Con la categoría ya salvada, y con los planes maquiavélicos de su presidente pensando ya en el futuro del equipo, una fecha como hoy, los Lobos de la BUAP, sin saberlo, firmaron ante su afición, su último partido del Torneo Clausura 2019 en el estadio Universitario, como equipo de la máxima división.
La despedida no fue nada grata, aquel domingo 28 de abril, los universitarios sufrieron una escandalosa derrota de 4-1 frente a la Máquina cementera del Cruz Azul, que dirigía Pedro Caixinhia, para poner fin al Torneo frente a sus seguidores.
Se jugaba, la fecha 16 del Clausura 2019 del torneo, donde los Lobos de la BUAP con sus 20 puntos y la mediocre campaña del Veracruz, ya habían asegurado su permanencia en el máximo circuito, evitándose otro pago de 120 millones de pesos –como en el campeonato anterior- para mantenerse en el máximo circuito.
Aquella tarde, la máquina celeste tomó la delantera al minuto once de tiempo corrido cuando el defensa central paraguayo Pablo Aguilar, remató con la testa un tiro de esquina, para vencer al arquero Alejandro Duarte, en una acción que tras ser revisada por el árbitro central Fernando Hernández fue dada como válida.
Cuatro minutos después, la Máquina cementera amplió la ventaja cuando Orbelín Pineda se metió al área por el lado de la izquierda, mandó el centro alto que remató con la testa Milton Caraglio para poner el 2-0.
Los Lobos dieron muestras de volver a la vida al minuto 40 de tiempo corrido, cuando el goleador universitario, Leo Ramos bajó de pechito un balón, dentro del área, se la acomodó de derecha y la anidó en el fondo de las mallas, venciendo con un disparo por abajo al arquero José de Jesús Corona.
GOL DE VESTIDOR
Pero las ilusiones de Lobos de cambiar la historia del partido se acabaron de inmediato en el segundo tiempo donde con un gol de vestidor de Roberto Alvarado al minuto 46, Roberto Alvarado comenzó a poner tierra de por medio.
Apenas se movió el balón, vino el centro largo de Aldrete por el lado de la izquierda que rechazó la defensa, pero el balón cayó a los pies de Alvarado en los linderos del área y de pierna derecha la metió en el ángulo izquierdo para vencer al arquero peruano.
Los universitarios se lanzaron con todo al frente buscando reducir la distancia, pero la Máquina se plantó bien atrás, y mantuvo su dominio sobre los universitarios.
En el minuto 73 vino el tiro de gracia, por conducto del mismo “Piojo” Alvarado, quien se metió al área por la izquierda, para recibir el pase filtrado de Orbelín Pineda y cruzar su disparo de zurda sobre la salida de Duarte y poner las cifras definitivas.
“Nunca imaginamos que ese sería el último partido de los Lobos en casa. Lo que nos dieron después con la venta del equipo fue una vil cuchillada”, recuerda el popular Ángel Morales “Bigotes”, líder de la porra universitaria.
En ese duelo, Paco Palencia abrió con Alejandro Duarte en el arco; en la defensa, Félix Crisanto, Aldo Cruz, Francisco “Maza” Rodríguez, Víctor Velázquez; en la media, Abráham González, Bryan Rabello, Oscar Macías y Mauro Lainez; adelante Michael Chirinos y Leo Ramos. Luiz da Silva, José Esquivel y Edson Torres entraron en cambio por Lainez, Macías y Chirinos.
A los Lobos aún le restaba cerrar el torneo en Toluca.
Los Lobos terminaron ese torneo con seis triunfos, dos empates y ocho derrotas, suficientes para terminar por firmar su salvación y, mantener vivas las ilusiones de los aficionados que esperaban ilusionados el regreso de su Manada para el Apertura 2020.
Desafortunadamente en el receso todo cambió y en medio de especulaciones y desmentidos, finalmente se concretó la venta de la franquicia a Ciudad Juárez, para ese domingo 28 de abril, los Lobos terminarán despidiéndose de sus aficionados con un descalabro en el estadio Universitario.
Ya no hubo tiempo para más.