Triunfar en el futbol, no es alcanzar el profesionalismo. Triunfar en el futbol es para Gabriel Pereyra hacerse de valores tan simples como el respeto y la cultura del esfuerzo.
El hoy entrenador a nivel profesional, y con experiencia en el balompié femenil y varonil a partir de categorías menores, compartió con El Sol de Puebla conceptos como el celebrar y llorar los triunfos o fracasos de los pequeños para la óptima realización de éstos dentro del terreno de juego y más tarde, en el campo de la vida.
Respecto al punto de la tolerancia, explicó el interés de generar entre los chicos dicha cultura, pues el futbol en los niños es un juego, antes de ser una competencia. Por lo tanto, las polémicas surgidas entre los padres, producto de una decisión arbitral o técnica, debería de ser entendida como una invitación al respeto y la comprensión, valores aprendidos por los chicos, a partir de verlos en sus mayores.
“Hay que desarrollar futbol desde un poder muy especial como lo es el del corazón, pues además de aprender técnicas y tácticas en el juego, en el futbol se aprenden valores todos los días”, apuntó “El Místico” Pereyra.
“Para que el chico tenga interés y se sienta feliz en el futbol, los padres deben de interesarse en sus entrenamientos, llevarlos a los mismos, hacerlos responsables, acompañarlos, aplaudirles y sobre todo respetarlos cuando las cosas no les salen en el terreno de juego. También hay que entender que el jugador de al lado no es un rival”, añadió.
De dicha forma, los padres deben de preocuparse porque el chico “esté bien de la cabeza en todo momento, dentro o fuera del mundo del futbol". Aunque más importante, los papás o tutores "deben de ser los primeros en tener claro que no todos llegan o llegarán al profesionalismo”.
FUTBOL FEMENIL Y VARONIL
Sobre su experiencia en el juego y las diferencias entre las damas y los caballeros, “El Místico” aseguró “el futbol femenil no es para cualquiera”, porque el entrenador siempre debe de manejarse con respeto hacia sus dirigidas.
“En las chicas es muy difícil por los temas de la distancia, el respeto, el ego y la personalidad. Hay que saber cómo acercarse a las chicas, siempre con respeto, para sacar de ellas lo máximo”, explicó.
Con los varones, el trabajo para un entrenador resulta “más sencillo porque les entiende, sabe qué no les gusta y qué sí”.
Gabriel Pereyra tras ponerle punto final a su carrera como futbolista profesional en el 2012, tomó la decisión de emprender camino como entrenador. “El Místico” hizo sus “pininos” como estratega en el Club Olivos, donde dirigió a un grupo de chicas.
Un año después, asumía con los Potros de Hierro del Atlante. Hace un semestre se hizo cargo de los Cafetaleros de Chiapas.
- Entre los trofeos que presume El Místico como futbolista profesional, se halla la Liga de Campeones de la CONCACAF con Atlante, lograda en la campaña 2008-2009