidió el festejo a Ivo Vázquez, relevo de Maxi Araújo por el duelo de suspensión al uruguayo tras la roja ante León en la fecha pasada.

En la segunda mitad Cruz Azul creció en juego gracias a los movimientos: Rafel Bacca y José Ignacio Rivero en lugar de Erik Lira y Ángel Romero.

Así, el conjunto cementero ganó en posesión, pero ante todo en profundidad. Puebla daba la impresión de aguantar haciendo bueno aquel refrán futbolero de, “si no lo ganas, tampoco lo pierdas” porque Larcamón tardó en corregir o ajustar desde su pizarra.

Con el Puebla sin arreglar la plana, Giménez tuvo el tercero tras recortar dentro del área y quedar franco ante Silva, a quien probó a quemarropa con un disparo de menos de cinco metros. Pero el guaraní bien parado atrás metió las manos para desviar el intento a tiro de esquina.

Sólo cuando Cruz Azul le acercó el fuego a Puebla, Larcamón sacudió la alineación con Pablo Parra por Omar Fernández, Lucas Maia por Ivo Vázquez y Alberto Herrera en detrimento de Gastón Silva. Silva, cabe destacar, abandonó el terreno lastimado.

Sí, más problemas para La Franja en una fecha triple de alto riesgo… pero de lesiones. Aunque la de Silva no fue la única, Gularte también terminó nocaut luego de una carrera dejando con 10 a Puebla, pues no había ya más cambios y tal parece el charrúa estará también por largo tiempo de baja.

Aun así, Cruz Azul casi castiga con Rivero, pero el transversal se lo negó, como si el gol se resistiera o dijera, “ya fue mucho, con cuatro tuvieron”.

Ni hablar, exhibición de goles. Cruz Azul intentó, pero siguió sin ganar; Puebla le metió cabeza y optó por el punto con otra salida en puerta, aunque con más bajas de cara al resto del torneo.