Los cambios en el futbol mexicano, abolición del descenso y supresión de la promoción; además de la inminente mudanza de Monarcas Morelia a Mazatlán, simplemente no ayudan a la credibilidad del circuito y de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), a decir de Gabriel “El Místico” Pereyra.
El exfutbolista de Monarcas, y hoy entrenador, aseguró no entender cómo de un día a otro, un equipo arraigado e identificado a una aplaza pierde el valor de sus colores, tal y como le sucederá al conjunto purépecha en próximas horas, o tal y como le sucedió a clubes como La Piedad o Lobos BUAP.
“En este futbol dejamos de ser creíbles. Estamos engañando a la gente, porque el esfuerzo que haces por lograr identidad con la gente se pierde, porque mi playera ya no sirve más y los colores ya no existen de un día a otro”, apuntó.
Con estos movimientos, la Liga MX y la FMF corren el riesgo de perder “la atención y el respeto” de los aficionados y del mundo del futbol.
“No entiendo cuál es la postura de la Federación para permitir estas cosas. Un día se dice que no va a ver multipropiedad, y hoy hay más; un día se dice que no habrá más extranjeros, y hoy hay más extranjeros. Entonces se deja de ser creíble y quien pierde eso, deja de llamar la atención y pierde el respeto”, puntualizó.
Respecto a la supresión del descenso/ascenso, juzgó “no era el momento idóneo para dar esa noticia, pues varios equipos en medio de la pandemia, acabaron por dejar de pagar a sus futbolistas”.
Además, aplaudió la decisión de los Leones Negros de la UdeG, Correcaminos y Venados de Mérida por acudir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS por sus siglas en francés) para reclamar su derecho a ascender, pues eso les prometieron en el arranque del ciclo futbolístico 2019-2020.
“Hay tres equipos que están juicio porque no están de acuerdo, porque invirtieron por algo que se les prometió y hoy no sirve para nada, entonces hay un fraude, una estafa”, arremetió.
- En México, Gabriel Pereyra les profesa cariño a tres clubes: Cruz Azul, Atlante y Puebla. Cruz Azul lo trajo a México; Atlante lo consagró campeón; y con Puebla la afición lo adoptó